Las imágenes de Karius, abatido sobre el césped del Olímpico de Kiev apoyado por varios jugadores del Real Madrid al acabar el partido, y luego llorando y pidiendo perdón a los seguidores de los ‘reds’ que acudieron a la capital ucraniana, pasarán a la historia del encuentro, en el que el conjunto español ganó su decimotercer título de campeón de Europa al imponerse por 3-1.