Cuando los años pregunten por mí, alguien dirá que soy un viejo solitario y loco que bendice tu nombre. Pero antes quiero dejar escrito que soy el hombre que no se cansa de andar por los jardines para encontrarte, el que te envía secretos de amor con inocentes mariposas, el que se detuvo un instante frente a tus ojos y encontró la felicidad.