Una delicada situación de abastecimiento de agua padecen los más de 100 mil habitantes del municipio de Aguachica, Sur del Cesar, debido al intenso verano y el bajo caudal de la quebrada Buturama, que abastece a la población.
Con escasos 9 años, fui con mis padres a la finca del viejo Pepe Castro, en las estribaciones de Manaure, muy cerca a El Plan, a uno de esos paseos que ya no se hacen y que reunían a la gente de la comarca al son de una buena parranda. Desde que llegué escuché el sonido del acordeón, interpretado por el gran juglar Toño Salas, acompañado por la figura de un hombre menudo, de baja estatura y con una expresión descomunal al cantar, sus ojos me impresionaron, incluso me hicieron retroceder, pero poco a poco me envolvió ese misterio que cuando te atrapa es imposible salir, un mundo de melodías exquisitas que te llevan a conocer historias mágicas de un hombre llamado Leandro Díaz, su esfuerzo me impresionaba, no entendía cómo hacía para cantar y mantener al público expectante, pero con el correr de las canciones descubrí que el secreto estaba en su humildad y carisma, ese que muchos anhelan pero que pocos poseen.
Consultar con mi memoria tantos ratos que compartí con Leandro Díaz fue suficiente para evocar recuerdos que han sido para mi fundamentales pues me han permitido conocer la grandeza de nuestro folclor y el acerbo magistral de su obra musical