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Columnista - 8 junio, 2022

Un círculo vicioso muy peligroso 

“Capturan y sueltan”, podría ser el titular de esta columna

Los vallenatos están bajo el fuego criminal de la delincuencia organizada e individual, hay desespero e impotencia; muchos creen que esta cruenta situación crece y hasta estiman que los “bandidos” son invencibles. Se reproducen como ratas, pero son minoría.  

Así quieran esconder la grave situación de violencia que se suscita en la ciudad, el problema es incontrolable y no es porque no hay policías, el problema estriba en que los policías se ven muy poco revisando, previniendo, requisando y haciendo inteligencia para capturar a los atracadores.

Los delincuentes patrullan la ciudad, en busca de sus víctimas. Cuentan que son tan osados y despreocupados que ya no se ponen tapabocas ni camuflados ni usan cascos. Les da lo mismo atracar de noche que de día, de mañana que de tarde.

Les da igual que el lugar esté lleno o vacío de gente, son frenteros y lanzados, cuentan que para los delincuentes eso es una hazaña y después de cometer el atraco hacen mofa de lo ocurrido.

A los delincuentes les importa un bledo que sus víctimas sean hombres o mujeres, niños o niñas, ancianos o jóvenes, ellos se llevan por delante al que se oponga y si hay que asesinar, asesinan, sin piedad; no les importa el que caiga.

Es decir, los habitantes están frente a la peor escoria del mundo, capaz de asesinar hasta por un peso. “Esos atracadores callejeros le pegan un tiro al que sea, por nada”, dijo hace poco una señora del mercado.

Los últimos 10 casos ocurridos en Valledupar, aterran. Los videos que están circulando en las redes causan espanto. “Me ericé del horror ayer mientras veía como atracaban a un señor en plena vía de Valledupar, lo cachetearon y le reventaron la cabeza con la cancha de una pistola”, aseguró a los periodistas un testigo. 

Los delincuentes se pasean en motocicletas por las calles de Valledupar “armados hasta los dientes”, buscando a las víctimas, cuando se supone que deberían ser las autoridades las que patrullen la ciudad. La gente los ve y llama a la Policía, pero cuando la policía llega, “ya se han ido los bandidos”, dicen.

Se van para los barrios y hacen ‘moñona’. “Veeeee deja el celular si vas para la tienda”, le grita la abuela a la nieta. La inseguridad es tan desproporcionada que ya ni se puede ir a los talleres de motos y carros, ni lavar los carros en la puerta de la casa, ni mucho menos estar en la puerta de la calle hablando por teléfono. “Yo se lo decía que dejara de hablar con ese celular en la puerta, pero no me hacía caso”, justificó el papá de un muchacho en el barrio Obrero a quien le dieron un tiro para atracarlo.

Pero, también es verdad que la policía captura delincuentes todos los días y quita armas, pero no es suficiente, falta mayor operatividad, más estrategias policiales y presencia física, para superar la clandestinidad de los atracadores.  

“Capturan y sueltan”, podría ser el titular de esta columna. La Policía detiene y ‘los jueces dejan en libertad’, dice la gente. El abogado vallenato Rafal Fragoso Sajaud precisó que la Policía captura, emite un informe policial y entrega a la Fiscalía, pero el juez tiene 36 horas para definirle su situación jurídica.

Sin embargo, lo que la gente critica es que hay un círculo vicioso que perturba y corrompe cada día la lucha contra la delincuencia, en cuanto a lo endeble de la operatividad de quienes son los que deben controlar el accionar de la delincuencia en Valledupar. Hasta la próxima semana. [email protected]   @tiochiro.   

Columnista
8 junio, 2022

Un círculo vicioso muy peligroso 

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

“Capturan y sueltan”, podría ser el titular de esta columna


Los vallenatos están bajo el fuego criminal de la delincuencia organizada e individual, hay desespero e impotencia; muchos creen que esta cruenta situación crece y hasta estiman que los “bandidos” son invencibles. Se reproducen como ratas, pero son minoría.  

Así quieran esconder la grave situación de violencia que se suscita en la ciudad, el problema es incontrolable y no es porque no hay policías, el problema estriba en que los policías se ven muy poco revisando, previniendo, requisando y haciendo inteligencia para capturar a los atracadores.

Los delincuentes patrullan la ciudad, en busca de sus víctimas. Cuentan que son tan osados y despreocupados que ya no se ponen tapabocas ni camuflados ni usan cascos. Les da lo mismo atracar de noche que de día, de mañana que de tarde.

Les da igual que el lugar esté lleno o vacío de gente, son frenteros y lanzados, cuentan que para los delincuentes eso es una hazaña y después de cometer el atraco hacen mofa de lo ocurrido.

A los delincuentes les importa un bledo que sus víctimas sean hombres o mujeres, niños o niñas, ancianos o jóvenes, ellos se llevan por delante al que se oponga y si hay que asesinar, asesinan, sin piedad; no les importa el que caiga.

Es decir, los habitantes están frente a la peor escoria del mundo, capaz de asesinar hasta por un peso. “Esos atracadores callejeros le pegan un tiro al que sea, por nada”, dijo hace poco una señora del mercado.

Los últimos 10 casos ocurridos en Valledupar, aterran. Los videos que están circulando en las redes causan espanto. “Me ericé del horror ayer mientras veía como atracaban a un señor en plena vía de Valledupar, lo cachetearon y le reventaron la cabeza con la cancha de una pistola”, aseguró a los periodistas un testigo. 

Los delincuentes se pasean en motocicletas por las calles de Valledupar “armados hasta los dientes”, buscando a las víctimas, cuando se supone que deberían ser las autoridades las que patrullen la ciudad. La gente los ve y llama a la Policía, pero cuando la policía llega, “ya se han ido los bandidos”, dicen.

Se van para los barrios y hacen ‘moñona’. “Veeeee deja el celular si vas para la tienda”, le grita la abuela a la nieta. La inseguridad es tan desproporcionada que ya ni se puede ir a los talleres de motos y carros, ni lavar los carros en la puerta de la casa, ni mucho menos estar en la puerta de la calle hablando por teléfono. “Yo se lo decía que dejara de hablar con ese celular en la puerta, pero no me hacía caso”, justificó el papá de un muchacho en el barrio Obrero a quien le dieron un tiro para atracarlo.

Pero, también es verdad que la policía captura delincuentes todos los días y quita armas, pero no es suficiente, falta mayor operatividad, más estrategias policiales y presencia física, para superar la clandestinidad de los atracadores.  

“Capturan y sueltan”, podría ser el titular de esta columna. La Policía detiene y ‘los jueces dejan en libertad’, dice la gente. El abogado vallenato Rafal Fragoso Sajaud precisó que la Policía captura, emite un informe policial y entrega a la Fiscalía, pero el juez tiene 36 horas para definirle su situación jurídica.

Sin embargo, lo que la gente critica es que hay un círculo vicioso que perturba y corrompe cada día la lucha contra la delincuencia, en cuanto a lo endeble de la operatividad de quienes son los que deben controlar el accionar de la delincuencia en Valledupar. Hasta la próxima semana. [email protected]   @tiochiro.