El vallenato no mostró su mejor versión deportiva, pues estuvo muy lejos del nivel que lo llevó a conseguir la medalla de bronce los olímpicos de Londres 2012.
“Tengo un sinsabor. Tengo un dolor en el corazón porque no pude responderle a un país que estaba pendiente de mi pelea. No poder hacer nada frente al portugués Rui Braganca, que me ganó 14-2, en la primera ronda de los 58 kilos, es sinceramente decepcionante. La derrota me dejó un gran vacío, sin qué decir”, aseguró a El Tiempo el taekwondoga Óscar Muñoz, después de su eliminación de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Lamentó que “conocía al rival, sabía de sus movimientos, pero me dejé sorprender. Braganca me cogió desubicado y en los primeros segundos de la pelea me marcó cuatro puntos. No pude contrarrestarlo, porque él supo moverse, supo evadirme”.
“En el deporte, y más en el taekwondo, no se puede decir mentiras. En el primer asalto no se perdió todo, fue bien complicado, me lo ganó, pero aún tenía opción. Me llegaron muchos golpes a la cabeza porque me desconcentré. Lo siento, de corazón quería sacar el mejor resultado…”, reconoció.
Óscar Muñoz vivió un ciclo olímpico difícil. Desde que sorprendió con la medalla de bronce en Londres-2012 las cosas cambiaron en su vida. Económicamente todo mejoró ostensiblemente, pero deportivamente la presión fue mayor y le costó afrontarla.
En Río de Janeiro se desmoronaron las aspiraciones en un ‘abrir y cerrar de ojos’. El vallenato tiene rota su alma porque no pudo retribuir su hazaña en tierras cariocas.
Las malas decisiones lo llevaron a cambiar de categorías. De los 58 kilogramos, en los que logró la medalla, se subió a 68 y no le fue bien. Luego se bajó a 63 y mejoró, pero no era lo ideal, por eso volvió a 58 y sobre el límite se clasificó para Río-2016. Parte de su preparación estuvo empañada con la ausencia de su entrenador Álvaro Vidal, porque tuvo que concentrar en Boyacá sin su formador deportivo.
Todo eso, aunque Óscar asegura que no, terminó afectando el rendimiento del colombiano, que no pudo consolidar un buen resultado en Brasil. Perdió en primera ronda y ahora se ilusiona con la próxima cita: Tokio-2020, para la que sí trabajará en los 58 kilogramos. Volverá a hacer su trabajo ideal.
Me queda una tristeza enorme y un dolor en el corazón no poderle retribuir a los colombianos, a las personas que me han apoyado siempre, no poder hacer nada ante este rival, la verdad me sorprendió y salí desconcertado.
En el primer round no puedo decir que perdí todo, pero sí me sacó una ventaja que difícilmente pude remontar, porque no pude marcar puntos.
Quise darlo todo, pero las piernas estaban entrando en calor y no respondieron igual. Quería regalarle una medalla a mi país, era un sueño por el que había trabajado, pero las cosas son difíciles.
Fue una desconcentración en el combate y él lo supo aprovechar, de corazón quise dejar todo en la pelea, pero no pude.
No, creo que en cada evento, en cada entrenamiento lo di todo, sólo que no fue mi día, desaproveché esta oportunidad y ahora queda seguir adelante.
Creo que tampoco hay que echarle la culpa a eso, simplemente el error fue mío en el combate, a pesar de que entregué todo de mí, no se me dieron las cosas y las piernas no respondieron.
Tal vez, pero de todo se aprende y todo pasa por algo. Desde que regresé a los 58 kilogramos estuve bien, este año tuve buenos resultados y esta no fue la mía. Seguiré trabajando.
Sí, la expectativa es seguir en 58 y consolidarme aquí.
Sí claro, seguiré trabajando para vivir este nuevo ciclo olímpico y poder soñar con otros Juegos Olímpicos.
Por Nibaldo Bustamante
El vallenato no mostró su mejor versión deportiva, pues estuvo muy lejos del nivel que lo llevó a conseguir la medalla de bronce los olímpicos de Londres 2012.
“Tengo un sinsabor. Tengo un dolor en el corazón porque no pude responderle a un país que estaba pendiente de mi pelea. No poder hacer nada frente al portugués Rui Braganca, que me ganó 14-2, en la primera ronda de los 58 kilos, es sinceramente decepcionante. La derrota me dejó un gran vacío, sin qué decir”, aseguró a El Tiempo el taekwondoga Óscar Muñoz, después de su eliminación de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Lamentó que “conocía al rival, sabía de sus movimientos, pero me dejé sorprender. Braganca me cogió desubicado y en los primeros segundos de la pelea me marcó cuatro puntos. No pude contrarrestarlo, porque él supo moverse, supo evadirme”.
“En el deporte, y más en el taekwondo, no se puede decir mentiras. En el primer asalto no se perdió todo, fue bien complicado, me lo ganó, pero aún tenía opción. Me llegaron muchos golpes a la cabeza porque me desconcentré. Lo siento, de corazón quería sacar el mejor resultado…”, reconoció.
Óscar Muñoz vivió un ciclo olímpico difícil. Desde que sorprendió con la medalla de bronce en Londres-2012 las cosas cambiaron en su vida. Económicamente todo mejoró ostensiblemente, pero deportivamente la presión fue mayor y le costó afrontarla.
En Río de Janeiro se desmoronaron las aspiraciones en un ‘abrir y cerrar de ojos’. El vallenato tiene rota su alma porque no pudo retribuir su hazaña en tierras cariocas.
Las malas decisiones lo llevaron a cambiar de categorías. De los 58 kilogramos, en los que logró la medalla, se subió a 68 y no le fue bien. Luego se bajó a 63 y mejoró, pero no era lo ideal, por eso volvió a 58 y sobre el límite se clasificó para Río-2016. Parte de su preparación estuvo empañada con la ausencia de su entrenador Álvaro Vidal, porque tuvo que concentrar en Boyacá sin su formador deportivo.
Todo eso, aunque Óscar asegura que no, terminó afectando el rendimiento del colombiano, que no pudo consolidar un buen resultado en Brasil. Perdió en primera ronda y ahora se ilusiona con la próxima cita: Tokio-2020, para la que sí trabajará en los 58 kilogramos. Volverá a hacer su trabajo ideal.
Me queda una tristeza enorme y un dolor en el corazón no poderle retribuir a los colombianos, a las personas que me han apoyado siempre, no poder hacer nada ante este rival, la verdad me sorprendió y salí desconcertado.
En el primer round no puedo decir que perdí todo, pero sí me sacó una ventaja que difícilmente pude remontar, porque no pude marcar puntos.
Quise darlo todo, pero las piernas estaban entrando en calor y no respondieron igual. Quería regalarle una medalla a mi país, era un sueño por el que había trabajado, pero las cosas son difíciles.
Fue una desconcentración en el combate y él lo supo aprovechar, de corazón quise dejar todo en la pelea, pero no pude.
No, creo que en cada evento, en cada entrenamiento lo di todo, sólo que no fue mi día, desaproveché esta oportunidad y ahora queda seguir adelante.
Creo que tampoco hay que echarle la culpa a eso, simplemente el error fue mío en el combate, a pesar de que entregué todo de mí, no se me dieron las cosas y las piernas no respondieron.
Tal vez, pero de todo se aprende y todo pasa por algo. Desde que regresé a los 58 kilogramos estuve bien, este año tuve buenos resultados y esta no fue la mía. Seguiré trabajando.
Sí, la expectativa es seguir en 58 y consolidarme aquí.
Sí claro, seguiré trabajando para vivir este nuevo ciclo olímpico y poder soñar con otros Juegos Olímpicos.
Por Nibaldo Bustamante