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Festival Vallenato - 25 abril, 2019

También hay semillero de guacharaqueras

Más allá del acordeón, que es el auténtico protagonista del cual emanan las notas que ambientan todos los rincones de Valledupar dejando claro que ya se viven los días de Festival Vallenato, los instrumentos que por tradición acompañan a las agrupaciones de este género, guacharaca y acordeón, también logran mucha notoriedad durante las competencias.

Linda Acosta Izquierdo, quien pertenece a la comunidad arhuaca, participa por primera vez tocando la guacharaca en este festival.

Foto: Daniela Rincones.
Linda Acosta Izquierdo, quien pertenece a la comunidad arhuaca, participa por primera vez tocando la guacharaca en este festival. Foto: Daniela Rincones.

Más allá del acordeón, que es el auténtico protagonista del cual emanan las notas que ambientan todos los rincones de Valledupar dejando claro que ya se viven los días de Festival Vallenato, los instrumentos que por tradición acompañan a las agrupaciones de este género, guacharaca y acordeón, también logran mucha notoriedad durante las competencias.

Especialmente llama la atención la destreza y confianza con la cual estas pequeñas interpretan este instrumento que exige mucha fuerza y resistencia. Así como muchos de los participantes repiten en este concurso, también lo hacen sus acompañantes de agrupación.

Sherlyn Dayana Castro Martínez se ha convertido en una de las guacharaqueras con más presencia en las tarimas de esta categoría. Foto: Joaquín Ramírez.

Por ejemplo, Sherlyn Dayana Castro Martínez, quien llegó desde Arjona, Bolívar, toca la guacharaca para cuatro acordeoneros, tres en la categoría Infantil y una en la de Acordeoneras Menores. Como ella misma recordó desde que estaba más pequeña ya interpretaba dicho instrumento que le fue enseñando su mamá, quien siempre se ha decantado por la guacharaca por gusto y debido a que muchos miembros de su familia también ejecutan diferentes instrumentos.

“Lo hago como hobbie, en mi familia son músicos. Mi hermano que es el Raulito ‘El Pollito Negro’ que ha ocupado dos veces el segundo lugar en infantil”, expresó Yasiris Martínez, quien se mostró orgullosa de ver a sus hijos en esta competencia, puesto que su otro hijo, Lincon, interpretar la caja.

Otra guacharaquera que también llama mucho la atención entre los acompañantes de este concurso es Linda Tarini Acosta Izquierdo, de nueve años, toca este instrumento desde que tiene seis años de edad. Esta es su primera participación en un Festival de la Leyenda Vallenata y en la cual acompaña a tres acordeoneros, una en acordeoneras menores y dos en la categoría Infantil.

“Me gusta porque me siento más suelta”, expresó Linda, quien también destacó que se ha sentido muy bien estando en tarima y que tiene el anhelo de aprender a tocar el acordeón.

Para Zoraida Izquierdo Chaparro, mamá de Linda, ver a su hija le genera mucha emoción y orgullo porque siempre le ha gustado la música folclórica. “El sueño de ella es ser acordeonera”, reconoció Izquierdo Chaparro, quien hizo referencia a que el inicio con la guachara representa ya un buen comienzo.

Sobre qué tantos miembros de su comunidad, puesto que son arhuacos, se han inclinado por la música vallenata, Izquierdo Chaparro sostuvo que en su familia son varios los que tocan el acordeón con música típica indígena por lo que cree que de allí su hija pudo heredar la vena artística. “Uno aprende cosas diferentes de las costumbres que tenemos allá y muy chévere”, agregó Izquierdo Chaparro.

Por: Daniela Rincones Julio / EL PILÓN
[email protected]

Festival Vallenato
25 abril, 2019

También hay semillero de guacharaqueras

Más allá del acordeón, que es el auténtico protagonista del cual emanan las notas que ambientan todos los rincones de Valledupar dejando claro que ya se viven los días de Festival Vallenato, los instrumentos que por tradición acompañan a las agrupaciones de este género, guacharaca y acordeón, también logran mucha notoriedad durante las competencias.


Linda Acosta Izquierdo, quien pertenece a la comunidad arhuaca, participa por primera vez tocando la guacharaca en este festival.

Foto: Daniela Rincones.
Linda Acosta Izquierdo, quien pertenece a la comunidad arhuaca, participa por primera vez tocando la guacharaca en este festival. Foto: Daniela Rincones.

Más allá del acordeón, que es el auténtico protagonista del cual emanan las notas que ambientan todos los rincones de Valledupar dejando claro que ya se viven los días de Festival Vallenato, los instrumentos que por tradición acompañan a las agrupaciones de este género, guacharaca y acordeón, también logran mucha notoriedad durante las competencias.

Especialmente llama la atención la destreza y confianza con la cual estas pequeñas interpretan este instrumento que exige mucha fuerza y resistencia. Así como muchos de los participantes repiten en este concurso, también lo hacen sus acompañantes de agrupación.

Sherlyn Dayana Castro Martínez se ha convertido en una de las guacharaqueras con más presencia en las tarimas de esta categoría. Foto: Joaquín Ramírez.

Por ejemplo, Sherlyn Dayana Castro Martínez, quien llegó desde Arjona, Bolívar, toca la guacharaca para cuatro acordeoneros, tres en la categoría Infantil y una en la de Acordeoneras Menores. Como ella misma recordó desde que estaba más pequeña ya interpretaba dicho instrumento que le fue enseñando su mamá, quien siempre se ha decantado por la guacharaca por gusto y debido a que muchos miembros de su familia también ejecutan diferentes instrumentos.

“Lo hago como hobbie, en mi familia son músicos. Mi hermano que es el Raulito ‘El Pollito Negro’ que ha ocupado dos veces el segundo lugar en infantil”, expresó Yasiris Martínez, quien se mostró orgullosa de ver a sus hijos en esta competencia, puesto que su otro hijo, Lincon, interpretar la caja.

Otra guacharaquera que también llama mucho la atención entre los acompañantes de este concurso es Linda Tarini Acosta Izquierdo, de nueve años, toca este instrumento desde que tiene seis años de edad. Esta es su primera participación en un Festival de la Leyenda Vallenata y en la cual acompaña a tres acordeoneros, una en acordeoneras menores y dos en la categoría Infantil.

“Me gusta porque me siento más suelta”, expresó Linda, quien también destacó que se ha sentido muy bien estando en tarima y que tiene el anhelo de aprender a tocar el acordeón.

Para Zoraida Izquierdo Chaparro, mamá de Linda, ver a su hija le genera mucha emoción y orgullo porque siempre le ha gustado la música folclórica. “El sueño de ella es ser acordeonera”, reconoció Izquierdo Chaparro, quien hizo referencia a que el inicio con la guachara representa ya un buen comienzo.

Sobre qué tantos miembros de su comunidad, puesto que son arhuacos, se han inclinado por la música vallenata, Izquierdo Chaparro sostuvo que en su familia son varios los que tocan el acordeón con música típica indígena por lo que cree que de allí su hija pudo heredar la vena artística. “Uno aprende cosas diferentes de las costumbres que tenemos allá y muy chévere”, agregó Izquierdo Chaparro.

Por: Daniela Rincones Julio / EL PILÓN
[email protected]