Lo que me duele de morir no es dejar de ver estos paisajes florecidos, ni dejar de ver las colinas hermosas de mis sueños, ni dejar de sentir el olor de la lluvia. Lo que me duele de morir es no saber si volveré a ver tus ojos claros y no saber si volveré a verte dormida cuando yo esté dormido… para siempre.