Los impuestos tienen una correlación entre el estado y la ciudadanía, debido a la necesidad de financiar de los gastos, con el objetivo filosófico de satisfacer las necesidades comunes. Entre los principales impuestos se destacan: los directos, gravan o afectan lo que se recibe como ingreso, ejemplos impuestos de renta y predial y los indirectos […]
Los impuestos tienen una correlación entre el estado y la ciudadanía, debido a la necesidad de financiar de los gastos, con el objetivo filosófico de satisfacer las necesidades comunes. Entre los principales impuestos se destacan: los directos, gravan o afectan lo que se recibe como ingreso, ejemplos impuestos de renta y predial y los indirectos gravan el consumo, ejemplo: Impuesto al Valor Agregado (IVA).
El día de su posesión el Presidente Iván Duque, anunció, la Ley de financiamiento como medio para la reactivación económica del país. Pasados tres meses de gobierno este proyecto se constituye en el gran reto para el actual mandatario, sobre todo, por la propuesta de la ampliación de la base del IVA, la confusa compensación de la reducción gradual de la tarifa del impuesto y por los intereses que abrigan los miembros de los partidos políticos en el Congreso de la República, ante las decisiones impopulares.
Según las estadísticas tributarias de América Latina y el Caribe, realizadas por la OCDE, el año pasado, en América Latina los países con mayores cargas tributarias fueron Cuba, cercano al 39% del PIB, Argentina y Brasil el 32% del PIB, Venezuela con el 21%, curiosamente en su mayoría impuestos al consumo, Colombia con el 20,8% y Chile el 20,6%.
Sin embargo, los porcentajes de IVA de los países de América Latina están lejos de los índices máximos y mínimos del resto del mundo. Según la base de datos internacional sobre impuestos VATLive, actualizada al minuto, la nación que tiene el tributo más alto del planeta es una que en el pasado perteneció a la órbita soviética: Hungría (27%). Le siguen Dinamarca, Noruega, Suecia y Croacia (25%), y Finlandia, Islandia y Rumania (24%).
Los aspectos tributarios en nuestro país tienen connotaciones políticas, económicas, sociales e institucionales. El nuestro es un país donde su población recibe ingresos muy bajos, con el agravante, según el DANE y el DNP, que el 30% de la población se encuentra en la línea de pobreza y otro 39,9% en situación de vulnerabilidad, los cuales pueden caer fácilmente en la pobreza mediante impuestos al consumo, léase IVA.
Los países escandinavos siempre bien calificados, entre otros aspectos por la transparencia en el manejo de los recursos públicos, (menos corruptos, distinto al argumento de las justas proporciones). Si Colombia estuviera cercano a esos países en el manejo de los recursos públicos y gestión institucional, seguramente no habría el debate por la ley de financiamiento. Esta es la lectura de los asuntos expuestos por el ente de control fiscal, según el cual el año pasado se perdieron 50 billones de pesos en corrupción. Para reformar, ganar confianza y credibilidad por aquí se debe iniciar.
Por Luis Elquis Díaz-@LuchoDiaz12
Los impuestos tienen una correlación entre el estado y la ciudadanía, debido a la necesidad de financiar de los gastos, con el objetivo filosófico de satisfacer las necesidades comunes. Entre los principales impuestos se destacan: los directos, gravan o afectan lo que se recibe como ingreso, ejemplos impuestos de renta y predial y los indirectos […]
Los impuestos tienen una correlación entre el estado y la ciudadanía, debido a la necesidad de financiar de los gastos, con el objetivo filosófico de satisfacer las necesidades comunes. Entre los principales impuestos se destacan: los directos, gravan o afectan lo que se recibe como ingreso, ejemplos impuestos de renta y predial y los indirectos gravan el consumo, ejemplo: Impuesto al Valor Agregado (IVA).
El día de su posesión el Presidente Iván Duque, anunció, la Ley de financiamiento como medio para la reactivación económica del país. Pasados tres meses de gobierno este proyecto se constituye en el gran reto para el actual mandatario, sobre todo, por la propuesta de la ampliación de la base del IVA, la confusa compensación de la reducción gradual de la tarifa del impuesto y por los intereses que abrigan los miembros de los partidos políticos en el Congreso de la República, ante las decisiones impopulares.
Según las estadísticas tributarias de América Latina y el Caribe, realizadas por la OCDE, el año pasado, en América Latina los países con mayores cargas tributarias fueron Cuba, cercano al 39% del PIB, Argentina y Brasil el 32% del PIB, Venezuela con el 21%, curiosamente en su mayoría impuestos al consumo, Colombia con el 20,8% y Chile el 20,6%.
Sin embargo, los porcentajes de IVA de los países de América Latina están lejos de los índices máximos y mínimos del resto del mundo. Según la base de datos internacional sobre impuestos VATLive, actualizada al minuto, la nación que tiene el tributo más alto del planeta es una que en el pasado perteneció a la órbita soviética: Hungría (27%). Le siguen Dinamarca, Noruega, Suecia y Croacia (25%), y Finlandia, Islandia y Rumania (24%).
Los aspectos tributarios en nuestro país tienen connotaciones políticas, económicas, sociales e institucionales. El nuestro es un país donde su población recibe ingresos muy bajos, con el agravante, según el DANE y el DNP, que el 30% de la población se encuentra en la línea de pobreza y otro 39,9% en situación de vulnerabilidad, los cuales pueden caer fácilmente en la pobreza mediante impuestos al consumo, léase IVA.
Los países escandinavos siempre bien calificados, entre otros aspectos por la transparencia en el manejo de los recursos públicos, (menos corruptos, distinto al argumento de las justas proporciones). Si Colombia estuviera cercano a esos países en el manejo de los recursos públicos y gestión institucional, seguramente no habría el debate por la ley de financiamiento. Esta es la lectura de los asuntos expuestos por el ente de control fiscal, según el cual el año pasado se perdieron 50 billones de pesos en corrupción. Para reformar, ganar confianza y credibilidad por aquí se debe iniciar.
Por Luis Elquis Díaz-@LuchoDiaz12