El recorrido del término vallenato en nuestra historia fonográfica se inicia cuando en 1944 es grabado por la orquesta emisora Atlántico Jazz Band con la voz de Jaime García el paseo del fonsequero Chema Gómez El compae chipuco, con la salvedad que este fue rotulado como son vallenato, como genéricamente se denominaba entonces a cualquiera […]
El recorrido del término vallenato en nuestra historia fonográfica se inicia cuando en 1944 es grabado por la orquesta emisora Atlántico Jazz Band con la voz de Jaime García el paseo del fonsequero Chema Gómez El compae chipuco, con la salvedad que este fue rotulado como son vallenato, como genéricamente se denominaba entonces a cualquiera de nuestros ritmos diferentes a la puya. Como es de todos conocido, el término fue usado despectivamente por Gómez al referirse geográficamente a los nacidos por aquí y que tenían los tobillos y piernas afectados por el carate o jobero.
Un año más adelante la misma orquesta ya con la voz de “Castillita” Gilberto Castilla graba el son de Pacho Rada Tigre en la montaña, pero identificándolo como porro, reafirmando así el desconocimiento que de nuestros aires tenían los músicos y orquestadores de la costa en esos años. “Tigre en la montaña” es un emblemático son tradicional donde están presentes la anáfora y la reduplicación, características en los sones del maestro Rada y en casi todos los compositores de la zona ribereña. Fue la época en que el viejo Pacho frecuentaba la arenosa y allí en el radioteatro de la emisora Atlántico dejó grabados algunos acetatos con varios de sus sones, que en esta forma llegaron al pentagrama de la orquesta de planta de esta estación radial.
El tigre en la montaña fue una especie de réplica con la que Pacho Rada ripostaba los comentarios que de Valledupar le llegaban en boca de viajeros, músicos andantes y guías de ganado que recorrían los caminos de la provincia y llegaban hasta El Difícil y Plato, los dominios de la Lira plateña que ejercía la mayoría jerarquía musical imponiendo el son como el ritmo soberano del Magdalena grande.
Posiblemente el tema fue compuesto por Pacho hacia 1944 época en que estaban en lo fino Moralito y Zuleta con su enfrentamiento a versos y acordeón ya que ambos juglares son señalados por el cómo los que intrigaban en su contra por andar según ellos metido en la montaña como un tigre.
No sé si será Zuleta el de ese son, que me está tratando tigre en la montaña
O será Morale en su acordeón, o será Morale en su acordeón
O será Morale en su acordeón, siempre hay personas que se engañan
Oye mi vida, oye mi Maye
A mí me gusta enseñar al que no sabe
A esto vallenatos se les ha metido, de estarme tratando tigre por ofensa
Deben de tener en cuenta, deben de tener en cuenta
Deben de tener en cuenta, que el tigre no tiene amigos
En los contactos que con la fauna tenían los viejos juglares del ayer, labriegos, vaqueros y montañeses encontramos que en muchos cantos El tigre se convierte en todo un referente de poder que infundía temor a sus oponentes y parece ser que así ocurrió ya que ni Moralito ni Emiliano con lo quisquilloso que era o alguno de los acordeoneros de estos lados del Valle, que eran muy pocos le hubieran ladrado a Pacho Rada, que si bien es cierto no andaba por estos lados, si se tropezaba allá en la zona bananera con los gallos de la provincia, pero lo cierto es que todos se agacharon.
Ha tenido tanta trascendencia en la historia musical del vallenato este canto que todos los años celebra El Difícil (Mag) el festival que lleva este nombre: Tigre en la montaña.
El recorrido del término vallenato en nuestra historia fonográfica se inicia cuando en 1944 es grabado por la orquesta emisora Atlántico Jazz Band con la voz de Jaime García el paseo del fonsequero Chema Gómez El compae chipuco, con la salvedad que este fue rotulado como son vallenato, como genéricamente se denominaba entonces a cualquiera […]
El recorrido del término vallenato en nuestra historia fonográfica se inicia cuando en 1944 es grabado por la orquesta emisora Atlántico Jazz Band con la voz de Jaime García el paseo del fonsequero Chema Gómez El compae chipuco, con la salvedad que este fue rotulado como son vallenato, como genéricamente se denominaba entonces a cualquiera de nuestros ritmos diferentes a la puya. Como es de todos conocido, el término fue usado despectivamente por Gómez al referirse geográficamente a los nacidos por aquí y que tenían los tobillos y piernas afectados por el carate o jobero.
Un año más adelante la misma orquesta ya con la voz de “Castillita” Gilberto Castilla graba el son de Pacho Rada Tigre en la montaña, pero identificándolo como porro, reafirmando así el desconocimiento que de nuestros aires tenían los músicos y orquestadores de la costa en esos años. “Tigre en la montaña” es un emblemático son tradicional donde están presentes la anáfora y la reduplicación, características en los sones del maestro Rada y en casi todos los compositores de la zona ribereña. Fue la época en que el viejo Pacho frecuentaba la arenosa y allí en el radioteatro de la emisora Atlántico dejó grabados algunos acetatos con varios de sus sones, que en esta forma llegaron al pentagrama de la orquesta de planta de esta estación radial.
El tigre en la montaña fue una especie de réplica con la que Pacho Rada ripostaba los comentarios que de Valledupar le llegaban en boca de viajeros, músicos andantes y guías de ganado que recorrían los caminos de la provincia y llegaban hasta El Difícil y Plato, los dominios de la Lira plateña que ejercía la mayoría jerarquía musical imponiendo el son como el ritmo soberano del Magdalena grande.
Posiblemente el tema fue compuesto por Pacho hacia 1944 época en que estaban en lo fino Moralito y Zuleta con su enfrentamiento a versos y acordeón ya que ambos juglares son señalados por el cómo los que intrigaban en su contra por andar según ellos metido en la montaña como un tigre.
No sé si será Zuleta el de ese son, que me está tratando tigre en la montaña
O será Morale en su acordeón, o será Morale en su acordeón
O será Morale en su acordeón, siempre hay personas que se engañan
Oye mi vida, oye mi Maye
A mí me gusta enseñar al que no sabe
A esto vallenatos se les ha metido, de estarme tratando tigre por ofensa
Deben de tener en cuenta, deben de tener en cuenta
Deben de tener en cuenta, que el tigre no tiene amigos
En los contactos que con la fauna tenían los viejos juglares del ayer, labriegos, vaqueros y montañeses encontramos que en muchos cantos El tigre se convierte en todo un referente de poder que infundía temor a sus oponentes y parece ser que así ocurrió ya que ni Moralito ni Emiliano con lo quisquilloso que era o alguno de los acordeoneros de estos lados del Valle, que eran muy pocos le hubieran ladrado a Pacho Rada, que si bien es cierto no andaba por estos lados, si se tropezaba allá en la zona bananera con los gallos de la provincia, pero lo cierto es que todos se agacharon.
Ha tenido tanta trascendencia en la historia musical del vallenato este canto que todos los años celebra El Difícil (Mag) el festival que lleva este nombre: Tigre en la montaña.