Los eventos de lanzamiento de libros demuestran que el oficio de escritor sigue vigente, a pesar de la indiferencia con la que se le mira desde las administraciones locales y departamentales que parecen interesarse poco por la reconstrucción de la memoria oral, histórica y literaria de la región, pues si alguien sirve como intérprete de nuestra realidad es precisamente el escritor, quien se convierte en la voz de su tiempo, haciendo de su escritura una herramienta social y estética comprometida con la preservación de la identidad.