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Editorial - 30 abril, 2022

Un Festival de relaciones públicas y sociales

Desde sus inicios el Festival de la Leyenda Vallenata, además del impulso del tema folclórico, ha servido para gestionar grandes proyectos en el orden institucional, empresarial y de diversa naturaleza para Valledupar, y su gran región

Desde sus inicios el Festival de la Leyenda Vallenata, además del impulso del tema folclórico, ha servido para gestionar grandes proyectos en el orden institucional, empresarial y de diversa naturaleza para Valledupar, y su gran región .

La lista de logros en todos los niveles, propiciados en la coyuntura del Festival, es amplia y muy significativa. Desde nombramientos de ministros, elección de fiscales, procuradores, contralores, dirección de entidades territoriales, consulados, solo para mencionar los cargos de mayor relevancia que los cesarenses han alcanzado gracias a este certamen folclórico.

Cuando Valledupar tuvo una época deslumbrante entre las ciudades del Caribe, con los primeros alcaldes elegidos popularmente, la gente colaboraba, desarrollaba junto con la Alcaldia todo tipo de gestiones de mejoramiento del entorno, en programas de auto construcción (especie de ‘mingas’ comunitarias) o de mejora de servicios, e incluso pagaba impuestos al municipio, los alcaldes, y los congresistas, con ese ejemplo, y con el lobby del vallenato, lograban conquistar el corazón de los ‘cachacos’ de altos cargos y se obtenían recursos de cofinanciación significativos de la nación. Se oía decir a los ministros que los vallenatos eran los personajes, que viven en una sorpresa de ciudad, más simpáticos, hospitalarios y queridos de Colombia.

Y qué no decir de la gran contribución que la música junto a la persuasión y los discursos, logró en la creación del departamento del Cesar. De allí que los expositores en el foro que adelantó EL PILÓN ‘Folclor y Economía’, hayan coincidido en el papel de ‘lobby’ de los vallenatos ante el alto gobierno, sin desconocer los negocios, las relaciones culturales y de todo tipo que se establecieron en parrandas y encuentros informales. Una diplomacia blanda pero efectiva. Rodolfo Molina, presidente de la Fundación del Festival dijo que el Fstival Vallenato fue un proyecto político- cultural; y la secretaria de cultura del Atlantico Diana Acosta manifestó los barranquilleros al decidirse después de evaluaciones a potenciar su carnaval hace algunos años como plataforma de ‘conquista’ pensaron admirados en lo que había logrado Valledupar y su dirigencia con el Festival.

Eso es bueno para Valledupar y el Cesar, lo que sí habría que entrar a revisar, y evaluar en términos de resultados, es qué tanto han estado, al final de la película, al servicio de nuestra gente, todas esas oportunidades brindadas por los diferentes gobiernos de turno.

El Festival sigue ahí como la mejor vitrina para Valledupar y todo el entorno regional en diferentes áreas, la clave es que eso sea de mucho provecho colectivo y no solo para beneficio particular.

El 55 Festival no podría ser la excepción en esa dinámica aquí descrita, máxime cuando se trata del Rey de Reyes y eso ha elevado el nivel de interés del país en estas fiestas folclóricas.

Veamos entonces qué le deja a Valledupar y el Cesar el actual Festival en materia de política, de negocios, de relacionamiento y buen lobby. Tema para siguientes editoriales.

Editorial
30 abril, 2022

Un Festival de relaciones públicas y sociales

Desde sus inicios el Festival de la Leyenda Vallenata, además del impulso del tema folclórico, ha servido para gestionar grandes proyectos en el orden institucional, empresarial y de diversa naturaleza para Valledupar, y su gran región


Desde sus inicios el Festival de la Leyenda Vallenata, además del impulso del tema folclórico, ha servido para gestionar grandes proyectos en el orden institucional, empresarial y de diversa naturaleza para Valledupar, y su gran región .

La lista de logros en todos los niveles, propiciados en la coyuntura del Festival, es amplia y muy significativa. Desde nombramientos de ministros, elección de fiscales, procuradores, contralores, dirección de entidades territoriales, consulados, solo para mencionar los cargos de mayor relevancia que los cesarenses han alcanzado gracias a este certamen folclórico.

Cuando Valledupar tuvo una época deslumbrante entre las ciudades del Caribe, con los primeros alcaldes elegidos popularmente, la gente colaboraba, desarrollaba junto con la Alcaldia todo tipo de gestiones de mejoramiento del entorno, en programas de auto construcción (especie de ‘mingas’ comunitarias) o de mejora de servicios, e incluso pagaba impuestos al municipio, los alcaldes, y los congresistas, con ese ejemplo, y con el lobby del vallenato, lograban conquistar el corazón de los ‘cachacos’ de altos cargos y se obtenían recursos de cofinanciación significativos de la nación. Se oía decir a los ministros que los vallenatos eran los personajes, que viven en una sorpresa de ciudad, más simpáticos, hospitalarios y queridos de Colombia.

Y qué no decir de la gran contribución que la música junto a la persuasión y los discursos, logró en la creación del departamento del Cesar. De allí que los expositores en el foro que adelantó EL PILÓN ‘Folclor y Economía’, hayan coincidido en el papel de ‘lobby’ de los vallenatos ante el alto gobierno, sin desconocer los negocios, las relaciones culturales y de todo tipo que se establecieron en parrandas y encuentros informales. Una diplomacia blanda pero efectiva. Rodolfo Molina, presidente de la Fundación del Festival dijo que el Fstival Vallenato fue un proyecto político- cultural; y la secretaria de cultura del Atlantico Diana Acosta manifestó los barranquilleros al decidirse después de evaluaciones a potenciar su carnaval hace algunos años como plataforma de ‘conquista’ pensaron admirados en lo que había logrado Valledupar y su dirigencia con el Festival.

Eso es bueno para Valledupar y el Cesar, lo que sí habría que entrar a revisar, y evaluar en términos de resultados, es qué tanto han estado, al final de la película, al servicio de nuestra gente, todas esas oportunidades brindadas por los diferentes gobiernos de turno.

El Festival sigue ahí como la mejor vitrina para Valledupar y todo el entorno regional en diferentes áreas, la clave es que eso sea de mucho provecho colectivo y no solo para beneficio particular.

El 55 Festival no podría ser la excepción en esa dinámica aquí descrita, máxime cuando se trata del Rey de Reyes y eso ha elevado el nivel de interés del país en estas fiestas folclóricas.

Veamos entonces qué le deja a Valledupar y el Cesar el actual Festival en materia de política, de negocios, de relacionamiento y buen lobby. Tema para siguientes editoriales.