Últimamente no hay un día en que no se registre, en los noticieros de radio y televisión un desastre causado por un conductor borracho. Incluso en momentos de gloria para el país, como el día del triunfo de la atleta Catherine Ibargüen, se coló entre los colores patrios victoriosos la noticia de un borracho, ridículo como todos, insultando a la policía.
Por Mary Daza Orozco (A César Rafael para cuando sea grande) La ciudad ronroneaba como un enjambre de abejas borrachas de miel. Era el festival instalado en todos los rincones de la ciudad. Desde el ambiente súper frío, como me gusta, de mi habitación, trataba de derrotar una profunda tristeza, por fortuna nunca he tenido […]