Daniel Fernández, un joven que cree que para llevarles el mensaje de Dios a otros jóvenes, la música urbana es una buena opción. Daniel escribe su primer tema musical en el año 2005,  y a mediados del 2006 y 2007 empezó a grabar algunos temas. 

Este joven promociona la canción ‘Regreso  a ti’, es una historia basada en la vida real, con hechos que le ocurrieron a este joven, un testimonio en el que cuenta la mala experiencia después de haberse alejado de Dios;  en esta canción él reconoce que los jóvenes tienen debilidades.

Para esa misma fecha Daniel recogió sus cosas y se va tras un contrato que tenía para hacer una gira musical, pero terminado este, volvió a casa, se encerró en su cuarto, tomó lápiz y papel para escribir que se arrepentía de alejarse de los caminos de Dios, dejando plasmado en este tema la frase ‘Hoy regreso a Dios y me puedo dar cuenta que Él me estaba esperando en el mismo lugar donde yo le di la espalda’. 

En el 2010, grabó el tema  titulado ‘Esto es para ti’, canción que según Daniel le abrió muchas puertas nacional e internacionalmente, haciéndose sonar en países como Venezuela, Puerto Rico y Estados Unidos. 

“Recuerdo mucho mi primera gira fuera de la ciudad, llegué a Sincelejo y parte de sucre, pero fue en esta ciudad donde sentí ese gran apoyo de todas las personas que asistieron a mi concierto, fue una bendición llegar por esas tierras”, relató Daniel Fernández. 

Daniel por estos días, hace parte de un proyecto titulado ‘Cristo al parque’, en donde su base es el cristianismo, y su objetivo es llegar a los barrios marginados y golpeados por la violencia en la ciudad, llevando el mensaje de Dios a través de la música, esta vez no solo a jóvenes sino a todo el que los pueda oír.  

“Cómo olvidar un concierto que tuvimos en una iglesia en el barrio los 450 Años, donde mi grupo y yo tuvimos la oportunidad de interactuar con más jóvenes y dialogar de la vida si estamos cerca de Dios, hubo un momento en que compartíamos pensamientos y yo tuve la oportunidad de decirles que sí hay esperanza, nunca es tarde mientras haya vida, que no debemos alejarnos de Dios por muy grande que sea la tentación, de repente vi que muchos de esos jóvenes empezaron a llorar y se quebrantaron, era algo que me ponía feliz porque sabía que me estaban escuchando y entendiendo, fue algo muy significativo, pues no eran cualquier tipo de jóvenes, sino personas que tenían un pasado difícil y que dejó marcas en ellos”, Daniel recordó esta experiencia con mucho regocijo. 

Por Pilar Peña Toloza