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Columnista - 30 enero, 2020

Transparencia estatal, una virtud escasa

Transparencia Internacional, TI, acaba de publicar los resultados sobre buenas prácticas, medida de grados de percepción de la corrupción, realizada en 2019 en 180 países. TI promueve medidas contra crímenes corporativos y corrupción internacional, con independencia política, pero no mide el peso de la corrupción en términos económicos para cada país. Son tenidos en cuenta […]

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Transparencia Internacional, TI, acaba de publicar los resultados sobre buenas prácticas, medida de grados de percepción de la corrupción, realizada en 2019 en 180 países.

TI promueve medidas contra crímenes corporativos y corrupción internacional, con independencia política, pero no mide el peso de la corrupción en términos económicos para cada país. Son tenidos en cuenta aspectos como la existencia de sobornos en trámites de negocios, desviación de recursos en el ejecutivo y entidades públicas, sanciones efectivas en casos de corrupción, corrupción política, tráfico de influencias y abuso de poder.

Una primera conclusión que yo extraigo es que la corrupción es universal y que no existe una correlación entre ideología y sanidad pública; ocurre en regímenes de derecha y de izquierda, entre países avanzados tecnológicamente y los analfabetos; tampoco veo proporcionalidad y causalidad entre las prácticas corruptas con la democracia y el poder económico de cada país; creo que, más bien, son unos valores culturales los que le imprimen ética y moral pública al ciudadano para moldearlo en sus actuaciones frente al Estado y la sociedad.

El arribismo de la sociedad de consumo hace que cada ciudadano vea sus oportunidades como escasas, pierda sus escrúpulos y banalice sus actuaciones que parte de la sociedad tolera y estimula: “robó pero hizo”. El análisis revela que la corrupción es más generalizada en los países donde el dinero tiene influencia en el poder político.

Solo 35 países (19.4%) obtuvieron 60/100 o más puntos, preocupante, solo 6 de América: Canadá, Uruguay, EE. UU, Chile, Bahamas y Barbados. Dos tercios de los países analizados obtuvieron menos de 50 puntos, con una media de 43, esto es, rajados. Ningún país es absolutamente transparente; la máxima puntuación fue 87 y la obtuvo Dinamarca, la 38ª economía (FMI) que siempre ha estado a la cabeza dentro de los más transparentes, cualidad que por lo general tienen los países escandinavos.

Es curioso, que de las 10 economías más grandes del mundo, en el top 10 de los resultados de TI solo esté ranqueada Alemania, la 5ª mayor economía del mundo, y en el top 20, puntajes de 73 a 87, solo estén Alemania, Reino Unido, Japón y Canadá, con (3.2 a 4.3 en términos de calificaciones). China, un país mixto, con economía de mercado y Estado socialista es 80, un poco por encima de la media de la tabla, igual que la India. Rusia, en cambio, una potencia militar con un modelo sui géneris fue clasifica en el puesto 137 con 28 puntos (1.4).

Israel, el novel país, con unos 60 Nobeles entre medicina y física, pasó raspando con 60 puntos, puesto 35. En EE. UU también se cocinan habas, no es el paradigma que nos quieren vender, aún les falta mucho; calificó con 69 puntos (3.45) y es el 23, igual que Francia. En América Latina, Uruguay fue 21, el mejor posicionado por encima de los EE. UU.

Colombia no avanza, ocupó el puesto 96 con 37 puntos (1.85), por debajo de la media de la tabla; en 2015 se ubicó 100 pero con 36 puntos; hoy, en América es el 16°, el peor puntaje entre 26 países; en cambio Cuba está de 60, mejor que Argentina; México y Brasil poco transparentes en los puestos130 y 105 respectivamente; los peores de acá, Nicaragua y Venezuela con 161 y 173 respectivamente en el ranking de TI.

Columnista
30 enero, 2020

Transparencia estatal, una virtud escasa

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

Transparencia Internacional, TI, acaba de publicar los resultados sobre buenas prácticas, medida de grados de percepción de la corrupción, realizada en 2019 en 180 países. TI promueve medidas contra crímenes corporativos y corrupción internacional, con independencia política, pero no mide el peso de la corrupción en términos económicos para cada país. Son tenidos en cuenta […]


Transparencia Internacional, TI, acaba de publicar los resultados sobre buenas prácticas, medida de grados de percepción de la corrupción, realizada en 2019 en 180 países.

TI promueve medidas contra crímenes corporativos y corrupción internacional, con independencia política, pero no mide el peso de la corrupción en términos económicos para cada país. Son tenidos en cuenta aspectos como la existencia de sobornos en trámites de negocios, desviación de recursos en el ejecutivo y entidades públicas, sanciones efectivas en casos de corrupción, corrupción política, tráfico de influencias y abuso de poder.

Una primera conclusión que yo extraigo es que la corrupción es universal y que no existe una correlación entre ideología y sanidad pública; ocurre en regímenes de derecha y de izquierda, entre países avanzados tecnológicamente y los analfabetos; tampoco veo proporcionalidad y causalidad entre las prácticas corruptas con la democracia y el poder económico de cada país; creo que, más bien, son unos valores culturales los que le imprimen ética y moral pública al ciudadano para moldearlo en sus actuaciones frente al Estado y la sociedad.

El arribismo de la sociedad de consumo hace que cada ciudadano vea sus oportunidades como escasas, pierda sus escrúpulos y banalice sus actuaciones que parte de la sociedad tolera y estimula: “robó pero hizo”. El análisis revela que la corrupción es más generalizada en los países donde el dinero tiene influencia en el poder político.

Solo 35 países (19.4%) obtuvieron 60/100 o más puntos, preocupante, solo 6 de América: Canadá, Uruguay, EE. UU, Chile, Bahamas y Barbados. Dos tercios de los países analizados obtuvieron menos de 50 puntos, con una media de 43, esto es, rajados. Ningún país es absolutamente transparente; la máxima puntuación fue 87 y la obtuvo Dinamarca, la 38ª economía (FMI) que siempre ha estado a la cabeza dentro de los más transparentes, cualidad que por lo general tienen los países escandinavos.

Es curioso, que de las 10 economías más grandes del mundo, en el top 10 de los resultados de TI solo esté ranqueada Alemania, la 5ª mayor economía del mundo, y en el top 20, puntajes de 73 a 87, solo estén Alemania, Reino Unido, Japón y Canadá, con (3.2 a 4.3 en términos de calificaciones). China, un país mixto, con economía de mercado y Estado socialista es 80, un poco por encima de la media de la tabla, igual que la India. Rusia, en cambio, una potencia militar con un modelo sui géneris fue clasifica en el puesto 137 con 28 puntos (1.4).

Israel, el novel país, con unos 60 Nobeles entre medicina y física, pasó raspando con 60 puntos, puesto 35. En EE. UU también se cocinan habas, no es el paradigma que nos quieren vender, aún les falta mucho; calificó con 69 puntos (3.45) y es el 23, igual que Francia. En América Latina, Uruguay fue 21, el mejor posicionado por encima de los EE. UU.

Colombia no avanza, ocupó el puesto 96 con 37 puntos (1.85), por debajo de la media de la tabla; en 2015 se ubicó 100 pero con 36 puntos; hoy, en América es el 16°, el peor puntaje entre 26 países; en cambio Cuba está de 60, mejor que Argentina; México y Brasil poco transparentes en los puestos130 y 105 respectivamente; los peores de acá, Nicaragua y Venezuela con 161 y 173 respectivamente en el ranking de TI.