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Columnista - 14 agosto, 2023

¡Un cóctel peligroso!

El estallido social de los años 2019 al 2021 tuvo diferentes etiologías, pero ciertamente todas ellas reflejaron el malestar y la angustia de la gente.

El estallido social de los años 2019 al 2021 tuvo diferentes etiologías, pero ciertamente todas ellas reflejaron el malestar y la angustia de la gente. El detonante de esta situación, fue, sin lugar a dudas, la drástica reforma tributaria por parte del Presidente Duque, presentada a consideración del Congreso por el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla. Muertes de los protestantes y miembros de la fuerza pública, excesos del ESMAD, lesionados, desapariciones forzadas, millonarias pérdidas económicas por causa de los bloqueos, y el total desprestigio de un Gobierno indolente, es a grosso modo el balance que dejó este doloroso capítulo de nuestra historia reciente.


Pues bien, traemos esto a colación porque con preocupación observamos que se están dando todos los factores que podrían desencadenar en otro estallido social, pero en esta ocasión a nivel de la Costa Atlántica. ¿Cuáles serían estos factores? Son básicamente dos los ingredientes de este coctel explosivo. El primero de ellos, el alza desmesurada de la gasolina, que golpea el bolsillo de los transportadores, y el segundo factor es el alza exagerada del kilovatio para la Costa Caribe, en un 19.50 % aunado al anuncio de las empresas Aire y Afinia de cambio de los medidores, todo ello en complicidad con un factor exógeno que es el fenómeno del Niño, que obliga a prender los abanicos para paliar un poco las elevadas temperaturas, disparándose entonces el consumo, y dejando a la gente en la disyuntiva de comer o pagar la factura.


Ahora bien, la saliente ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, no logró mayor cosa, en lo que a tarifas se refiere, correspondiéndole al recién nombrado ministro Dr. Omar Camacho, lidiar con este delicado asunto, pues si aceptó la cartera es porque conoce la problemática a la que se enfrenta, y no nos puede salir a señalar culpables, pues no se trata de eso, sino de buscar soluciones prontas y efectivas. Valledupar desde hace más de cuarenta años viene arrastrando el lastre de unos operadores ineficientes. La pesadilla empezó con Electrocesar, siguió con Electricaribe y continúa con Afinia. Esta columna no tiene el carácter de “incendiar” el ánimo de la gente, pero sí de hacer visible una situación que puede desencadenar en una protesta masiva con pronóstico reservado.


El apoyo de la Costa Caribe para la elección de nuestro Presidente, fue decisivo, y se votó para “vivir sabroso”, no para seguir con el suplicio de un servicio costoso y de mala calidad.
La apuesta del Gobierno por la transición a las energías limpias, es perfectamente viable y necesaria, pero su implementación va a tomar tiempo, y tiempo es lo que no hay. Ojalá el nuevo ministro de Minas tome el toro por los cachos y consiga aliviar el bolsillo de los costeños frente a estos dos factores: el costo de la gasolina y el de la energía eléctrica, pues juntos son ¡un coctel peligroso!


Cita de cierre: “Creo que hay que pelear contra el miedo, que se debe asumir que la vida es peligrosa y que eso es lo bueno que la vida tiene para que no se convierta en un mortal aburrimiento”, Eduardo Galeano, escritor uruguayo.

Por: Darío Arregocés Baute / [email protected]

Columnista
14 agosto, 2023

¡Un cóctel peligroso!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

El estallido social de los años 2019 al 2021 tuvo diferentes etiologías, pero ciertamente todas ellas reflejaron el malestar y la angustia de la gente.


El estallido social de los años 2019 al 2021 tuvo diferentes etiologías, pero ciertamente todas ellas reflejaron el malestar y la angustia de la gente. El detonante de esta situación, fue, sin lugar a dudas, la drástica reforma tributaria por parte del Presidente Duque, presentada a consideración del Congreso por el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla. Muertes de los protestantes y miembros de la fuerza pública, excesos del ESMAD, lesionados, desapariciones forzadas, millonarias pérdidas económicas por causa de los bloqueos, y el total desprestigio de un Gobierno indolente, es a grosso modo el balance que dejó este doloroso capítulo de nuestra historia reciente.


Pues bien, traemos esto a colación porque con preocupación observamos que se están dando todos los factores que podrían desencadenar en otro estallido social, pero en esta ocasión a nivel de la Costa Atlántica. ¿Cuáles serían estos factores? Son básicamente dos los ingredientes de este coctel explosivo. El primero de ellos, el alza desmesurada de la gasolina, que golpea el bolsillo de los transportadores, y el segundo factor es el alza exagerada del kilovatio para la Costa Caribe, en un 19.50 % aunado al anuncio de las empresas Aire y Afinia de cambio de los medidores, todo ello en complicidad con un factor exógeno que es el fenómeno del Niño, que obliga a prender los abanicos para paliar un poco las elevadas temperaturas, disparándose entonces el consumo, y dejando a la gente en la disyuntiva de comer o pagar la factura.


Ahora bien, la saliente ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, no logró mayor cosa, en lo que a tarifas se refiere, correspondiéndole al recién nombrado ministro Dr. Omar Camacho, lidiar con este delicado asunto, pues si aceptó la cartera es porque conoce la problemática a la que se enfrenta, y no nos puede salir a señalar culpables, pues no se trata de eso, sino de buscar soluciones prontas y efectivas. Valledupar desde hace más de cuarenta años viene arrastrando el lastre de unos operadores ineficientes. La pesadilla empezó con Electrocesar, siguió con Electricaribe y continúa con Afinia. Esta columna no tiene el carácter de “incendiar” el ánimo de la gente, pero sí de hacer visible una situación que puede desencadenar en una protesta masiva con pronóstico reservado.


El apoyo de la Costa Caribe para la elección de nuestro Presidente, fue decisivo, y se votó para “vivir sabroso”, no para seguir con el suplicio de un servicio costoso y de mala calidad.
La apuesta del Gobierno por la transición a las energías limpias, es perfectamente viable y necesaria, pero su implementación va a tomar tiempo, y tiempo es lo que no hay. Ojalá el nuevo ministro de Minas tome el toro por los cachos y consiga aliviar el bolsillo de los costeños frente a estos dos factores: el costo de la gasolina y el de la energía eléctrica, pues juntos son ¡un coctel peligroso!


Cita de cierre: “Creo que hay que pelear contra el miedo, que se debe asumir que la vida es peligrosa y que eso es lo bueno que la vida tiene para que no se convierta en un mortal aburrimiento”, Eduardo Galeano, escritor uruguayo.

Por: Darío Arregocés Baute / [email protected]