Ante estas limitantes algunas parroquias de distintos corregimientos del Cesar utilizaron el mecanismo de alternancia, el cual consistió en que los catequistas preparaban los niños y jóvenes unos días específicos de manera virtual y otros de forma presencial.
Asistir hoy en día a cualquier evento es un verdadero dolor de cabeza. De los tiempos de antes cuando las personas compraban libremente un regalo de matrimonio, que por lo general era una olla arrocera, y lo entregaban a los novios para su vida futura, hemos caído en una práctica inelegante, de mal gusto y hasta corroncha, la “distinguida” lluvia de sobres, que consiste literalmente en entregar dinero en efectivo para financiar matrimonios, babyshowers, despedidas de solteros, 15 años, bautizos, primeras comuniones y hasta fiestas de niños.