La invitación del alcalde a la ciudadanía, para la presentación del proyecto de reemplazo de la tarima de la plaza central y sus obras conexas, fue una actuación inesperada, porque los asistentes al evento aspiraban a la socialización del anteproyecto arquitectónico y urbanístico, para debatir sus conveniencias y no a la publicación en vivo y […]
La invitación del alcalde a la ciudadanía, para la presentación del proyecto de reemplazo de la tarima de la plaza central y sus obras conexas, fue una actuación inesperada, porque los asistentes al evento aspiraban a la socialización del anteproyecto arquitectónico y urbanístico, para debatir sus conveniencias y no a la publicación en vivo y en directo del inicio de la construcción de un diseño ya entregado por la Universidad Nacional, sin contar todavía con la resolución del Ministerio de Cultura y la concebida licencia de demolición y construcción de la Curaduría urbana, situación que deja sin garantías la inversión, especialmente si existen dudas sobre la demolición de una tarima para la construcción de otra, así contenga la nueva, formas coloniales.
Situación similar se presentó en la contratación de diseño y edificación de obras llave en mano, con entidades bancarias, no habilitadas para construir, bajo el pretexto de leasing de infraestructura, figura inaplicable para los proyectos del parque lineal y del complejo Eccehomo y que tampoco el alcalde de la época, obtuvo licencia urbanística alguna, escenario que actualmente tiene en el ojo del huracán a la Administración actual por su omisión en su legalización.
Asimismo hoy, se le da trámite al diseño y construcción del complejo habitacional del predio del Idema, cuyo predestinado según se ha anunciado, es la Constructora Bolívar de Bogotá, poniendo en aprietos a la empresa privada de Valledupar, que le apuesta al desarrollo de vivienda VIS y se le quita abiertamente la posibilidad de participación en esa licitación, generándose así una competencia, donde los intereses oficiales le restan oportunidades a las empresas nativas vinculadas con la industria de la construcción.
Censurables también son estas formas de contratación pública, porque cada día que pasa, se esfuman las esperanzas de participación de los profesionales de la región, más aun cuando el ejecutivo lo hace directamente con Universidades, instituciones que también contribuyen al desempleo de sus egresados, eludiendo la licitación pública, por intereses creados. Semejantes improvisaciones, omisiones e intenciones, son suficientes ejemplos para que los gremios se pronuncien y soliciten los estudios previos de estos proyectos, para demandar consecuentemente la probable falta de planeación en la que estaría incurriendo la Administración municipal en todos estos dudosos procesos.
La invitación del alcalde a la ciudadanía, para la presentación del proyecto de reemplazo de la tarima de la plaza central y sus obras conexas, fue una actuación inesperada, porque los asistentes al evento aspiraban a la socialización del anteproyecto arquitectónico y urbanístico, para debatir sus conveniencias y no a la publicación en vivo y […]
La invitación del alcalde a la ciudadanía, para la presentación del proyecto de reemplazo de la tarima de la plaza central y sus obras conexas, fue una actuación inesperada, porque los asistentes al evento aspiraban a la socialización del anteproyecto arquitectónico y urbanístico, para debatir sus conveniencias y no a la publicación en vivo y en directo del inicio de la construcción de un diseño ya entregado por la Universidad Nacional, sin contar todavía con la resolución del Ministerio de Cultura y la concebida licencia de demolición y construcción de la Curaduría urbana, situación que deja sin garantías la inversión, especialmente si existen dudas sobre la demolición de una tarima para la construcción de otra, así contenga la nueva, formas coloniales.
Situación similar se presentó en la contratación de diseño y edificación de obras llave en mano, con entidades bancarias, no habilitadas para construir, bajo el pretexto de leasing de infraestructura, figura inaplicable para los proyectos del parque lineal y del complejo Eccehomo y que tampoco el alcalde de la época, obtuvo licencia urbanística alguna, escenario que actualmente tiene en el ojo del huracán a la Administración actual por su omisión en su legalización.
Asimismo hoy, se le da trámite al diseño y construcción del complejo habitacional del predio del Idema, cuyo predestinado según se ha anunciado, es la Constructora Bolívar de Bogotá, poniendo en aprietos a la empresa privada de Valledupar, que le apuesta al desarrollo de vivienda VIS y se le quita abiertamente la posibilidad de participación en esa licitación, generándose así una competencia, donde los intereses oficiales le restan oportunidades a las empresas nativas vinculadas con la industria de la construcción.
Censurables también son estas formas de contratación pública, porque cada día que pasa, se esfuman las esperanzas de participación de los profesionales de la región, más aun cuando el ejecutivo lo hace directamente con Universidades, instituciones que también contribuyen al desempleo de sus egresados, eludiendo la licitación pública, por intereses creados. Semejantes improvisaciones, omisiones e intenciones, son suficientes ejemplos para que los gremios se pronuncien y soliciten los estudios previos de estos proyectos, para demandar consecuentemente la probable falta de planeación en la que estaría incurriendo la Administración municipal en todos estos dudosos procesos.