La política no es nada fácil cuando no existe capacidad de enfrentar los problemas que asolan nuestro medio y más aún cuando las intenciones de solución son nulas en cuerpo y mente del protagonista indicado, el cual ha sido elegido por el análisis detenido del elector decente, el ciudadano común y el pueblo amaestrado para esgrimir un voto sin concepción propia.