'Juancho' Rois viajó junto al ‘Maño’ Torres y Eudes Granados a una parranda en El Tigre, en el camino se presentó el accidente de la avioneta en que viajaban.
La muerte de ‘Juancho’ Rois, el ‘Maño’ Torres y Eudes Granados, es uno de los mayores golpes que ha sufrido el folclor vallenato.
Desde el principio todo fue anormal, según recordó Jaime Pérez Parodi, locutor y presentador de la agrupación musical de Diomedes Díaz, quien dijo que nunca había esperado el bus en casa de Rangel ‘El Maño’ Torres, ese día lo hizo y éste último por su parte se despidió de su suegro, lo que no había hecho en otras ocasiones cuando salía de viaje.
Parecía una despedida desde el principio, pero quién iba a saber lo que tenía deparado el destino. En Maracaibo, Venezuela, el toque fue exitoso y de allí tomaron el avión a Caracas, donde se alojaron en el hotel Las Américas, y como nunca antes, ‘Juancho’ Rois se quedó con los músicos, pese a que tenía una habitación reservada en el Hilton.
‘Juancho’ partió con el ‘Maño’, ‘Tito’ Castilla, Eudes Granados y Jesualdo Ustáriz, conocido como ‘El ‘Zurdo’ hacia El Tigre, una población a ocho horas de Caracas, en donde lo esperaba José Gutiérrez, un teniente retirado de la guardia venezolana a quien apodaban ‘El Guty’.
‘Juancho’ no fue con Diomedes Díaz porque ‘El Guty’ no era fanático de éste, sino del acordeonero y el cantante sería ‘Diomedito’, que ya estaba en el lugar.
A las cuatro de la tarde una avioneta enviada por ‘El Guty’ recogió a los músicos, cinco en total, tres horas y media después, Jaime y los músicos que se habían quedado en Caracas recibieron la nefasta noticia: ‘Juancho’ Rois había muerto junto al ‘Maño’ y Eudes.
“Eudes no quería ir y el ‘Maño’ tampoco porque el 21 de noviembre cumplía años la mamá de Eudes, pero ‘Tito’ y ‘El Zurdo’ querían ir porque Juancho les había ofrecido mucho dinero por la parranda”, recordó Pérez.
El resto de músicos volvería en la noche a Valledupar, la cita era a las nueve en el aeropuerto. Mientras llegaba la hora, a las siete llegó Segundo González, un empresario amigo de los artistas. Conversó con ellos y de pronto por el altavoz del hotel lo llamaron para que contestara una llamada en la cabina dos, “yo veía que nos señalaba, entonces le preguntamos qué pasó Segundo, nos dijo “Zaida mi hermana, que está loca, imagínate que oyó una noticia que se cayó el avión que llevaba los músicos de Diomedes y se mataron todos hasta Diomedes’. Le dijimos pero averigua, porque ‘Juancho’ y Eudes viajaron a las cuatro de la tarde, a los 10 minutos regresó, nos dijo el panorama es este: se mató ‘Juancho’ Rois, Eudes Granados y el ‘Maño’ Torres; ‘Tito’ no se salva ni ‘El Zurdo’. Así nos enteramos”, agregó el locutor y presentador de la agrupación de Diomedes Díaz.
Segundo González era militar y los organizó para salir en busca de los cadáveres, a Jaime Pérez lo dejaron en Caracas para que atendiera a la prensa y el resto se fue en la comisión; pero al final también terminó viajando y a las ocho de la mañana del 22 de noviembre estaban en el sitio.
Los llevaron al hospital en donde estaban todos, en la nevera se encontraban los cadáveres del acordeonero, ‘Maño’ y Eudes; en una cama sin colchón y desnudo estaba ‘Tito’ Castilla, a quien según Jaime no le habían puesto mano los médicos, incluso no lo conocían por lo hinchado que estaba. ‘El Zurdo’ pese a que tenía las piernas y los brazos fracturados nunca perdió el conocimiento.
Desde las siete de la noche del día anterior estaban en el hospital, pero nadie los había atendido, lo hicieron porque Harold Zabaleta dio una plata, según narró.
Después las cosas se complicaron, según Pérez, Zabaleta pateó al piloto que yacía muerto y por esto lo retuvo la guardia venezolana, debido a que eso era considerado un irrespeto a un cadáver.
“Después nos querían detener porque se levantó un rumor que Juancho y Eudes transportaban cocaína en la avioneta, nosotros le explicamos que eran músicos, que era el acordeonero de Diomedes, nosotros no somos traficantes, no somos traficante de drogas, somos músicos, entonces que hasta que no se revisaran minuciosamente los equipajes y la avioneta no le podían dar de alta; hasta que al fin se superó el mal entendido y nos dieron la venía”, dijo Pérez.
En el hospital de Barcelona, donde estaban los muertos y los heridos querían demorar la entrega de los cadáveres, pero tras la ayuda de uno de los empresarios pudieron lograr que prepararan los cuerpos para trasladarlos a Colombia.
Los cadáveres fueron preparados y metidos en los ataúdes, de ahí los subieron a un avión que los llevó a Maracaibo, en donde esperaban las carrozas fúnebres que trajeron a ‘Juancho’ a San Juan del Cesar, de donde era oriundo y donde lo esperaba su familia, y al ‘Maño’ y a Eudes a Valledupar. El acordeonero Israel Romero pagó la carroza que trajo a San Juan a ‘Juancho’.
Diomedes Díaz que se enteró de la muerte de su acordeonero por los noticieros y a quien mucha gente culpaba por no haber estado en ese vuelo; llegó a Maicao y le dijo a uno de los familiares de ‘Juancho’ que trajeran el cuerpo de éste a Valledupar para rendirle honores, pero el hombre dolido por la pérdida de su familiar se negó a hacerlo.
A ‘Maño’ y a Eudes los trajeron al Valle, en donde le rindieron honores en la plaza Alfonso López y luego fueron velados en sus casas, dijo el afamado locutor Pérez.
“Fue el viaje más triste que hicimos, porque cuando terminábamos una gira que nos iba muy bien, venía uno bebiendo en el carro y tocaba Juancho, pero ahí veníamos en las carrozas mortuorias en un viaje muy lento, salimos de Maracaibo como a las 10 de la noche y llegamos a Maicao como a las siete de la mañana, porque en los pueblos los indígenas paraban la caravana y había que destapar los féretros para que despidieran a ‘Juancho’, a ‘Maño’ y a Eudes; los tanatológos hicieron un trabajo de recuperación de los cuerpos, los dejaron presentables, un gran maquillaje”, dijo el locutor.
Fue una experiencia amarga para Pérez, quien esa vez no festejó el éxito del toque, sino que lloró la muerte de sus compañeros, en especial del ‘Maño’, su amigo, con quien siempre compartía habitación en cada viaje.
Por Sandra Santiago B.
[email protected]
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Desde el principio todo fue anormal, según recordó Jaime Pérez Parodi, locutor y presentador de la agrupación musical de Diomedes Díaz, quien dijo que nunca había esperado el bus en casa de Rangel ‘El Maño’ Torres, ese día lo hizo y éste último por su parte se despidió de su suegro, lo que no había hecho en otras ocasiones cuando salía de viaje.
Parecía una despedida desde el principio, pero quién iba a saber lo que tenía deparado el destino. En Maracaibo, Venezuela, el toque fue exitoso y de allí tomaron el avión a Caracas, donde se alojaron en el hotel Las Américas, y como nunca antes, ‘Juancho’ Rois se quedó con los músicos, pese a que tenía una habitación reservada en el Hilton.
‘Juancho’ partió con el ‘Maño’, ‘Tito’ Castilla, Eudes Granados y Jesualdo Ustáriz, conocido como ‘El ‘Zurdo’ hacia El Tigre, una población a ocho horas de Caracas, en donde lo esperaba José Gutiérrez, un teniente retirado de la guardia venezolana a quien apodaban ‘El Guty’.
‘Juancho’ no fue con Diomedes Díaz porque ‘El Guty’ no era fanático de éste, sino del acordeonero y el cantante sería ‘Diomedito’, que ya estaba en el lugar.
A las cuatro de la tarde una avioneta enviada por ‘El Guty’ recogió a los músicos, cinco en total, tres horas y media después, Jaime y los músicos que se habían quedado en Caracas recibieron la nefasta noticia: ‘Juancho’ Rois había muerto junto al ‘Maño’ y Eudes.
“Eudes no quería ir y el ‘Maño’ tampoco porque el 21 de noviembre cumplía años la mamá de Eudes, pero ‘Tito’ y ‘El Zurdo’ querían ir porque Juancho les había ofrecido mucho dinero por la parranda”, recordó Pérez.
El resto de músicos volvería en la noche a Valledupar, la cita era a las nueve en el aeropuerto. Mientras llegaba la hora, a las siete llegó Segundo González, un empresario amigo de los artistas. Conversó con ellos y de pronto por el altavoz del hotel lo llamaron para que contestara una llamada en la cabina dos, “yo veía que nos señalaba, entonces le preguntamos qué pasó Segundo, nos dijo “Zaida mi hermana, que está loca, imagínate que oyó una noticia que se cayó el avión que llevaba los músicos de Diomedes y se mataron todos hasta Diomedes’. Le dijimos pero averigua, porque ‘Juancho’ y Eudes viajaron a las cuatro de la tarde, a los 10 minutos regresó, nos dijo el panorama es este: se mató ‘Juancho’ Rois, Eudes Granados y el ‘Maño’ Torres; ‘Tito’ no se salva ni ‘El Zurdo’. Así nos enteramos”, agregó el locutor y presentador de la agrupación de Diomedes Díaz.
Segundo González era militar y los organizó para salir en busca de los cadáveres, a Jaime Pérez lo dejaron en Caracas para que atendiera a la prensa y el resto se fue en la comisión; pero al final también terminó viajando y a las ocho de la mañana del 22 de noviembre estaban en el sitio.
Los llevaron al hospital en donde estaban todos, en la nevera se encontraban los cadáveres del acordeonero, ‘Maño’ y Eudes; en una cama sin colchón y desnudo estaba ‘Tito’ Castilla, a quien según Jaime no le habían puesto mano los médicos, incluso no lo conocían por lo hinchado que estaba. ‘El Zurdo’ pese a que tenía las piernas y los brazos fracturados nunca perdió el conocimiento.
Desde las siete de la noche del día anterior estaban en el hospital, pero nadie los había atendido, lo hicieron porque Harold Zabaleta dio una plata, según narró.
Después las cosas se complicaron, según Pérez, Zabaleta pateó al piloto que yacía muerto y por esto lo retuvo la guardia venezolana, debido a que eso era considerado un irrespeto a un cadáver.
“Después nos querían detener porque se levantó un rumor que Juancho y Eudes transportaban cocaína en la avioneta, nosotros le explicamos que eran músicos, que era el acordeonero de Diomedes, nosotros no somos traficantes, no somos traficante de drogas, somos músicos, entonces que hasta que no se revisaran minuciosamente los equipajes y la avioneta no le podían dar de alta; hasta que al fin se superó el mal entendido y nos dieron la venía”, dijo Pérez.
En el hospital de Barcelona, donde estaban los muertos y los heridos querían demorar la entrega de los cadáveres, pero tras la ayuda de uno de los empresarios pudieron lograr que prepararan los cuerpos para trasladarlos a Colombia.
Los cadáveres fueron preparados y metidos en los ataúdes, de ahí los subieron a un avión que los llevó a Maracaibo, en donde esperaban las carrozas fúnebres que trajeron a ‘Juancho’ a San Juan del Cesar, de donde era oriundo y donde lo esperaba su familia, y al ‘Maño’ y a Eudes a Valledupar. El acordeonero Israel Romero pagó la carroza que trajo a San Juan a ‘Juancho’.
Diomedes Díaz que se enteró de la muerte de su acordeonero por los noticieros y a quien mucha gente culpaba por no haber estado en ese vuelo; llegó a Maicao y le dijo a uno de los familiares de ‘Juancho’ que trajeran el cuerpo de éste a Valledupar para rendirle honores, pero el hombre dolido por la pérdida de su familiar se negó a hacerlo.
A ‘Maño’ y a Eudes los trajeron al Valle, en donde le rindieron honores en la plaza Alfonso López y luego fueron velados en sus casas, dijo el afamado locutor Pérez.
“Fue el viaje más triste que hicimos, porque cuando terminábamos una gira que nos iba muy bien, venía uno bebiendo en el carro y tocaba Juancho, pero ahí veníamos en las carrozas mortuorias en un viaje muy lento, salimos de Maracaibo como a las 10 de la noche y llegamos a Maicao como a las siete de la mañana, porque en los pueblos los indígenas paraban la caravana y había que destapar los féretros para que despidieran a ‘Juancho’, a ‘Maño’ y a Eudes; los tanatológos hicieron un trabajo de recuperación de los cuerpos, los dejaron presentables, un gran maquillaje”, dijo el locutor.
Fue una experiencia amarga para Pérez, quien esa vez no festejó el éxito del toque, sino que lloró la muerte de sus compañeros, en especial del ‘Maño’, su amigo, con quien siempre compartía habitación en cada viaje.
Por Sandra Santiago B.
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