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Columnista - 27 mayo, 2020

Un gran reto: El periodismo en la pandemia

La pandemia originada por el coronavirus, llamado covid-19, que ha sumido al mundo en una sensación de angustia y desesperanza, ha representado, también, un gran reto para los medios de comunicación en todo el mundo y en Colombia. Se trata de un hecho inédito, no comparable con otras pandemias como la A1N1, o el ébola, […]

La pandemia originada por el coronavirus, llamado covid-19, que ha sumido al mundo en una sensación de angustia y desesperanza, ha representado, también, un gran reto para los medios de comunicación en todo el mundo y en Colombia. Se trata de un hecho inédito, no comparable con otras pandemias como la A1N1, o el ébola, hace ya varios años.

No. Esto ha sido distinto, las cosas sucedieron muy rápido y de una noticia remota, en China, por allá por el mes de octubre, poco a poco fue creciendo el problema y la información sobre el mismo; hasta llegar a la situación desesperante que estamos viviendo. Esto parece una obra trágica de teatro griego.   

Pues bien, el problema llegó a Colombia, a comienzos de marzo, y desde entonces se tomó toda la agenda de los medios, en general, desplazó la política, la economía, la cultura, etc. La covid es todo hoy, no hubo Festival Vallenato, no hubo Feria del Libro, y todo el mundo encerrado en sus casas, para ver si el virus aplaca su agresivo contagio. Los epidemiólogos a estudiar para tratar de explicarle al resto de los mortales qué está pasando, ¿qué hacer y qué viene?

 Se ha presentado de todo: medios muy cuidadosos y responsables, consultando a médicos y – en general- científicos de primer nivel; es el caso de CNN, de The Economist, El País de España, y algunos otros medios de Europa. En los Estados Unidos, la película ha sido otra, ni el mismo presidente de ese país ha sabido asumir el tema. Ni que decir de México, y Brasil. Hoy, ambos pueblos están pagando las consecuencias. Otros medios se han dedicado al papel de “correveydile”, presentado la información de la crisis sanitaria como una sumatoria de muertos.

Ya es hora de sacar algunas lecciones sobre el tratamiento periodístico y comunicativo del tema. Hay que buscar fuentes serias y responsables, los científicos, los médicos y las autoridades de salud. Segundo, como ha sucedido en la mayoría de los medios de Colombia, con algunas excepciones, hay que explicar, contextualizar el problema ante la ciudadanía: no hay vacuna, no hay remedios probados, y la única solución, por ahora, para reducir el riesgo de contagio es el aislamiento social, el lavado intenso de las manos y el uso del tapabocas.

Pero, quizás lo más importante, la covid-19 será una prueba para los gobiernos de todo el mundo y a todo nivel, desde presidentes, hasta alcaldes. Hay que saber persuadir y convencer a la gente sobre la necesidad de cuidarse, tener civismo y cultura ciudadana. Pero, ¡qué tristeza! Mucha de nuestra gente en medio del subdesarrollo y la ignorancia, cree que ser ciudadano es pedir y pedir. Es decir, conocen de sus derechos, pero desconocen sus deberes. Y el primer deber, además de votar para elegir buenos gobernantes, es hacer caso a las autoridades.

Y nuestro principal deber, desde los medios, además de informar y orientar a la gente; es ayudar a construir una ciudadanía cada vez mejor informada, seria y responsable. Claro que sí. Pero, además, vigilar que los recursos públicos a invertir en la atención de la emergencia sanitaria y en la gente más necesitada se inviertan bien y lleguen a donde tienen que llegar.

Es increíble, que a la tragedia que estamos viviendo, que no sabemos, insisto, cuál será su final, se le sume la corrupción sistemática que nos carcome. Eso, entre autoridades, ciudadanos y medios, no lo podemos permitir. Sería el colmo.

Estoicismo en la pandemia

Y como si fuera poco, en medio de esta situación angustiosa, la muerte nos ha recordado la fragilidad de la vida. Se llevó la parca a dos de mis tías más queridas e inolvidables: Marina Maestre de Pumarejo, y a Néfer Quiroz Maestre, cuanta falta nos hacen a sus familiares. Pero, también la parca ha venido por parientes como el primo Rodolfo Orozco Quiroz, abogado de risa generosa; por amigos, como Ricardo Baute, compañero en el Loperena,  y por la señora Josefa Aponte Martínez. A todos, familiares y amigos, mis más sinceras condolencias. Que el Creador los reciba a todos en su reino.

Columnista
27 mayo, 2020

Un gran reto: El periodismo en la pandemia

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Alberto Maestre

La pandemia originada por el coronavirus, llamado covid-19, que ha sumido al mundo en una sensación de angustia y desesperanza, ha representado, también, un gran reto para los medios de comunicación en todo el mundo y en Colombia. Se trata de un hecho inédito, no comparable con otras pandemias como la A1N1, o el ébola, […]


La pandemia originada por el coronavirus, llamado covid-19, que ha sumido al mundo en una sensación de angustia y desesperanza, ha representado, también, un gran reto para los medios de comunicación en todo el mundo y en Colombia. Se trata de un hecho inédito, no comparable con otras pandemias como la A1N1, o el ébola, hace ya varios años.

No. Esto ha sido distinto, las cosas sucedieron muy rápido y de una noticia remota, en China, por allá por el mes de octubre, poco a poco fue creciendo el problema y la información sobre el mismo; hasta llegar a la situación desesperante que estamos viviendo. Esto parece una obra trágica de teatro griego.   

Pues bien, el problema llegó a Colombia, a comienzos de marzo, y desde entonces se tomó toda la agenda de los medios, en general, desplazó la política, la economía, la cultura, etc. La covid es todo hoy, no hubo Festival Vallenato, no hubo Feria del Libro, y todo el mundo encerrado en sus casas, para ver si el virus aplaca su agresivo contagio. Los epidemiólogos a estudiar para tratar de explicarle al resto de los mortales qué está pasando, ¿qué hacer y qué viene?

 Se ha presentado de todo: medios muy cuidadosos y responsables, consultando a médicos y – en general- científicos de primer nivel; es el caso de CNN, de The Economist, El País de España, y algunos otros medios de Europa. En los Estados Unidos, la película ha sido otra, ni el mismo presidente de ese país ha sabido asumir el tema. Ni que decir de México, y Brasil. Hoy, ambos pueblos están pagando las consecuencias. Otros medios se han dedicado al papel de “correveydile”, presentado la información de la crisis sanitaria como una sumatoria de muertos.

Ya es hora de sacar algunas lecciones sobre el tratamiento periodístico y comunicativo del tema. Hay que buscar fuentes serias y responsables, los científicos, los médicos y las autoridades de salud. Segundo, como ha sucedido en la mayoría de los medios de Colombia, con algunas excepciones, hay que explicar, contextualizar el problema ante la ciudadanía: no hay vacuna, no hay remedios probados, y la única solución, por ahora, para reducir el riesgo de contagio es el aislamiento social, el lavado intenso de las manos y el uso del tapabocas.

Pero, quizás lo más importante, la covid-19 será una prueba para los gobiernos de todo el mundo y a todo nivel, desde presidentes, hasta alcaldes. Hay que saber persuadir y convencer a la gente sobre la necesidad de cuidarse, tener civismo y cultura ciudadana. Pero, ¡qué tristeza! Mucha de nuestra gente en medio del subdesarrollo y la ignorancia, cree que ser ciudadano es pedir y pedir. Es decir, conocen de sus derechos, pero desconocen sus deberes. Y el primer deber, además de votar para elegir buenos gobernantes, es hacer caso a las autoridades.

Y nuestro principal deber, desde los medios, además de informar y orientar a la gente; es ayudar a construir una ciudadanía cada vez mejor informada, seria y responsable. Claro que sí. Pero, además, vigilar que los recursos públicos a invertir en la atención de la emergencia sanitaria y en la gente más necesitada se inviertan bien y lleguen a donde tienen que llegar.

Es increíble, que a la tragedia que estamos viviendo, que no sabemos, insisto, cuál será su final, se le sume la corrupción sistemática que nos carcome. Eso, entre autoridades, ciudadanos y medios, no lo podemos permitir. Sería el colmo.

Estoicismo en la pandemia

Y como si fuera poco, en medio de esta situación angustiosa, la muerte nos ha recordado la fragilidad de la vida. Se llevó la parca a dos de mis tías más queridas e inolvidables: Marina Maestre de Pumarejo, y a Néfer Quiroz Maestre, cuanta falta nos hacen a sus familiares. Pero, también la parca ha venido por parientes como el primo Rodolfo Orozco Quiroz, abogado de risa generosa; por amigos, como Ricardo Baute, compañero en el Loperena,  y por la señora Josefa Aponte Martínez. A todos, familiares y amigos, mis más sinceras condolencias. Que el Creador los reciba a todos en su reino.