El caso se presentó en el colegio Instpecam y desde entonces el estudiante de séptimo grado fue recluido en una clínica de la ciudad.
Alarmas encendidas en la Secretaría de Educación Municipal por el caso que involucra a un menor de 12 años de edad, quien habría consumido un medicamento para drogarse en la Institución Educativa Técnico Industrial Pedro Castro Monsalvo de Valledupar, que hoy está recluido en la Unidad de Cuidados Intensivos de una clínica de Valledupar.
El hecho se registró el miércoles anterior, cuando profesores del colegio notaron inconsistencia en el habla y hasta la forma de caminar del estudiante durante la clase de matemáticas, minutos después y al pasar al área de informática ocupó un puesto distinto al suyo, pero según sus compañeros, no mostraba un comportamiento adecuado.
En la hora de recreo el menor dijo sentirse mal, pidió una gaseosa y en el interior del salón se la compartieron, al ingresar a clases nuevamente el profesor notó la anomalía y decidió remitirlo a coordinación, dependencia que consideró llevarlo a un centro asistencial donde hasta ayer permanecía en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Médicos Alta Complejidad del Caribe.
El secretario de Educación, Luis Carlos Matute De la Rosa, dijo que “Este es un caso tipo tres, debe ser conocido por el Comité de Convivencia Municipal, se informó al ICBF, a la Policía de Infancia y Adolescencia, la Fiscalía y se activó toda la ruta para realizar el análisis”.
El funcionario explicó que el niño de 12 años recibió las pastillas de otro menor, quien fue suspendido de la institución mientras se adelanta el proceso de investigación.
“Estamos haciendo unas acciones preventivas, nos acompañamos de la Secretaría de Salud y la Policía, hemos pedido apoyo para que no solamente sean acciones preventivas, sino para que se judicialicen a estas personas que quieren ver a nuestros niños desviados del camino”, declaró Luis Carlos Matute.
La Secretaría de Educación tiene identificadas 10 instituciones de Valledupar, entre esas Manuel Germán Cuello, Bello Horizonte, La Esperanza, que fueron focalizadas y corren riesgo por el expendio de drogas fuera de ellas.
El coordinador de Convivencia en la jornada de la mañana del Instpecam, Félix Molina, manifestó que abrieron investigación incluyendo Policía de Infancia y Adolescencia, coordinadores y padres de los menores implicados.
“El niño fue llevado a una clínica por los docentes y está recibiendo sus atenciones médicas. Primero estamos haciendo la investigación y enviamos acta al Bienestar, como a la Secretaría de Educación”, dijo.
Antecedentes
En junio de 2014, EL PILÓN denunció la forma de ventas y el consumo de unas pastillas utilizadas como psicotrópico por algunos estudiantes. “La consumen con gaseosa, disuelta, para evadir la sospecha de los profesores y se la pasan entre compañeros. Es una forma usual de drogarse sin utilizar cocaína o marihuana”, le dijo un investigador de la Policía Nacional, en exclusiva a este medio de comunicación, advirtiendo que es así como se drogan en la institución sin problemas.
Las pastillas consumidas son tres, especialmente expendidas en colegios ubicados en las comunas cuatro y cinco de la capital del Cesar. Entre ellas aparece la clonazepam, rivotril y ahora apareció carbamazepina, que habría consumido el niño del colegio Instpecam.
El consumo ‘recreativo’ de medicamentos tranquilizantes en el país es mayor que el de éxtasis, según el Ministerio de Salud.
Por ejemplo, la carbamazepina se usa sola o en combinación con otros medicamentos, para controlar determinados tipos de convulsiones. También se usa para tratar la neuralgia del trigémino. Se utiliza también para tratar las enfermedades mentales, la depresión, el trastorno por estrés postraumático, los síntomas de abstinencia de las drogas y del alcohol, el síndrome de las piernas inquietas, la diabetes insípida, determinados síndromes de dolor y una enfermedad infantil llamada corea.
Las pastillas consumidas son tres, especialmente expendidas en colegios ubicados en las comunas cuatro y cinco de la capital del Cesar. Entre ellas aparece la clonazepam, rivotril y ahora apareció carbamazepina.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]
El caso se presentó en el colegio Instpecam y desde entonces el estudiante de séptimo grado fue recluido en una clínica de la ciudad.
Alarmas encendidas en la Secretaría de Educación Municipal por el caso que involucra a un menor de 12 años de edad, quien habría consumido un medicamento para drogarse en la Institución Educativa Técnico Industrial Pedro Castro Monsalvo de Valledupar, que hoy está recluido en la Unidad de Cuidados Intensivos de una clínica de Valledupar.
El hecho se registró el miércoles anterior, cuando profesores del colegio notaron inconsistencia en el habla y hasta la forma de caminar del estudiante durante la clase de matemáticas, minutos después y al pasar al área de informática ocupó un puesto distinto al suyo, pero según sus compañeros, no mostraba un comportamiento adecuado.
En la hora de recreo el menor dijo sentirse mal, pidió una gaseosa y en el interior del salón se la compartieron, al ingresar a clases nuevamente el profesor notó la anomalía y decidió remitirlo a coordinación, dependencia que consideró llevarlo a un centro asistencial donde hasta ayer permanecía en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Médicos Alta Complejidad del Caribe.
El secretario de Educación, Luis Carlos Matute De la Rosa, dijo que “Este es un caso tipo tres, debe ser conocido por el Comité de Convivencia Municipal, se informó al ICBF, a la Policía de Infancia y Adolescencia, la Fiscalía y se activó toda la ruta para realizar el análisis”.
El funcionario explicó que el niño de 12 años recibió las pastillas de otro menor, quien fue suspendido de la institución mientras se adelanta el proceso de investigación.
“Estamos haciendo unas acciones preventivas, nos acompañamos de la Secretaría de Salud y la Policía, hemos pedido apoyo para que no solamente sean acciones preventivas, sino para que se judicialicen a estas personas que quieren ver a nuestros niños desviados del camino”, declaró Luis Carlos Matute.
La Secretaría de Educación tiene identificadas 10 instituciones de Valledupar, entre esas Manuel Germán Cuello, Bello Horizonte, La Esperanza, que fueron focalizadas y corren riesgo por el expendio de drogas fuera de ellas.
El coordinador de Convivencia en la jornada de la mañana del Instpecam, Félix Molina, manifestó que abrieron investigación incluyendo Policía de Infancia y Adolescencia, coordinadores y padres de los menores implicados.
“El niño fue llevado a una clínica por los docentes y está recibiendo sus atenciones médicas. Primero estamos haciendo la investigación y enviamos acta al Bienestar, como a la Secretaría de Educación”, dijo.
Antecedentes
En junio de 2014, EL PILÓN denunció la forma de ventas y el consumo de unas pastillas utilizadas como psicotrópico por algunos estudiantes. “La consumen con gaseosa, disuelta, para evadir la sospecha de los profesores y se la pasan entre compañeros. Es una forma usual de drogarse sin utilizar cocaína o marihuana”, le dijo un investigador de la Policía Nacional, en exclusiva a este medio de comunicación, advirtiendo que es así como se drogan en la institución sin problemas.
Las pastillas consumidas son tres, especialmente expendidas en colegios ubicados en las comunas cuatro y cinco de la capital del Cesar. Entre ellas aparece la clonazepam, rivotril y ahora apareció carbamazepina, que habría consumido el niño del colegio Instpecam.
El consumo ‘recreativo’ de medicamentos tranquilizantes en el país es mayor que el de éxtasis, según el Ministerio de Salud.
Por ejemplo, la carbamazepina se usa sola o en combinación con otros medicamentos, para controlar determinados tipos de convulsiones. También se usa para tratar la neuralgia del trigémino. Se utiliza también para tratar las enfermedades mentales, la depresión, el trastorno por estrés postraumático, los síntomas de abstinencia de las drogas y del alcohol, el síndrome de las piernas inquietas, la diabetes insípida, determinados síndromes de dolor y una enfermedad infantil llamada corea.
Las pastillas consumidas son tres, especialmente expendidas en colegios ubicados en las comunas cuatro y cinco de la capital del Cesar. Entre ellas aparece la clonazepam, rivotril y ahora apareció carbamazepina.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]