El cadáver del adolescente fue entregado por las autoridades judiciales en la misma clínica y lo trasladaron de inmediato a su resguardo indígena sin que le hicieran la diligencia de inspección y reconocimiento delo cadáver, por cuanto sus padres no lo permitieron, debido a sus costumbres, usos y creencias de la etnia Wayuu pertenecientes a la casta Pushaina.