Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 15 abril, 2013

Terrorismo psicológico

Por Nurys Pardo   En Colombia vivimos en un continuo acoso y violencia psicológica por parte de ciertas entidades que prestan servicios públicos. Hoy me quiero referir a las entidades bancarias,si usted tiene un crédito y por alguna circunstancia pasan tres o cuatro días de la fecha de pago le llaman desde la seis de […]

Por Nurys Pardo

 

En Colombia vivimos en un continuo acoso y violencia psicológica por parte de ciertas entidades que prestan servicios públicos. Hoy me quiero referir a las entidades bancarias,si usted tiene un crédito y por alguna circunstancia pasan tres o cuatro días de la fecha de pago le llaman desde la seis de la mañana al teléfono fijo de la residencia y/o oficina colocando una grabación, igual hacen al celular, amenazas van y amenazas vienen sobre el reporte a data crédito y para cerrar con broche de oro, le mandan un correo electrónico, se les cancela y aun así duran tres y cuatro días con el mismo son-sete, peor aún, cuando dicho pago se hace un fin de semana.Todos los seres humanos somos susceptibles ante las diversas formas de terrorismo psicológico, y el actuar de los bancos se puede calificar como formas de intimidación hacia los clientes, pero lo triste es que quienes vigilan no hacen nada al respecto.

 

Otra forma de abusar psicológicamente de las personas, es cuando realizan sus cobros o venden las carteras a otras empresas, pues éstas si no tienen la dirección o el número telefónico del usuario, todo indica que toman el directorio telefónico de la ciudad donde se efectúo el crédito y mandan comunicaciones intimidantes a personas que tienen nombre y apellido igual, así el número de cédula no corresponda a quien andan buscando y/o nunca hayan tenido cuenta en dicho banco. De la misma manera, son fáciles y muy atentos para realizar el reporte negativo a las centrales de riesgos, pero cuando el cliente bancario cancela, no son mediáticos en reportar su pago para que puedan sacar su nombre de la lista negra.

 

Para proteger el derecho que como consumidor les corresponde a sus clientes impera la ley del embudo, lo ancho para el sector financiero y lo angosto para los consumidores, pues los bancos en Colombia están sin ley y actúan a su libre albedrío. Si el cliente se queja a la Superintendencia Financiera, ni si quiera se toman el tiempo para responder al maltratado usuario. Como dice el Chapulín, ¿Quién podrá defendernos?.

 

Columnista
15 abril, 2013

Terrorismo psicológico

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Nurys Pardo Conrado

Por Nurys Pardo   En Colombia vivimos en un continuo acoso y violencia psicológica por parte de ciertas entidades que prestan servicios públicos. Hoy me quiero referir a las entidades bancarias,si usted tiene un crédito y por alguna circunstancia pasan tres o cuatro días de la fecha de pago le llaman desde la seis de […]


Por Nurys Pardo

 

En Colombia vivimos en un continuo acoso y violencia psicológica por parte de ciertas entidades que prestan servicios públicos. Hoy me quiero referir a las entidades bancarias,si usted tiene un crédito y por alguna circunstancia pasan tres o cuatro días de la fecha de pago le llaman desde la seis de la mañana al teléfono fijo de la residencia y/o oficina colocando una grabación, igual hacen al celular, amenazas van y amenazas vienen sobre el reporte a data crédito y para cerrar con broche de oro, le mandan un correo electrónico, se les cancela y aun así duran tres y cuatro días con el mismo son-sete, peor aún, cuando dicho pago se hace un fin de semana.Todos los seres humanos somos susceptibles ante las diversas formas de terrorismo psicológico, y el actuar de los bancos se puede calificar como formas de intimidación hacia los clientes, pero lo triste es que quienes vigilan no hacen nada al respecto.

 

Otra forma de abusar psicológicamente de las personas, es cuando realizan sus cobros o venden las carteras a otras empresas, pues éstas si no tienen la dirección o el número telefónico del usuario, todo indica que toman el directorio telefónico de la ciudad donde se efectúo el crédito y mandan comunicaciones intimidantes a personas que tienen nombre y apellido igual, así el número de cédula no corresponda a quien andan buscando y/o nunca hayan tenido cuenta en dicho banco. De la misma manera, son fáciles y muy atentos para realizar el reporte negativo a las centrales de riesgos, pero cuando el cliente bancario cancela, no son mediáticos en reportar su pago para que puedan sacar su nombre de la lista negra.

 

Para proteger el derecho que como consumidor les corresponde a sus clientes impera la ley del embudo, lo ancho para el sector financiero y lo angosto para los consumidores, pues los bancos en Colombia están sin ley y actúan a su libre albedrío. Si el cliente se queja a la Superintendencia Financiera, ni si quiera se toman el tiempo para responder al maltratado usuario. Como dice el Chapulín, ¿Quién podrá defendernos?.