“Las guerras como las pestes sorprenden al hombre y éste dice, esto pasará, afirma Albert Camus en la peste”.
Por Walter José Navarro
“Las guerras como las pestes sorprenden al hombre y éste dice, esto pasará, afirma Albert Camus en la peste”.
Pero esto no es así, porque la realidad es otra. ¿Quién lo creyera Sr., gobernador le tocara a usted, ganarse semejante baloto? Pasan días y parodiando al peruano César Vallejo: los indígenas se tomaron la Gobernación.
¿Con qué valor hablar del más allá ó del no yo, sin dar un grito? Axioma de verdad los versos de Fredy Molina Daza, en Tiempos de Cometa: “Cómo pasan los tiempos y ni siquiera nos damos cuenta”.
El español indolente conquistó, sometió, humilló y arrasó la cultura indígena desprotegida. Nótese que los cuatros vocablos son verbos con acento agudo indignante de imperios o formas de dominación.
La misma joda de ayer, la misma joda de hoy; hay que embejucarse para defender derechos.
Hoy 521 años después los domeñados, descendientes de Upar; vuelven como el poeta en vida o en obras; pero vuelven por sus derechos.
Aquí están en Valledupar los Kankuamos, Wiwas, y Yukpas para mostrar la verdad oculta a los Colombianos:
1 – Defensa de la vida, autonomía, territoriedad y soberanía.
2. Salud, negocio de pocos.
3. Suspensión de reservas de hidrocarburos territorio indígena y solicitud 2008 títulos mineros resguardo indígena.
Si somos observadores, el saludo que presenta el busto del ex presidente Alfonso López Michelsen a la plaza de la gobernación desolada y vacía, virtualmente, gira en esta oportunidad recibiendo la minga indígena que lo dejó por dentro al trazar una valla de carteleras peticionarias.
Los tres árboles de caucho frondosos; ambiente obligado a reposar, transeúntes y turistas adornan la edificación ecológica en brisa serrana, pitos de acordeones y alegría del terruño.
El pasillo de árboles que va al parqueadero angula hasta el CAI policivo, control de nativos.
Por decirlo así: toma perfecta de la Gobernación.
El parqueadero trasero ocupado; la asamblea Departamental vallada; la jardinera en que están a postadas las banderas y matas ornamentales cubiertas de trapos al sol; es decir, cuerda de chiros; la entrada principal sellada y la zona verde pintada de hamacas de todos los colores e indígenas en tránsito improvisan baños que al paso del parroquiano identifican olores o perfumes que guardamos cada uno de los humanos.
No pregunten dónde lo hacen, simplemente lo hacen, la carrera 14 con calle 16 intransitable para vehículos o persona alguna.
Cordón de hombres llevan consigo arcos, flechas y palos, armas que no han evolucionado, pero sí la conciencia social de reclamo a la clase dirigente.
El pueblo indígena está vivo ¡carajo!, hoy despierta a la vida como patrimonio histórico de la humanidad; signo de autonomía libertaria, justicia social y una paz estructural de oportuno bienestar para todo el pueblo colombiano.
“Las guerras como las pestes sorprenden al hombre y éste dice, esto pasará, afirma Albert Camus en la peste”.
Por Walter José Navarro
“Las guerras como las pestes sorprenden al hombre y éste dice, esto pasará, afirma Albert Camus en la peste”.
Pero esto no es así, porque la realidad es otra. ¿Quién lo creyera Sr., gobernador le tocara a usted, ganarse semejante baloto? Pasan días y parodiando al peruano César Vallejo: los indígenas se tomaron la Gobernación.
¿Con qué valor hablar del más allá ó del no yo, sin dar un grito? Axioma de verdad los versos de Fredy Molina Daza, en Tiempos de Cometa: “Cómo pasan los tiempos y ni siquiera nos damos cuenta”.
El español indolente conquistó, sometió, humilló y arrasó la cultura indígena desprotegida. Nótese que los cuatros vocablos son verbos con acento agudo indignante de imperios o formas de dominación.
La misma joda de ayer, la misma joda de hoy; hay que embejucarse para defender derechos.
Hoy 521 años después los domeñados, descendientes de Upar; vuelven como el poeta en vida o en obras; pero vuelven por sus derechos.
Aquí están en Valledupar los Kankuamos, Wiwas, y Yukpas para mostrar la verdad oculta a los Colombianos:
1 – Defensa de la vida, autonomía, territoriedad y soberanía.
2. Salud, negocio de pocos.
3. Suspensión de reservas de hidrocarburos territorio indígena y solicitud 2008 títulos mineros resguardo indígena.
Si somos observadores, el saludo que presenta el busto del ex presidente Alfonso López Michelsen a la plaza de la gobernación desolada y vacía, virtualmente, gira en esta oportunidad recibiendo la minga indígena que lo dejó por dentro al trazar una valla de carteleras peticionarias.
Los tres árboles de caucho frondosos; ambiente obligado a reposar, transeúntes y turistas adornan la edificación ecológica en brisa serrana, pitos de acordeones y alegría del terruño.
El pasillo de árboles que va al parqueadero angula hasta el CAI policivo, control de nativos.
Por decirlo así: toma perfecta de la Gobernación.
El parqueadero trasero ocupado; la asamblea Departamental vallada; la jardinera en que están a postadas las banderas y matas ornamentales cubiertas de trapos al sol; es decir, cuerda de chiros; la entrada principal sellada y la zona verde pintada de hamacas de todos los colores e indígenas en tránsito improvisan baños que al paso del parroquiano identifican olores o perfumes que guardamos cada uno de los humanos.
No pregunten dónde lo hacen, simplemente lo hacen, la carrera 14 con calle 16 intransitable para vehículos o persona alguna.
Cordón de hombres llevan consigo arcos, flechas y palos, armas que no han evolucionado, pero sí la conciencia social de reclamo a la clase dirigente.
El pueblo indígena está vivo ¡carajo!, hoy despierta a la vida como patrimonio histórico de la humanidad; signo de autonomía libertaria, justicia social y una paz estructural de oportuno bienestar para todo el pueblo colombiano.