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Editorial - 19 junio, 2011

Tasas de interés, inflación y crecimiento

Nuevamente las tasas de interés vuelven al centro del debate económico en el país. En efecto, la decisión de la Junta Directiva del Banco de la República de aumentar sus tasas de intervención del 4 por ciento al 4,25 por ciento, adoptada el viernes pasado, representa varios mensajes de la autoridad monetaria al país. Para […]

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Nuevamente las tasas de interés vuelven al centro del debate económico en el país. En efecto, la decisión de la Junta Directiva del Banco de la República de aumentar sus tasas de intervención del 4 por ciento al 4,25 por ciento, adoptada el viernes pasado, representa varios mensajes de la autoridad monetaria al país.
Para poner en contexto la noticia es necesario señalar que con la decisión del viernes es el quinto reajuste de las tasas de interés, en lo que va del año, y el primero en el cual la votación no fue unánime, como lo sugirió diplomáticamente el Ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry Garzón.
Un aumento en las tasas de interés del Banco de la República significa que la política monetaria va a ser menos flexible, o – si se quiere- un poco más dura y restrictiva. En otras palabras, el Emisor le cobrará más a los bancos, cuando estos acudan a pedir liquidez, y estos a su vez, paulatinamente, aumentará las tasas de interés de los distintos tipos de crédito a sus clientes: las empresas y las familias.
El Emisor quiere señalar que ve riesgos de un aumento en la inflación en el mediano plazo y – por lo tanto- considera necesario adoptar esa decisión. La meta de inflación se mantiene en un rango entre el 2 y el 4 por ciento, pero en los últimos meses el acumulado anual ha mostrado un crecimiento significativo.
La decisión de subir las tasas de interés, hace más atractivo el país para los capitales extranjeros y traerá, en consecuencia, riesgos de mayor revaluación; es decir, que baje, aún más, el precio del dólar. La autoridad monetaria ha optado por comprar dólares en el mercado para desestimular su caída.
No obstante, además del riesgo de una mayor inflación, los indicadores del crecimiento de la industria y el comercio, estos últimos bastante positivos, la decisión de la Junta del Banco se fundamenta en un posible recalentamiento de la economía nacional, con un crecimiento estimado para 2011 en el 5 por ciento.
La pregunta de fondo es ¿si Colombia no está en condiciones de crecer a tasas mayores, hablamos del 6 o del 7 por ciento?, como lo ha planteado el propio gobierno en su plan de desarrollo “Prosperidad para todos”.
Por supuesto que el gobierno tiene su puesto en la Junta con el Ministro de Hacienda, quien ha dicho que se opuso a la determinación del viernes último, pero todo indica que al interior de la junta ha primado el objetivo de reducir la inflación, principal tarea de la Junta, sobre otro objetivo, quizás más importante en la actual coyuntura, de lograr unas mayores tasas de crecimiento económico, con más empleo y más bienestar.
El debate no es de poca monta,  y nos afecta a todos. Con seguridad la decisión de la Junta tiene muchos fundamentos técnicos, pero también, nos preguntamos, ¿si no es el momento de sacrificar un poco en materia de inflación para lograr una mejora en el tema del crecimiento?-.
El tema de las tasas de interés y su gran relación con la inflación y un eventual recalentamiento de la economía, será uno de los temas centrales de la próxima Convención de la Asociación Bancaria, que se realizará el próximo jueves 23 y viernes 24 de junio en la ciudad de Cartagena. Ese será un escenario propicio para que el país intensifique este debate de tanta trascendencia y que debería ser preocupación de todos y no sólo de los técnicos del Banrepública, algunos banqueros y expertos en el tema. Crear condiciones para un mayor crecimiento económico debería ser una preocupación de todos.

Editorial
19 junio, 2011

Tasas de interés, inflación y crecimiento

Nuevamente las tasas de interés vuelven al centro del debate económico en el país. En efecto, la decisión de la Junta Directiva del Banco de la República de aumentar sus tasas de intervención del 4 por ciento al 4,25 por ciento, adoptada el viernes pasado, representa varios mensajes de la autoridad monetaria al país. Para […]


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Nuevamente las tasas de interés vuelven al centro del debate económico en el país. En efecto, la decisión de la Junta Directiva del Banco de la República de aumentar sus tasas de intervención del 4 por ciento al 4,25 por ciento, adoptada el viernes pasado, representa varios mensajes de la autoridad monetaria al país.
Para poner en contexto la noticia es necesario señalar que con la decisión del viernes es el quinto reajuste de las tasas de interés, en lo que va del año, y el primero en el cual la votación no fue unánime, como lo sugirió diplomáticamente el Ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry Garzón.
Un aumento en las tasas de interés del Banco de la República significa que la política monetaria va a ser menos flexible, o – si se quiere- un poco más dura y restrictiva. En otras palabras, el Emisor le cobrará más a los bancos, cuando estos acudan a pedir liquidez, y estos a su vez, paulatinamente, aumentará las tasas de interés de los distintos tipos de crédito a sus clientes: las empresas y las familias.
El Emisor quiere señalar que ve riesgos de un aumento en la inflación en el mediano plazo y – por lo tanto- considera necesario adoptar esa decisión. La meta de inflación se mantiene en un rango entre el 2 y el 4 por ciento, pero en los últimos meses el acumulado anual ha mostrado un crecimiento significativo.
La decisión de subir las tasas de interés, hace más atractivo el país para los capitales extranjeros y traerá, en consecuencia, riesgos de mayor revaluación; es decir, que baje, aún más, el precio del dólar. La autoridad monetaria ha optado por comprar dólares en el mercado para desestimular su caída.
No obstante, además del riesgo de una mayor inflación, los indicadores del crecimiento de la industria y el comercio, estos últimos bastante positivos, la decisión de la Junta del Banco se fundamenta en un posible recalentamiento de la economía nacional, con un crecimiento estimado para 2011 en el 5 por ciento.
La pregunta de fondo es ¿si Colombia no está en condiciones de crecer a tasas mayores, hablamos del 6 o del 7 por ciento?, como lo ha planteado el propio gobierno en su plan de desarrollo “Prosperidad para todos”.
Por supuesto que el gobierno tiene su puesto en la Junta con el Ministro de Hacienda, quien ha dicho que se opuso a la determinación del viernes último, pero todo indica que al interior de la junta ha primado el objetivo de reducir la inflación, principal tarea de la Junta, sobre otro objetivo, quizás más importante en la actual coyuntura, de lograr unas mayores tasas de crecimiento económico, con más empleo y más bienestar.
El debate no es de poca monta,  y nos afecta a todos. Con seguridad la decisión de la Junta tiene muchos fundamentos técnicos, pero también, nos preguntamos, ¿si no es el momento de sacrificar un poco en materia de inflación para lograr una mejora en el tema del crecimiento?-.
El tema de las tasas de interés y su gran relación con la inflación y un eventual recalentamiento de la economía, será uno de los temas centrales de la próxima Convención de la Asociación Bancaria, que se realizará el próximo jueves 23 y viernes 24 de junio en la ciudad de Cartagena. Ese será un escenario propicio para que el país intensifique este debate de tanta trascendencia y que debería ser preocupación de todos y no sólo de los técnicos del Banrepública, algunos banqueros y expertos en el tema. Crear condiciones para un mayor crecimiento económico debería ser una preocupación de todos.