En buena hora la Universidad Sergio Arboleda en Santa Marta retomó el tema de las “Tendencias actuales de la Organización Territorial del Estado” para estudiar cómo hacer más eficiente el Estado en las regiones, por tal motivo, invitaron a un grupo de intelectuales de Italia, Francia, España, México, Argentina, Venezuela y Colombia. Libardo Rodríguez, por […]
En buena hora la Universidad Sergio Arboleda en Santa Marta retomó el tema de las “Tendencias actuales de la Organización Territorial del Estado” para estudiar cómo hacer más eficiente el Estado en las regiones, por tal motivo, invitaron a un grupo de intelectuales de Italia, Francia, España, México, Argentina, Venezuela y Colombia.
Libardo Rodríguez, por Colombia, sostuvo que nuestra organización territorial es confusa, antinómica y contradictoria, hecho que imposibilita una real autonomía de las regiones, además, el país se llenó de esquemas asociativos territoriales que reproducen el centralismo sin auspiciar la autonomía.
El profesor Vandelli, de Italia, narró como las crisis políticas y económicas presionan transformaciones institucionales. Fuerzas económicas como el Fondo Monetario Internacional, la Banca Central Europea o procesos como la globalización motivan el rediseño del Estado.
También hay procesos nacionales que con sus propias fuerzas en conflicto generan una dinámica de revisión. Los cambios se “justifican” por tres objetivos: la liberación del mercado para ser más competitivos, la reducción del gasto público con estructuras menos pesadas y el mejor uso de los recursos.
El tamaño de las instituciones locales, regionales y nacionales pesa en las discusiones sobre gobierno y en la necesidad de clarificar el papel de cada nivel del Estado con su moderna complejidad.
A nivel regional, la principal discusión es la distribución de recursos y competencias y cuál debe ser su potestad legislativa para manejar temas cada vez más complejos como la energía, transporte, salud, educación y desarrollo económico.
La búsqueda de la fortaleza del poder unitario central en Francia ha sido una evolución sin sentido y sin rumbo, explicó el francés Héctor Alcaraz. El argentino Augusto Damsky presentó el desarrollo de la gran megalópolis de Buenos Aires y su utopía de regionalización. Son 33 municipios conurbados con más de 20 millones de personas, sin embargo, su gobernabilidad es estorbada por el poder omnímodo del Estado Central que genera enormes problemas. El desafío es unir los sectores público y privado con eficacia para atender los requerimientos del siglo XXI con una organización territorial más soberana.
El profesor Víctor Hernández indicó que Venezuela desde 1989 construyó, teóricamente, un federalismo, pero hoy es un Estado centralista autocrático, policial y militarista en contravía de su constitución federal. Insistió en restablecer el Estado de Derecho y la democracia para retomar la senda del progreso.
Personalmente presenté el punto de vista de la Región Caribe colombiana. Insistí en la reestructuración del Estado para hacerlo más potente desde las regiones y así garantizar más democracia, libertad y lucha contra la corrupción.
Colombia históricamente ha sido anti-regionalista y el centralismo considera que el progreso no está atado a las fuerzas locales. Todo se maneja desde ese Estado Central que hace programas, proyectos y hasta fondos regionales de inversión, pero estos segmentos territoriales no participan ni intervienen en sus decisiones. A la larga es un distractor.
Los procesos de regionalización deben ser mirados mucho más allá de la idiosincrasia, la literatura, las artes, las tradiciones y las nostalgias históricas. Se trata de la organización del Estado que permita lograr el progreso y el bienestar de sus ciudadanos.
Estos análisis tienen que saltar del escenario académico y emocional a la lucha política que lleve a la construcción de nuestro Estado Regional, una forma de federalismo. El Estado moderno clásico es el federal norteamericano y la grandeza de los EE.UU. deriva de la autonomía federal.
En buena hora la Universidad Sergio Arboleda en Santa Marta retomó el tema de las “Tendencias actuales de la Organización Territorial del Estado” para estudiar cómo hacer más eficiente el Estado en las regiones, por tal motivo, invitaron a un grupo de intelectuales de Italia, Francia, España, México, Argentina, Venezuela y Colombia. Libardo Rodríguez, por […]
En buena hora la Universidad Sergio Arboleda en Santa Marta retomó el tema de las “Tendencias actuales de la Organización Territorial del Estado” para estudiar cómo hacer más eficiente el Estado en las regiones, por tal motivo, invitaron a un grupo de intelectuales de Italia, Francia, España, México, Argentina, Venezuela y Colombia.
Libardo Rodríguez, por Colombia, sostuvo que nuestra organización territorial es confusa, antinómica y contradictoria, hecho que imposibilita una real autonomía de las regiones, además, el país se llenó de esquemas asociativos territoriales que reproducen el centralismo sin auspiciar la autonomía.
El profesor Vandelli, de Italia, narró como las crisis políticas y económicas presionan transformaciones institucionales. Fuerzas económicas como el Fondo Monetario Internacional, la Banca Central Europea o procesos como la globalización motivan el rediseño del Estado.
También hay procesos nacionales que con sus propias fuerzas en conflicto generan una dinámica de revisión. Los cambios se “justifican” por tres objetivos: la liberación del mercado para ser más competitivos, la reducción del gasto público con estructuras menos pesadas y el mejor uso de los recursos.
El tamaño de las instituciones locales, regionales y nacionales pesa en las discusiones sobre gobierno y en la necesidad de clarificar el papel de cada nivel del Estado con su moderna complejidad.
A nivel regional, la principal discusión es la distribución de recursos y competencias y cuál debe ser su potestad legislativa para manejar temas cada vez más complejos como la energía, transporte, salud, educación y desarrollo económico.
La búsqueda de la fortaleza del poder unitario central en Francia ha sido una evolución sin sentido y sin rumbo, explicó el francés Héctor Alcaraz. El argentino Augusto Damsky presentó el desarrollo de la gran megalópolis de Buenos Aires y su utopía de regionalización. Son 33 municipios conurbados con más de 20 millones de personas, sin embargo, su gobernabilidad es estorbada por el poder omnímodo del Estado Central que genera enormes problemas. El desafío es unir los sectores público y privado con eficacia para atender los requerimientos del siglo XXI con una organización territorial más soberana.
El profesor Víctor Hernández indicó que Venezuela desde 1989 construyó, teóricamente, un federalismo, pero hoy es un Estado centralista autocrático, policial y militarista en contravía de su constitución federal. Insistió en restablecer el Estado de Derecho y la democracia para retomar la senda del progreso.
Personalmente presenté el punto de vista de la Región Caribe colombiana. Insistí en la reestructuración del Estado para hacerlo más potente desde las regiones y así garantizar más democracia, libertad y lucha contra la corrupción.
Colombia históricamente ha sido anti-regionalista y el centralismo considera que el progreso no está atado a las fuerzas locales. Todo se maneja desde ese Estado Central que hace programas, proyectos y hasta fondos regionales de inversión, pero estos segmentos territoriales no participan ni intervienen en sus decisiones. A la larga es un distractor.
Los procesos de regionalización deben ser mirados mucho más allá de la idiosincrasia, la literatura, las artes, las tradiciones y las nostalgias históricas. Se trata de la organización del Estado que permita lograr el progreso y el bienestar de sus ciudadanos.
Estos análisis tienen que saltar del escenario académico y emocional a la lucha política que lleve a la construcción de nuestro Estado Regional, una forma de federalismo. El Estado moderno clásico es el federal norteamericano y la grandeza de los EE.UU. deriva de la autonomía federal.