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Columnista - 13 septiembre, 2020

¡Un nuevo comienzo está cerca!

Empecemos por analizar cuánto tiempo ha transcurrido desde que todo este aislamiento empezó… ¿nos cambió la vida? A estas alturas, si es poco o mucho lo que llevamos en confinamiento no es relevante y más cuando la vida empieza a tener una “nueva normalidad”Examino cada instante de la nueva vida y digo: lo que jamás […]

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Empecemos por analizar cuánto tiempo ha transcurrido desde que todo este aislamiento empezó… ¿nos cambió la vida? A estas alturas, si es poco o mucho lo que llevamos en confinamiento no es relevante y más cuando la vida empieza a tener una “nueva normalidad”
Examino cada instante de la nueva vida y digo: lo que jamás imaginamos hacer, lo hemos hecho en cuarentena; y se me ocurre pensar en lo valioso que se ha convertido cada cosa, cada situación, cada anhelo; las respuestas que sin querer y sin buscar te ha dado este tiempo de confinamiento; pero siendo más profunda en el tema, ¿nos hemos detenido a repasar la dimensión de cada cosa?

El comportamiento del ser humano es otro y aunque nos ha costado mucho, nos ha llevado a múltiples facetas, a unas que nosotros mismos desconocíamos, unas positivas, otras no tanto. ¿Extraño? ¡Sí!, ¡claro que lo es!, nada de lo que vivimos hoy hacía parte de nuestra vida, pero la clave de todo es hacer que las cosas pasen, paradójico sí, porque según los lineamientos atmosféricos no es mucho lo que se pueda hacer en este tiempo cuando la libertad es restringida, aun cuando no estamos como al principio del aislamiento, ya hay flexibilidad y, pues, ya podemos sacar conclusiones de este proceso.

Me referiré a solo 3 conclusiones generales. La primera, la vida social. Fue la primera que se nos afectó en esta crisis, realmente fue la que generó un verdadero choque de emociones, pues, al encontrarse en riesgo la vida, tuvo que ser apartado nuestro roce con el entorno y fue la primera situación que al ser humano causó un sin número de afectaciones que está buscando la manera de recuperarlo, así sea un mínimo posible y que suele ser censurado, aun cuando muchos saben y otros desconocen la sensibilidad tan grande que esto le puede producir al hombre por tener como característica principal el ser social.

Es importante que se detengan a pensar en cómo cada persona afronta este estilo de vida. No podemos ser egoístas, ni renuentes en el tema de que alguien se vea afectado psicológicamente y de manera peculiar decida cómo sobrellevar y adaptar la vida que hoy se nos presenta, y con esto recalco mi segunda conclusión: la forma cómo cada quien adopta comportamientos conforme a lo que se le va presentando esta situación.

El pensar lo resiliente que pueden llegar a ser muchos a pesar de las circunstancias; son capaces de mantener un estado de ánimo controlado y guardan las esperanzas hasta con el más mínimo detalle que va resultando de este momento, muchos relacionado con lo material.

Otros en medio del caos se ven fuertemente golpeados y emocionalmente reaccionan positiva o negativamente ante la adversidad, puesto que el comportamiento humano ya se encuentra limitado y, pues, somos acción y reacción frente a estímulos. ¡Nada más claro que eso!

Y mi tercera conclusión, es sin duda la más sobresaliente de todo este proceso. Es en definitiva la falla más grande que puede llegar a tener el ser humano a lo largo del tiempo y sobre todo en esta situación que está padeciendo el mundo: nos ha llevado a la intolerancia y hacer de este proceso el peor aun cuando no lo sea; es simplemente un gran reto como sociedad combatir esa falencia que hoy ha crecido.

La idea no es centrarme en lo negativo, sino tratar de rescatar lo que nos tiene cada día más fríos. Para ser más exacta, al escuchar las opiniones lanzadas sin previo análisis a los actos de otras personas que no ponen en riesgo la salud de nadie, y que optan por sobrellevar esta situación y mantener la mejor actitud, puedo inferir que no es posible que nos dejemos llevar por el individualismo y pensemos en destruir en lugar de construir, o simplemente en criticar lo que no hacemos pero que nos molesta por el simple hecho de que no todos tenemos la misma capacidad de adaptación

Creo que es el mejor tiempo para captar y adoptar la idea de motivarnos y pensar diferente, ya que no es fácil para nadie lo que hoy se está viviendo; el hecho de estar vivos, para muchos no es suficiente. Aunque lo fuera, tenemos que cambiar el chip y estar prestos al cambio sin afectación al particular.

Si una persona quiere tratar de mantener su equilibrio emocional aprovechando la oportunidad que se presente para lograrlo lo puede hacer, nacimos siendo libres, autónomos, nadie tiene por qué señalar por lo que se haga o no, nadie tiene por qué irrespetar la forma como alguien se libera emocionalmente sin hacerle daño a otra; nadie es perfecto y menos con pandemia.

No hay razón alguna por la que debamos estigmatizar a aquel que no nos genera un daño social. Hay que buscar la manera de entretenernos y no señalizar y menos sin conocimiento de causa. La vida de los demás no tiene por qué afectarnos, estamos en crisis y hay que ser responsables ante la situación, continuar, y así como la economía debe reactivarse, también tenemos que reactivarnos como ser humano en todo sentido porque está en juego el estado emocional de las personas, y esto puede llegar a generar y causar consecuencias aún más lamentables, pues ya se prevé un nuevo comienzo, pero para ello vivamos en plenitud, dejemos ser, así su vida será más productiva y llevadera en esta dura y difícil situación.

Por último, recomendarles que seamos luz, no entorpezcamos el camino ajeno, seamos solidarios. ¡El esfuerzo es de todos y sí que valdrá la pena!

Columnista
13 septiembre, 2020

¡Un nuevo comienzo está cerca!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Andrea Maestre Gonzalez

Empecemos por analizar cuánto tiempo ha transcurrido desde que todo este aislamiento empezó… ¿nos cambió la vida? A estas alturas, si es poco o mucho lo que llevamos en confinamiento no es relevante y más cuando la vida empieza a tener una “nueva normalidad”Examino cada instante de la nueva vida y digo: lo que jamás […]


Empecemos por analizar cuánto tiempo ha transcurrido desde que todo este aislamiento empezó… ¿nos cambió la vida? A estas alturas, si es poco o mucho lo que llevamos en confinamiento no es relevante y más cuando la vida empieza a tener una “nueva normalidad”
Examino cada instante de la nueva vida y digo: lo que jamás imaginamos hacer, lo hemos hecho en cuarentena; y se me ocurre pensar en lo valioso que se ha convertido cada cosa, cada situación, cada anhelo; las respuestas que sin querer y sin buscar te ha dado este tiempo de confinamiento; pero siendo más profunda en el tema, ¿nos hemos detenido a repasar la dimensión de cada cosa?

El comportamiento del ser humano es otro y aunque nos ha costado mucho, nos ha llevado a múltiples facetas, a unas que nosotros mismos desconocíamos, unas positivas, otras no tanto. ¿Extraño? ¡Sí!, ¡claro que lo es!, nada de lo que vivimos hoy hacía parte de nuestra vida, pero la clave de todo es hacer que las cosas pasen, paradójico sí, porque según los lineamientos atmosféricos no es mucho lo que se pueda hacer en este tiempo cuando la libertad es restringida, aun cuando no estamos como al principio del aislamiento, ya hay flexibilidad y, pues, ya podemos sacar conclusiones de este proceso.

Me referiré a solo 3 conclusiones generales. La primera, la vida social. Fue la primera que se nos afectó en esta crisis, realmente fue la que generó un verdadero choque de emociones, pues, al encontrarse en riesgo la vida, tuvo que ser apartado nuestro roce con el entorno y fue la primera situación que al ser humano causó un sin número de afectaciones que está buscando la manera de recuperarlo, así sea un mínimo posible y que suele ser censurado, aun cuando muchos saben y otros desconocen la sensibilidad tan grande que esto le puede producir al hombre por tener como característica principal el ser social.

Es importante que se detengan a pensar en cómo cada persona afronta este estilo de vida. No podemos ser egoístas, ni renuentes en el tema de que alguien se vea afectado psicológicamente y de manera peculiar decida cómo sobrellevar y adaptar la vida que hoy se nos presenta, y con esto recalco mi segunda conclusión: la forma cómo cada quien adopta comportamientos conforme a lo que se le va presentando esta situación.

El pensar lo resiliente que pueden llegar a ser muchos a pesar de las circunstancias; son capaces de mantener un estado de ánimo controlado y guardan las esperanzas hasta con el más mínimo detalle que va resultando de este momento, muchos relacionado con lo material.

Otros en medio del caos se ven fuertemente golpeados y emocionalmente reaccionan positiva o negativamente ante la adversidad, puesto que el comportamiento humano ya se encuentra limitado y, pues, somos acción y reacción frente a estímulos. ¡Nada más claro que eso!

Y mi tercera conclusión, es sin duda la más sobresaliente de todo este proceso. Es en definitiva la falla más grande que puede llegar a tener el ser humano a lo largo del tiempo y sobre todo en esta situación que está padeciendo el mundo: nos ha llevado a la intolerancia y hacer de este proceso el peor aun cuando no lo sea; es simplemente un gran reto como sociedad combatir esa falencia que hoy ha crecido.

La idea no es centrarme en lo negativo, sino tratar de rescatar lo que nos tiene cada día más fríos. Para ser más exacta, al escuchar las opiniones lanzadas sin previo análisis a los actos de otras personas que no ponen en riesgo la salud de nadie, y que optan por sobrellevar esta situación y mantener la mejor actitud, puedo inferir que no es posible que nos dejemos llevar por el individualismo y pensemos en destruir en lugar de construir, o simplemente en criticar lo que no hacemos pero que nos molesta por el simple hecho de que no todos tenemos la misma capacidad de adaptación

Creo que es el mejor tiempo para captar y adoptar la idea de motivarnos y pensar diferente, ya que no es fácil para nadie lo que hoy se está viviendo; el hecho de estar vivos, para muchos no es suficiente. Aunque lo fuera, tenemos que cambiar el chip y estar prestos al cambio sin afectación al particular.

Si una persona quiere tratar de mantener su equilibrio emocional aprovechando la oportunidad que se presente para lograrlo lo puede hacer, nacimos siendo libres, autónomos, nadie tiene por qué señalar por lo que se haga o no, nadie tiene por qué irrespetar la forma como alguien se libera emocionalmente sin hacerle daño a otra; nadie es perfecto y menos con pandemia.

No hay razón alguna por la que debamos estigmatizar a aquel que no nos genera un daño social. Hay que buscar la manera de entretenernos y no señalizar y menos sin conocimiento de causa. La vida de los demás no tiene por qué afectarnos, estamos en crisis y hay que ser responsables ante la situación, continuar, y así como la economía debe reactivarse, también tenemos que reactivarnos como ser humano en todo sentido porque está en juego el estado emocional de las personas, y esto puede llegar a generar y causar consecuencias aún más lamentables, pues ya se prevé un nuevo comienzo, pero para ello vivamos en plenitud, dejemos ser, así su vida será más productiva y llevadera en esta dura y difícil situación.

Por último, recomendarles que seamos luz, no entorpezcamos el camino ajeno, seamos solidarios. ¡El esfuerzo es de todos y sí que valdrá la pena!