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Columnista - 18 septiembre, 2021

¡Un tanque de agua, un tanque de vida!

Este viernes se le entregó a Valledupar el tanque de almacenamiento de agua potable, el segundo más grande del país y una de las obras de servicios públicos más esperadas en los últimos años, cuya infraestructura será operada por la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar. El tanque estará acondicionado para almacenar 20 mil […]

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Este viernes se le entregó a Valledupar el tanque de almacenamiento de agua potable, el segundo más grande del país y una de las obras de servicios públicos más esperadas en los últimos años, cuya infraestructura será operada por la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar.

El tanque estará acondicionado para almacenar 20 mil metros cúbicos de agua potable, con lo cual se mejorará la continuidad en la prestación del servicio y en el abastecimiento del líquido en tiempos de lluvia y alto consumo para cerca de 187 mil habitantes de las comunas 3, 4 y 5, beneficiando a barrios como Los Fundadores, Primero de Mayo, Dangond, Ciudadela 450 años, Nando Marín, Lorenzo Morales, El Manantial, Villa Miriam, Casimiro Maestre, El Progreso, Sabanas, Populandia, Álamos 1 y 2, La Victoria, Villa Maruamake, entre otros.

Después de atravesar múltiples dificultades en su proceso de ejecución (plazos no cumplidos, servidumbres no aportadas, cambios de gobierno, demoras en la importación de accesorios producto del cierre de fronteras por el covid-19), el proyecto por fin es una realidad.

El Gobierno nacional, a través del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, con una financiación del 99 %, “se dio la pela” por este importante proyecto, que si bien no resuelve de tajo la enorme problemática que hoy enfrenta la ciudad para alcanzar una prestación óptima del servicio, sí constituye un importante hito hacia ese fin.

Valledupar, rica en fuentes hídricas, debiese ser ejemplo regional en el eficiente suministro del preciado líquido y contar con indicadores de cobertura, continuidad y calidad de los mejores del país. Sin embargo, la realidad es otra y hoy la ciudad se mantiene en el mismo lote en el que se ubican otras ciudades capitales como Riohacha y Santa Marta, territorios que históricamente han sufrido por la escasez del líquido.

El principal desafío que hoy enfrenta Valledupar para optimizar al máximo el suministro de agua potable son las pérdidas técnicas que presenta el sistema producto del deterioro de las redes que distribuyen el agua desde las plantas de potabilización hasta los hogares: solamente en el mes de marzo se produjeron 4.387.704 M3 de agua potable, de los cuales solo llegaron a su destino final (los hogares) 1.755.082 m3 de agua, es decir, cerca del 60 % del agua producida en las plantas se perdió en el trayecto antes de ser consumida. Esta problemática se agudiza con las intervenciones ilegales (conexiones fraudulentas) de las que son objeto esas tuberías así como por la cultura del derroche que aún sigue latente en muchos sectores de la comunidad.

La sectorización, la reposición de redes y el fortalecimiento de la cultura ciudadana para el consumo responsable del agua son inversiones necesarias en las que el municipio debiese concentrarse en el corto y mediano plazo.

Otro de los grandes desafíos que enfrenta la ciudad es el de lograr consolidar una empresa de servicios públicos que, además de garantizar una eficiente prestación del servicio, también tenga la capacidad de estructurar y cofinanciar los proyectos que hoy demanda la comunidad. Para lo primero, el alcalde deberá decidir si facilita y apoya la intervención de Emdupar y propende por su saneamiento y recuperación, o si, opta por su liquidación en pro de crear una empresa con un gobierno corporativo moderno que pueda ser incluso de alcance regional o metropolitano para aprovechar así las economías de escala y poder hacerla mucho más sostenible en el largo plazo.

Para lo segundo (la estructuración y cofinanciación de proyectos), el alcalde podría vincularse al Plan Departamental de Agua–Aguas del Cesar y hacer uso de las capacidades instaladas con las que ya cuenta esa entidad.

Durante el desarrollo de este proyecto fue decisiva, y así lo destacamos, la enorme presión ejercida por la sociedad civil y por los medios de comunicación, incisivos y rigurosos en su rol de veedores. El activismo de la colectividad se hace indispensable para la efectiva culminación de los proyectos (especialmente los de carácter público) y dificulta la malversación de recursos. 

Con la puesta en funcionamiento del Tanque de Almacenamiento y el inicio de la ejecución del Alcantarillado Pluvial de la ciudad (otro importante hito dentro de los compromisos trazados), el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio y el gobierno municipal, le dejan a Valledupar una infraestructura de primer nivel para mejorar la prestación de los servicios de acueducto y de alcantarillado y con ello, un territorio mucho más amable, compacto y sostenible.

¡El agua es de todos!

Columnista
18 septiembre, 2021

¡Un tanque de agua, un tanque de vida!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Camilo Quiróz

Este viernes se le entregó a Valledupar el tanque de almacenamiento de agua potable, el segundo más grande del país y una de las obras de servicios públicos más esperadas en los últimos años, cuya infraestructura será operada por la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar. El tanque estará acondicionado para almacenar 20 mil […]


Este viernes se le entregó a Valledupar el tanque de almacenamiento de agua potable, el segundo más grande del país y una de las obras de servicios públicos más esperadas en los últimos años, cuya infraestructura será operada por la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar.

El tanque estará acondicionado para almacenar 20 mil metros cúbicos de agua potable, con lo cual se mejorará la continuidad en la prestación del servicio y en el abastecimiento del líquido en tiempos de lluvia y alto consumo para cerca de 187 mil habitantes de las comunas 3, 4 y 5, beneficiando a barrios como Los Fundadores, Primero de Mayo, Dangond, Ciudadela 450 años, Nando Marín, Lorenzo Morales, El Manantial, Villa Miriam, Casimiro Maestre, El Progreso, Sabanas, Populandia, Álamos 1 y 2, La Victoria, Villa Maruamake, entre otros.

Después de atravesar múltiples dificultades en su proceso de ejecución (plazos no cumplidos, servidumbres no aportadas, cambios de gobierno, demoras en la importación de accesorios producto del cierre de fronteras por el covid-19), el proyecto por fin es una realidad.

El Gobierno nacional, a través del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, con una financiación del 99 %, “se dio la pela” por este importante proyecto, que si bien no resuelve de tajo la enorme problemática que hoy enfrenta la ciudad para alcanzar una prestación óptima del servicio, sí constituye un importante hito hacia ese fin.

Valledupar, rica en fuentes hídricas, debiese ser ejemplo regional en el eficiente suministro del preciado líquido y contar con indicadores de cobertura, continuidad y calidad de los mejores del país. Sin embargo, la realidad es otra y hoy la ciudad se mantiene en el mismo lote en el que se ubican otras ciudades capitales como Riohacha y Santa Marta, territorios que históricamente han sufrido por la escasez del líquido.

El principal desafío que hoy enfrenta Valledupar para optimizar al máximo el suministro de agua potable son las pérdidas técnicas que presenta el sistema producto del deterioro de las redes que distribuyen el agua desde las plantas de potabilización hasta los hogares: solamente en el mes de marzo se produjeron 4.387.704 M3 de agua potable, de los cuales solo llegaron a su destino final (los hogares) 1.755.082 m3 de agua, es decir, cerca del 60 % del agua producida en las plantas se perdió en el trayecto antes de ser consumida. Esta problemática se agudiza con las intervenciones ilegales (conexiones fraudulentas) de las que son objeto esas tuberías así como por la cultura del derroche que aún sigue latente en muchos sectores de la comunidad.

La sectorización, la reposición de redes y el fortalecimiento de la cultura ciudadana para el consumo responsable del agua son inversiones necesarias en las que el municipio debiese concentrarse en el corto y mediano plazo.

Otro de los grandes desafíos que enfrenta la ciudad es el de lograr consolidar una empresa de servicios públicos que, además de garantizar una eficiente prestación del servicio, también tenga la capacidad de estructurar y cofinanciar los proyectos que hoy demanda la comunidad. Para lo primero, el alcalde deberá decidir si facilita y apoya la intervención de Emdupar y propende por su saneamiento y recuperación, o si, opta por su liquidación en pro de crear una empresa con un gobierno corporativo moderno que pueda ser incluso de alcance regional o metropolitano para aprovechar así las economías de escala y poder hacerla mucho más sostenible en el largo plazo.

Para lo segundo (la estructuración y cofinanciación de proyectos), el alcalde podría vincularse al Plan Departamental de Agua–Aguas del Cesar y hacer uso de las capacidades instaladas con las que ya cuenta esa entidad.

Durante el desarrollo de este proyecto fue decisiva, y así lo destacamos, la enorme presión ejercida por la sociedad civil y por los medios de comunicación, incisivos y rigurosos en su rol de veedores. El activismo de la colectividad se hace indispensable para la efectiva culminación de los proyectos (especialmente los de carácter público) y dificulta la malversación de recursos. 

Con la puesta en funcionamiento del Tanque de Almacenamiento y el inicio de la ejecución del Alcantarillado Pluvial de la ciudad (otro importante hito dentro de los compromisos trazados), el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio y el gobierno municipal, le dejan a Valledupar una infraestructura de primer nivel para mejorar la prestación de los servicios de acueducto y de alcantarillado y con ello, un territorio mucho más amable, compacto y sostenible.

¡El agua es de todos!