La censura, la escasez de lectura y el desconocimiento de la identidad Latina, hacia que el trabajo del escritor fuera en palabras de Llosa: “una diaria y furiosa inmolación”.
Dijo el escritor mexicano, Carlos Fuentes: “El novelista siempre es profeta de su tiempo, sabe que en ese imperio de la información es más lo que se calla que lo que se dice. Lo no dicho, sobrepasa infinitamente a todo lo dicho o mal dicho en el discurso cotidiano de la información y la política”.