Esta anómala situación solo perjudica a los niños y a los padres de familia, porque los primeros verán truncadas sus aspiraciones de llegar al bachillerato y los segundos no lograrán darles educación a sus hijos.
Con una marcha y eventos culturales, los sordos de Valledupar exigieron un espacio para ellos, porque se sienten excluidos por la sociedad.