Cada vez que paso por el frente de la Gobernación y veo los bustos de López Michelsen, Galán y Pedro Castro, me da inconformidad por la tremenda injusticia que se cometen con los doctores José Antonio Murgas y Alfonso Araujo Cotes y pienso el por qué, el gobierno departamental y la Asamblea del Cesar han sido tan injustos con ellos, el primero creador y padre del departamento y el segundo el gestor de la idea y mediante una Ordenanza que el gobernador debe cumplir, erigir sus bustos en el mismo lugar de estos tres ilustres colombianos que bastante honores han recibido.

De López ahí está el palacio departamental cuando ha debido tener el nombre del gobernador que lo inició, que sí no me equivoco fue Manuel Germán Cuello, pero algún mandatario lopista quiso rendirle un homenaje a su jefe; apuesto pesos a merengues que el de la idea de Galán fue el exgobernador Adalberto Ovalle, por la misma razón y también tenemos colegios y hasta un barrio con el mismo nombre y para qué hablar de Pedro Castro “El hombre más grande que El Valle ha tenido”, nadie discute sus méritos, pero paradójicamente fue un enemigo acérrimo de la creación del departamento y el tiempo ha demostrado que estaba equivocado ¿o creen ustedes que Valledupar y Aguachica son lo que son sí todavía dependiéramos del Magdalena?. No, todavía estuviéramos como Fundación y El Banco.

Hace unos días me encontré con el señor gobernador y le pedí una cita y le anticipé que el tema a tratar era ese, esa injusticia, los bustos de Murgas y Araujo para rendirles un merecido homenaje en vida y me dijo que más bien lo esperara en la casa del doctor Murgas a las cinco de la tarde para concretar la idea que le gustaba. 

Todavía lo estoy esperando, o no le importó, que no creo o por sus múltiples ocupaciones se le olvidó, pero hay tiempo doctor Mesa, hágalo, ‘Toño’ y Alfonso se lo merecen, no deje para después lo que pueda hacer hoy deles esa satisfacción en vida para que la gocen, pues ellos dentro de su modestia son capaces de decir qué para qué y de pronto hasta le agreguen que no se lo merecen, pues no hicieron otra cosa sino cumplir con el deber y que si no lo hacían ellos, otros lo hubieran hecho.

Señor gobernador y señores diputados, en sus manos está sacar adelante esta idea para que los que transitemos por el frente de la gobernación tengamos la satisfacción de ver a José Antonio y a Alfonso pisando firme en los terrenos del Cesar, departamento que sin sus intervenciones de pronto se hubiera demorado un tiempito más para ser creado. 

Más claro, hágalo antes que Dios se los lleve, pues hasta él, les ha permitido una larga vida para que tengan la satisfacción de ver este justo homenaje, que su hijo, el departamento del Cesar, le rinde a través de sus gobernantes de turno.

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A raíz de una competencia ciclística en los Juegos Bolivarianos que con tanto éxito se desarrollan en esta ciudad, que serán motivo de un comentario amplio y especial, fue arreglada la carrera 11 y se levantaron algunos reductores de velocidad, más conocido como “policías acostaos”, entre ellos el de la entrada al conjunto residencial Rosas del Ateneo, que es urgente volverlo a instalar antes que haya un trágico accidente, pues carros y motos andan a velocidades excesivas y los que salimos del conjunto corremos el peligro de ser arrollados por uno de ellos. Señor director de tránsito, esta petición repito, es urgente hasta que haya, repito, una tragedia irreparable.