La iniciativa de responsabilidad social surge al tener en cuenta un estudio realizado por el Ministerio de Salud y Protección Social.
Toldillos de alta tecnología, denominados Interceptor, que ayudarán a controlar enfermedades como la fiebre amarilla y la malaria son entregados por la multinacional alemana BASF, a través del Programa de Desarrollo y Paz del Cesar, a las comunidades vulnerables del Cesar y La Guajira.
La iniciativa de responsabilidad social surge al tener en cuenta un estudio realizado por el Ministerio de Salud y Protección Social, que arroja que entre 2001 y 2018 se han presentado alrededor de 214 casos de fiebre amarilla en los municipios del Magdalena, Cesar y La Guajira, sin contar los casos de leishmaniasis, malaria y paludismo, que no están documentados al 100 por ciento.
“La tecnología del Interceptor combina el insecticida Fendona, que se aplica de manera lenta y directa a las fibras de las redes para que derribe, mate o repele rápidamente a los mosquitos cuando entran en contacto con el toldillo. Al aplicar el insecticida de manera controlada se garantiza una efectividad a largo plazo, incluso después de 20 lavados. Así mismo, las redes son inodoras, suaves al tacto y agradables para dormir”, explicó la coordinadora de la Consultoría en Comunicaciones de BASF, Ana María Alba Vanegas.
Cien toldillos fueron entregados a la comunidad Alewa los Monos, en la vereda de Tomarrazón en corregimiento de Riohacha, comunidad wayúu de alta sensibilidad social con población infantil y femenina mayoritaria; 500 toldillos más serán entregados a diferentes comunidades vulnerables del norte del país como La Jagua de Ibirico, El Paso, Pueblo Bello, y Becerril, en el Cesar, así como a corregimientos del sur de La Guajira.
“Estos toldillos no son comercializados por BASF. Nosotros gestionamos la importación de 600 toldillos para entregarlos a través del Programa de Desarrollo y Paz, PDP, a las comunidades del norte de Colombia que necesitan este tipo de tecnología. Con el PDP garantizamos que harán uso de esta tecnología y que no la venderán”, concluyó Ana María Alba Vanegas.
La iniciativa de responsabilidad social surge al tener en cuenta un estudio realizado por el Ministerio de Salud y Protección Social.
Toldillos de alta tecnología, denominados Interceptor, que ayudarán a controlar enfermedades como la fiebre amarilla y la malaria son entregados por la multinacional alemana BASF, a través del Programa de Desarrollo y Paz del Cesar, a las comunidades vulnerables del Cesar y La Guajira.
La iniciativa de responsabilidad social surge al tener en cuenta un estudio realizado por el Ministerio de Salud y Protección Social, que arroja que entre 2001 y 2018 se han presentado alrededor de 214 casos de fiebre amarilla en los municipios del Magdalena, Cesar y La Guajira, sin contar los casos de leishmaniasis, malaria y paludismo, que no están documentados al 100 por ciento.
“La tecnología del Interceptor combina el insecticida Fendona, que se aplica de manera lenta y directa a las fibras de las redes para que derribe, mate o repele rápidamente a los mosquitos cuando entran en contacto con el toldillo. Al aplicar el insecticida de manera controlada se garantiza una efectividad a largo plazo, incluso después de 20 lavados. Así mismo, las redes son inodoras, suaves al tacto y agradables para dormir”, explicó la coordinadora de la Consultoría en Comunicaciones de BASF, Ana María Alba Vanegas.
Cien toldillos fueron entregados a la comunidad Alewa los Monos, en la vereda de Tomarrazón en corregimiento de Riohacha, comunidad wayúu de alta sensibilidad social con población infantil y femenina mayoritaria; 500 toldillos más serán entregados a diferentes comunidades vulnerables del norte del país como La Jagua de Ibirico, El Paso, Pueblo Bello, y Becerril, en el Cesar, así como a corregimientos del sur de La Guajira.
“Estos toldillos no son comercializados por BASF. Nosotros gestionamos la importación de 600 toldillos para entregarlos a través del Programa de Desarrollo y Paz, PDP, a las comunidades del norte de Colombia que necesitan este tipo de tecnología. Con el PDP garantizamos que harán uso de esta tecnología y que no la venderán”, concluyó Ana María Alba Vanegas.