DOS PUNTOS. Por: Germán Piedrahíta R. Siendo la política un muy buen tema para la ficción, dejamos las aflicciones de los derrotados y la exuberante alegría de los ganadores para el análisis de los politólogos, que en algún momento terminan por alinearse, no ante la idea sino ante la dádiva, y pasemos a la grata […]
DOS PUNTOS.
Por: Germán Piedrahíta R.
Siendo la política un muy buen tema para la ficción, dejamos las aflicciones de los derrotados y la exuberante alegría de los ganadores para el análisis de los politólogos, que en algún momento terminan por alinearse, no ante la idea sino ante la dádiva, y pasemos a la grata interpretación de las vidas en nuestra cajita mágica y aún cuando la aculturación española ya empieza a sentirse en los canales privados, con proyecciones viejas y repetidas, o series de baja factura como “La Reina del Sur”, que no logra emparentar en calidad a las pasadas de Sin Tetas no Hay Paraíso, El Capo, o el Cartel de los Sapos, o los sempiternos concursos en los que falta la inteligencia; nos sorprenden con producciones basadas en el talento nacional no solo en la dramaturgia sino en la parte actoral.
La serie médica siendo una copia de las que nos traen los canales gringos maneja un buen argumento con actuaciones de un elenco que se ha posesionado de sus personajes y han llevado la trama con el suficiente convencimiento. La adaptación ha sido exitosa.
Al enfrentar la historia en La Pola, el lance aunó la dirección, la adaptación, actuación, escenografía y vestuario pues enfrentaron un reto hacia la credibilidad del montaje y creo que han salido avante y más si, como espero, los docentes de sociales hayan invitado a sus alumnos a revisar la trama y llevar a debate pedagógico lo que allí nos están mostrando, la posición de algunos de nuestros ‘próceres’, que con sus debilidades humanas y racistas nos muestran un comportamiento poco patriota y si más en el camino de muchos de nuestros actuales padres de la patria.
El lunes, noche de estrenos de dos versiones del drama y la comedia, las dos tomadas de la vida cercana de todos nosotros y con un comienzo que nos augura buena continuidad.
Estoy invitando a los estudiantes de colegios y universidades, dirigidos por docentes que se atrevan a “ver televisión” sin poner el rótulo de ‘pérdida de tiempo’ lleven sus análisis a estos dos esfuerzos de nuestros productores. Los amigos de los grupos de teatro deben ser los de la primera fila para que aprendan, todos los días aprendemos, con la actuación de los que venidos de las tablas muestran ese conocimiento en la pantalla chica.
La Bruja, basada en una obra de Germán Castro Caicedo nos cuenta de nuestro país, de nuestra gente en un tiempo no muy lejano, y que aún hoy se puede repetir y si con esta puesta en escena aprendemos a no caminar por los mismos senderos. Por venir de un muy buen escrito su continuidad exitosa es segura.
La música siempre nos tocará el corazón y cuando ella es condimento de una vida de novela estaremos de acuerdo en que la realidad es más creativa que la ficción. El Joe es todo un personaje y su vida es una locura en donde la invención no tiene cabida, pues toda ella es un invento del más grande novelista de la vida.
De nuevo nuestros actores nos dan la razón cuando en algunos momentos nos condolemos de no tener, Colombia, la capacidad económica para una continua producción cinematográfica. Ya verán, los que puedan seguir las series, que en nada demeritan de actuaciones como las del
Cisne Negro o el Discurso del Rey, por nombrar dos de las últimas ganadoras.
Invito, además, a seguir el canal 5, el nacional, muy nuestro, pues inicia la reposición de series de gran éxito en años pasados como La Casa de las Dos Palmas, Caballo Viejo, La Tía Julia y el Escribidor, Café, Los Victorinos, La Otra Mitad del Sol y muchas más en las que la trama y la actuación aseguraron una buena televisión.
Para los jóvenes estas series serán nuevas, para los cuarentones un buen repaso a los recuerdos. Disfrutemos de lo bueno y apaguemos los malos espacios.
P.D. Reconocimientos para La Voz del Cañaguate, Aníbal Martínez y toda su tropa que ya están de nuevo en la brega. La Voz no se calla, grita y ¡como grita!.