Rindo con este artículo, un homenaje a todos aquellos que haciendo uso de la libertad de expresión, y corriendo el riesgo de ser víctimas de la intolerancia, se atreven a decir lo que piensan, y muy especialmente a Diego Felipe Becerra, joven artista bogotano, vilmente asesinado, por agentes del Estado, hace dos años y cuyo delito aún se mantiene en la impunidad.