La Constitución de 1991, producto de un amplio consenso nacional y reflejo de las aspiraciones de una vasta mayoría de los votantes de esa época, ha sido un pilar de estabilidad política y social.
Ya ningún sector se escapa a los intentos del Gobierno por desinstitucionalizar y pretender a la fuerza concentrar en el Presidente decisiones que competen a otros poderes públicos.