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Columnista - 19 mayo, 2010

Suenan tambores de masacres… (Divagaciones sobre la violencia, 1ra. Parte)

Reflexiones de Tío Chiro y Tío Nan Por: Aquilino Cotes Zuleta Transcribo las reflexiones de mis consejeros periodísticos durante nuestra tertulia de cada semana: “En los años 80, la guerrilla izquierdista del ELN empezó a montar retenes clandestinos en las carreteras de los municipios del sur del Cesar como San Alberto, Río de Oro, Aguachica, […]

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Reflexiones de Tío Chiro y Tío Nan

Por: Aquilino Cotes Zuleta

Transcribo las reflexiones de mis consejeros periodísticos durante nuestra tertulia de cada semana:
“En los años 80, la guerrilla izquierdista del ELN empezó a montar retenes clandestinos en las carreteras de los municipios del sur del Cesar como San Alberto, Río de Oro, Aguachica, amenazando llegar al centro del departamento”, dijo Tío Nan.
“Irrumpían a sangre y fuego a las fincas, dinamitaban los ranchos y masacraban las reses en señal de protesta contra los dueños de los hatos, tras señalar que los trabajadores eran explotados (plusvalía). A los trabajadores de las fincas les pagaban por jornales. Ellos, sus hijos y sus esposas no tenían derecho a medicina, educación, prestaciones sociales y mucho menos a enfermarse”, recordó Tío Chiro.
“En cada penetración sigilosa del ELN en las vías y fincas del sur (no eran más de 30 hombres ni menos de 20,) secuestraban a los finqueros, a sus hijos o a sus esposas y los obligaban a pagar millonarias sumas de dinero que los izquierdistas justificaban cobrar para mantener su revolución contra el Estado”, precisó Tío Nan.
“Los periódicos nacionales de la época, como El Heraldo, registraban en primera página titulares como: “ELN montó retén en San Martín”, “ELN secuestró otro ganadero en el sur del Cesar”, “ELN asesinó Concejal en el sur”, “ELN dinamitó finca de ganadero”. Mientras que en Valledupar, Barranquilla (sede de la Segunda Brigada del Ejército, lo puede confirmar el General Freddy Padilla De León, hoy comandante general de las Fuerzas Militares de Colombia) y Bogotá, hacían muy poco para evitar la penetración guerrillera”, corroboró Tío Chiro.
“A los gobernantes de la época parecía no importarles mucho los ruidos de los tambores guerrilleros. Los titulares de los periódicos fueron acercándose: “ELN masacró familia de ganadero  en el centro del Cesar”, “ELN secuestró ganadero en su finca, en Curumaní”, “ELN atentó contra Alcalde de La Jagua” y los tambores sonaban y los titulares seguían ahí: “ELN secuestró comerciante  en Codazzi”, “ELN montó reten en Bosconia y El Copey: cuatro secuestradas”, recordó Tío Nan.
“Entretanto, al otro extremo del Departamento (el norte rural) los pueblos también empezaban a vivir la penumbra de la violencia y los caminos de herradura eran usados por la otra guerrilla izquierdista de las Farc para romper con el idilio de los cantos vallenatos”, explicó Tío Chiro.
“Entonces, elenos y farcianos empezaron a cerrar el círculo.  Los titulares de los periódicos lo decían todo: “Las Farc montaron reten cerca a San Diego”, “Farc secuestraron a seis en la vía a Atánquez”, “Asesinados por las Farc un ganadero y su hijo”. Y llegó lo que tenía que llegar: “Las Farc secuestraron a un ganadero en Valledupar”, “Reten cerca a Valledupar deja 8 secuestrados”, “Farc asesinan ganadero en Valledupar”. “Farc secuestraron en su casa a la hija de empresario en Valledupar”, todo era tan rápido, que hasta las mismas autoridades quedaban groguis, como quedó Pambelé el 2 de agosto del año 1980 al perder su corona mundial welter de la Asociación Mundial de Boxeo, con el estadounidense Aarón Prior en Cincinnati”, aseguró Tío Nan.
“Fue entonces cuando los gobernantes y dirigentes vallenatos pegaron el grito en el “cielo”, porque ahora los tocaban a ellos.  A partir de allí empezaron a surgir los primeros controles institucionales para atajar a las guerrillas del ELN y las Farc, quienes ya habían penetrado en los juzgados, alcaldías, institutos, comisarias e inspecciones de Policía, a través de la intimidación y el crimen”, aseguró Tío Chiro.
“Hoy, nuevamente como hace 30 años, se oyen los tambores por la vereda Buenos Aires, norte de Valledupar, en donde el sábado anterior un grupo armado –a nombre del Ejército Colombiano- irrumpió a una finca y asesinó a Hernán Urquijo de 42 años, hirió a su esposa Rina Quiroz Ospino, de 28 años y uno de sus hijos de quince meses de nacido está grave, con un tiro en la cabeza;…y los tambores están ahí”, concluyó Tío Nan. Hasta la próxima semana con la 2da. Parte.  [email protected]

Columnista
19 mayo, 2010

Suenan tambores de masacres… (Divagaciones sobre la violencia, 1ra. Parte)

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Aquilino Cotes Zuleta

Reflexiones de Tío Chiro y Tío Nan Por: Aquilino Cotes Zuleta Transcribo las reflexiones de mis consejeros periodísticos durante nuestra tertulia de cada semana: “En los años 80, la guerrilla izquierdista del ELN empezó a montar retenes clandestinos en las carreteras de los municipios del sur del Cesar como San Alberto, Río de Oro, Aguachica, […]


Reflexiones de Tío Chiro y Tío Nan

Por: Aquilino Cotes Zuleta

Transcribo las reflexiones de mis consejeros periodísticos durante nuestra tertulia de cada semana:
“En los años 80, la guerrilla izquierdista del ELN empezó a montar retenes clandestinos en las carreteras de los municipios del sur del Cesar como San Alberto, Río de Oro, Aguachica, amenazando llegar al centro del departamento”, dijo Tío Nan.
“Irrumpían a sangre y fuego a las fincas, dinamitaban los ranchos y masacraban las reses en señal de protesta contra los dueños de los hatos, tras señalar que los trabajadores eran explotados (plusvalía). A los trabajadores de las fincas les pagaban por jornales. Ellos, sus hijos y sus esposas no tenían derecho a medicina, educación, prestaciones sociales y mucho menos a enfermarse”, recordó Tío Chiro.
“En cada penetración sigilosa del ELN en las vías y fincas del sur (no eran más de 30 hombres ni menos de 20,) secuestraban a los finqueros, a sus hijos o a sus esposas y los obligaban a pagar millonarias sumas de dinero que los izquierdistas justificaban cobrar para mantener su revolución contra el Estado”, precisó Tío Nan.
“Los periódicos nacionales de la época, como El Heraldo, registraban en primera página titulares como: “ELN montó retén en San Martín”, “ELN secuestró otro ganadero en el sur del Cesar”, “ELN asesinó Concejal en el sur”, “ELN dinamitó finca de ganadero”. Mientras que en Valledupar, Barranquilla (sede de la Segunda Brigada del Ejército, lo puede confirmar el General Freddy Padilla De León, hoy comandante general de las Fuerzas Militares de Colombia) y Bogotá, hacían muy poco para evitar la penetración guerrillera”, corroboró Tío Chiro.
“A los gobernantes de la época parecía no importarles mucho los ruidos de los tambores guerrilleros. Los titulares de los periódicos fueron acercándose: “ELN masacró familia de ganadero  en el centro del Cesar”, “ELN secuestró ganadero en su finca, en Curumaní”, “ELN atentó contra Alcalde de La Jagua” y los tambores sonaban y los titulares seguían ahí: “ELN secuestró comerciante  en Codazzi”, “ELN montó reten en Bosconia y El Copey: cuatro secuestradas”, recordó Tío Nan.
“Entretanto, al otro extremo del Departamento (el norte rural) los pueblos también empezaban a vivir la penumbra de la violencia y los caminos de herradura eran usados por la otra guerrilla izquierdista de las Farc para romper con el idilio de los cantos vallenatos”, explicó Tío Chiro.
“Entonces, elenos y farcianos empezaron a cerrar el círculo.  Los titulares de los periódicos lo decían todo: “Las Farc montaron reten cerca a San Diego”, “Farc secuestraron a seis en la vía a Atánquez”, “Asesinados por las Farc un ganadero y su hijo”. Y llegó lo que tenía que llegar: “Las Farc secuestraron a un ganadero en Valledupar”, “Reten cerca a Valledupar deja 8 secuestrados”, “Farc asesinan ganadero en Valledupar”. “Farc secuestraron en su casa a la hija de empresario en Valledupar”, todo era tan rápido, que hasta las mismas autoridades quedaban groguis, como quedó Pambelé el 2 de agosto del año 1980 al perder su corona mundial welter de la Asociación Mundial de Boxeo, con el estadounidense Aarón Prior en Cincinnati”, aseguró Tío Nan.
“Fue entonces cuando los gobernantes y dirigentes vallenatos pegaron el grito en el “cielo”, porque ahora los tocaban a ellos.  A partir de allí empezaron a surgir los primeros controles institucionales para atajar a las guerrillas del ELN y las Farc, quienes ya habían penetrado en los juzgados, alcaldías, institutos, comisarias e inspecciones de Policía, a través de la intimidación y el crimen”, aseguró Tío Chiro.
“Hoy, nuevamente como hace 30 años, se oyen los tambores por la vereda Buenos Aires, norte de Valledupar, en donde el sábado anterior un grupo armado –a nombre del Ejército Colombiano- irrumpió a una finca y asesinó a Hernán Urquijo de 42 años, hirió a su esposa Rina Quiroz Ospino, de 28 años y uno de sus hijos de quince meses de nacido está grave, con un tiro en la cabeza;…y los tambores están ahí”, concluyó Tío Nan. Hasta la próxima semana con la 2da. Parte.  [email protected]