Celebramos el primer año de esta columna, gracias a todos por su apoyo y cariño.
Valledupar es una tierra maravillosa con un gran potencial cultural, creativo y ambiental para su desarrollo, pero que no ha salido adelante por la falta de unidad de sus habitantes y por una clase política mediocre.
La llamadera fue grande, de todas partes, para preguntarme el por qué había dejado de escribir esta columna.