Recientemente leíamos y comentábamos, en estas mismas páginas, un texto interesante sobre educación, publicado en el mensuario Lecturas del diario EL TIEMPO de Bogotá, de la autoría del nuevo Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa. En ese texto, un ensayo bien argumentado, Vargas Llosa se refería a la problemática de la educación pública […]
Recientemente leíamos y comentábamos, en estas mismas páginas, un texto interesante sobre educación, publicado en el mensuario Lecturas del diario EL TIEMPO de Bogotá, de la autoría del nuevo Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa.
En ese texto, un ensayo bien argumentado, Vargas Llosa se refería a la problemática de la educación pública en Europa, y en Francia, en particular, por problemas de baja en su calidad y la fragmentación social de la misma; ya que mientras la gente de recursos puede acudir a instituciones educativas de muy buena calidad, la gente más pobre debe acudir a la educación pública, no siempre de la mejor calidad.
Reivindicaba el destacado novelista latinoamericano la importancia de fortalecer una educación pública de calidad, a la cual tengan acceso todos los ciudadanos, sin importar su condición económica, basada en el pensamiento humanista, en una pedagogía liberadora y en escenarios incluyentes y verdaderamente democráticos. Advertía Vargas Llosa sobre las graves consecuencias que, a su juicio, tiene esa fragmentación de la educación en la sociedad moderna.
Y reflexionábamos si esa era la situación de Francia, cual sería la situación en Colombia donde, desde los altos niveles del Estado, desde hace varias décadas se viene propiciando una educación peligrosamente dividida: los ricos y quienes puedan pagarla en buenos colegios y universidades, y el resto de la población en instituciones educativas de dudosa calidad…
Consideramos que la educación tiene múltiples objetivos en una sociedad como la nuestra, además de formar para el trabajo, debe formar para la vida, para vivir en democracia y tolerancia, y por ello consideramos de la mayor importancia fortalecer una educación pública de calidad. Ya no basta con aumentar los índices de cobertura en la instrucción que ofrece el Estado, sino que es necesario que la misma sea de igual o mejor calidad que la que ofrecen las mejores instituciones del sector privado, debido a las positivas y multiplicadoras consecuencias que tiene para el ciudadano común y corriente, en la verdadera construcción de una sociedad más justa, equitativa, progresista e incluyente.
En ese orden de ideas, consideramos de la mayor trascendencia para el departamento del Cesar, la Guajira y el Magdalena, y toda la Región Caribe, en general, el proyecto que busca construir una sede de la Universidad Nacional de Colombia, en La Paz, Cesar, que estamos seguros beneficiará a toda la Costa. Y resaltamos la visita del rector del Alma Mater del país, Moisés Wasserman Lerner, para poner la primera piedra de la nueva sede, en acto presidido por el Gobernador, Cristian Moreno Panezo.
El proyecto que se inicia representa un cambio significativo para la educación superior en el Cesar; y la comunidad espera que el mismo tenga toda la continuidad en los próximos gobiernos locales, como también en el gobierno nacional, para que pueda llegar a feliz término.
Esta iniciativa apenas comienza, ya se adquirió el lote, cerca a La Paz, y se puso la primera piedra. Pero, ahora viene la etapa clave iniciar los diseños para la construcción de la nueva sede de la UN, que será la primera en la zona continental de la Costa Atlántica, ya que la única sede de la Nacional en esta parte del país queda en San Andrés Islas.
No obstante lo anterior, es una excelente noticia para la región, que – de concretarse- cambiará radicalmente la historia de la educación superior en esta zona del país. La nueva sede de la Universidad Nacional requiere el apoyo de todos los sectores de la región, no hay que verla como una competencia para la UPC, sino, por el contrario, como su complemento. La nueva sede de la Nacional estará llamada a liderar un cambio radical en la educación superior en la región, no sólo en el sector público, sino también en coordinación con las universidades privadas ubicadas ya en la región.
No es sola la primera piedra del saber la que se ha puesto, sino mucho más es un nuevo camino del saber el que se ha abierto, para que miles de nuestros estudiantes de todas las clases sociales tengan acceso a educación superior de la mejor calidad, humanista, liberal, moderna y progresista. En horabuena.
Recientemente leíamos y comentábamos, en estas mismas páginas, un texto interesante sobre educación, publicado en el mensuario Lecturas del diario EL TIEMPO de Bogotá, de la autoría del nuevo Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa. En ese texto, un ensayo bien argumentado, Vargas Llosa se refería a la problemática de la educación pública […]
Recientemente leíamos y comentábamos, en estas mismas páginas, un texto interesante sobre educación, publicado en el mensuario Lecturas del diario EL TIEMPO de Bogotá, de la autoría del nuevo Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa.
En ese texto, un ensayo bien argumentado, Vargas Llosa se refería a la problemática de la educación pública en Europa, y en Francia, en particular, por problemas de baja en su calidad y la fragmentación social de la misma; ya que mientras la gente de recursos puede acudir a instituciones educativas de muy buena calidad, la gente más pobre debe acudir a la educación pública, no siempre de la mejor calidad.
Reivindicaba el destacado novelista latinoamericano la importancia de fortalecer una educación pública de calidad, a la cual tengan acceso todos los ciudadanos, sin importar su condición económica, basada en el pensamiento humanista, en una pedagogía liberadora y en escenarios incluyentes y verdaderamente democráticos. Advertía Vargas Llosa sobre las graves consecuencias que, a su juicio, tiene esa fragmentación de la educación en la sociedad moderna.
Y reflexionábamos si esa era la situación de Francia, cual sería la situación en Colombia donde, desde los altos niveles del Estado, desde hace varias décadas se viene propiciando una educación peligrosamente dividida: los ricos y quienes puedan pagarla en buenos colegios y universidades, y el resto de la población en instituciones educativas de dudosa calidad…
Consideramos que la educación tiene múltiples objetivos en una sociedad como la nuestra, además de formar para el trabajo, debe formar para la vida, para vivir en democracia y tolerancia, y por ello consideramos de la mayor importancia fortalecer una educación pública de calidad. Ya no basta con aumentar los índices de cobertura en la instrucción que ofrece el Estado, sino que es necesario que la misma sea de igual o mejor calidad que la que ofrecen las mejores instituciones del sector privado, debido a las positivas y multiplicadoras consecuencias que tiene para el ciudadano común y corriente, en la verdadera construcción de una sociedad más justa, equitativa, progresista e incluyente.
En ese orden de ideas, consideramos de la mayor trascendencia para el departamento del Cesar, la Guajira y el Magdalena, y toda la Región Caribe, en general, el proyecto que busca construir una sede de la Universidad Nacional de Colombia, en La Paz, Cesar, que estamos seguros beneficiará a toda la Costa. Y resaltamos la visita del rector del Alma Mater del país, Moisés Wasserman Lerner, para poner la primera piedra de la nueva sede, en acto presidido por el Gobernador, Cristian Moreno Panezo.
El proyecto que se inicia representa un cambio significativo para la educación superior en el Cesar; y la comunidad espera que el mismo tenga toda la continuidad en los próximos gobiernos locales, como también en el gobierno nacional, para que pueda llegar a feliz término.
Esta iniciativa apenas comienza, ya se adquirió el lote, cerca a La Paz, y se puso la primera piedra. Pero, ahora viene la etapa clave iniciar los diseños para la construcción de la nueva sede de la UN, que será la primera en la zona continental de la Costa Atlántica, ya que la única sede de la Nacional en esta parte del país queda en San Andrés Islas.
No obstante lo anterior, es una excelente noticia para la región, que – de concretarse- cambiará radicalmente la historia de la educación superior en esta zona del país. La nueva sede de la Universidad Nacional requiere el apoyo de todos los sectores de la región, no hay que verla como una competencia para la UPC, sino, por el contrario, como su complemento. La nueva sede de la Nacional estará llamada a liderar un cambio radical en la educación superior en la región, no sólo en el sector público, sino también en coordinación con las universidades privadas ubicadas ya en la región.
No es sola la primera piedra del saber la que se ha puesto, sino mucho más es un nuevo camino del saber el que se ha abierto, para que miles de nuestros estudiantes de todas las clases sociales tengan acceso a educación superior de la mejor calidad, humanista, liberal, moderna y progresista. En horabuena.