Reformar las instituciones políticas para que todo siga igual o peor constituye una lamentable práctica política de los partidos políticos.
El ejercicio de la política siempre ha sido un campo de guerra en el cual surgen con intensidad todas las ambiciones e intereses del ser humano, pero en Colombia estas flaquezas se potencializan.
A raíz de la caída en el Congreso de la República la semana pasada de la reforma con alto rango constitucional de las reglas de la política, surgen desde una perspectiva territorial, desde la provincia colombiana, algunas inquietudes.
Con la caída del proyecto de reforma política, algunos legisladores han expresado sus opiniones sobre las modificaciones que tuvo.