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Editorial - 16 octubre, 2024

Un nuevo ciclo del SIVA: deberá implantar el transporte moderno en la ciudad

Con la renuncia de su gerente, de más de una década, Katrizza Morelli, lo mínimo que la ciudadanía vallenata esperaría es que se cierre ese ciclo de construcción de infraestructura vial y de experimentación y que se consolide el transporte público masivo de Valledupar.

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Hasta la fecha el Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, ha tenido avances notables pero no ha podido cumplir con el objetivo definitivo para el que fue creado, tal es el de “brindar una solución de transporte público colectivo a los habitantes del municipio de Valledupar y su área de influencia, bajo los principios de eficiencia, seguridad y sostenibilidad mediante la planeación, gestión, implantación y control de un sistema estratégico de transporte público que propenda por el mejoramiento de la calidad de vida y la preservación de medio ambiente, contribuyendo a la transformación económica y social”.

Con la renuncia de su gerente, de más de una década, Katrizza Morelli, lo mínimo que la ciudadanía vallenata esperaría es que se cierre ese ciclo de construcción de infraestructura vial y de experimentación y que se consolide el transporte público masivo de Valledupar.

En un planteamiento pragmático es válido decir que a la gente no le interesa cómo se llame el gerente o persona que esté al frente del SIVA, lo que se necesita es una ciudad muy organizada en materia de transporte, que este sea eficiente, oportuno, seguro y ajustado al bolsillo del ciudadano de a pie.

Pero a la junta directiva del SIVA, presidida por el alcalde de Valledupar, Ernesto Orozco; la gobernadora del Cesar, Elvia Milena Sanjuán y la representación de entidades del Gobierno nacional, en un acto de muchísima responsabilidad, sí le debe interesar el perfil de la persona que vaya a elegir como nuevo gerente del SIVA, por ello está obligada a estudiar con mucha rigurosidad la hoja de vida, la trayectoria profesional y el carácter de la persona sobre la cual recaerá tal designación o nombramiento.

Claro está que no se trata solo de la idoneidad del nuevo o nueva gerente, también entran en juego aspectos de suma importancia como el manejo eficiente y transparente de los recursos públicos destinados para optimizar el servicio. Que se socialicen de manera previa las ideas, obras y proyectos que demandan gran inversión económica, abrírsele espacios a todos los veedores sociales; sería una manera de generar sentido de pertenencia en la ciudadanía y volverla aliada del proceso, lo mismo que a los periodistas y medios de comunicación, con los que hubo desencuentros en el ciclo del Sistema Estratégico de Transporte.

En síntesis, estamos frente a la coyuntura precisa para mejorar el camino del SIVA, ojalá y este nuevo ciclo que ha de iniciarse comience corrigiendo los inconvenientes del pasado, que construya plena confianza mediante la entrega de cuentas sobre los presuntos grandes pasivos de la empresa y sobre los criterios de selección de sus contrataciones. No se debe escatimar esfuerzos en informar e informar.

Pero, en verdad, el desafío no es tanto para el gerente, que por muy diestro que sea sus esfuerzos son limitados. El desafío mayor es para la Administración municipal y su socio en el servicio, la gobernación del Cesar, que deberán manejar no solo el apoyo monetario, complementario o sustituto al de la Nación, sino el de la regulación y control de la movilidad urbana.

Además del servicio deficiente de buses, la variable del débil desarrollo económico y las carencias sociales llevan al uso desmedido y muchas veces ilegal de la moto.

La alcaldía apoya pero al tiempo le ha puesto zancadilla al transporte en buses. ¿Por qué una gran porción de las motos no usan cascos, pasan los semáforos en rojo, no tienen papeles ni Soat y no se les limita el uso a dos usuarios? ¿Alguien podría explicarlo?

Editorial
16 octubre, 2024

Un nuevo ciclo del SIVA: deberá implantar el transporte moderno en la ciudad

Con la renuncia de su gerente, de más de una década, Katrizza Morelli, lo mínimo que la ciudadanía vallenata esperaría es que se cierre ese ciclo de construcción de infraestructura vial y de experimentación y que se consolide el transporte público masivo de Valledupar.


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Hasta la fecha el Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, ha tenido avances notables pero no ha podido cumplir con el objetivo definitivo para el que fue creado, tal es el de “brindar una solución de transporte público colectivo a los habitantes del municipio de Valledupar y su área de influencia, bajo los principios de eficiencia, seguridad y sostenibilidad mediante la planeación, gestión, implantación y control de un sistema estratégico de transporte público que propenda por el mejoramiento de la calidad de vida y la preservación de medio ambiente, contribuyendo a la transformación económica y social”.

Con la renuncia de su gerente, de más de una década, Katrizza Morelli, lo mínimo que la ciudadanía vallenata esperaría es que se cierre ese ciclo de construcción de infraestructura vial y de experimentación y que se consolide el transporte público masivo de Valledupar.

En un planteamiento pragmático es válido decir que a la gente no le interesa cómo se llame el gerente o persona que esté al frente del SIVA, lo que se necesita es una ciudad muy organizada en materia de transporte, que este sea eficiente, oportuno, seguro y ajustado al bolsillo del ciudadano de a pie.

Pero a la junta directiva del SIVA, presidida por el alcalde de Valledupar, Ernesto Orozco; la gobernadora del Cesar, Elvia Milena Sanjuán y la representación de entidades del Gobierno nacional, en un acto de muchísima responsabilidad, sí le debe interesar el perfil de la persona que vaya a elegir como nuevo gerente del SIVA, por ello está obligada a estudiar con mucha rigurosidad la hoja de vida, la trayectoria profesional y el carácter de la persona sobre la cual recaerá tal designación o nombramiento.

Claro está que no se trata solo de la idoneidad del nuevo o nueva gerente, también entran en juego aspectos de suma importancia como el manejo eficiente y transparente de los recursos públicos destinados para optimizar el servicio. Que se socialicen de manera previa las ideas, obras y proyectos que demandan gran inversión económica, abrírsele espacios a todos los veedores sociales; sería una manera de generar sentido de pertenencia en la ciudadanía y volverla aliada del proceso, lo mismo que a los periodistas y medios de comunicación, con los que hubo desencuentros en el ciclo del Sistema Estratégico de Transporte.

En síntesis, estamos frente a la coyuntura precisa para mejorar el camino del SIVA, ojalá y este nuevo ciclo que ha de iniciarse comience corrigiendo los inconvenientes del pasado, que construya plena confianza mediante la entrega de cuentas sobre los presuntos grandes pasivos de la empresa y sobre los criterios de selección de sus contrataciones. No se debe escatimar esfuerzos en informar e informar.

Pero, en verdad, el desafío no es tanto para el gerente, que por muy diestro que sea sus esfuerzos son limitados. El desafío mayor es para la Administración municipal y su socio en el servicio, la gobernación del Cesar, que deberán manejar no solo el apoyo monetario, complementario o sustituto al de la Nación, sino el de la regulación y control de la movilidad urbana.

Además del servicio deficiente de buses, la variable del débil desarrollo económico y las carencias sociales llevan al uso desmedido y muchas veces ilegal de la moto.

La alcaldía apoya pero al tiempo le ha puesto zancadilla al transporte en buses. ¿Por qué una gran porción de las motos no usan cascos, pasan los semáforos en rojo, no tienen papeles ni Soat y no se les limita el uso a dos usuarios? ¿Alguien podría explicarlo?