Desde hace meses ella estaba anoréxica por el cáncer. Era una lucha titánica hacer que tragara cada bocado de alimento, medicamento o incluso beber un sorbito de agua.
Cuando salgas victoriosa de esa habitación atiborrada de aparatos, me gustaría leyeras esta carta que no es más que un homenaje a las ganas de vivir y a la fe desmedida de una familia y de un pueblo entero.