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Columnista - 3 diciembre, 2021

Sipote machetera que le dan a los árboles de Valledupar

Empezamos este escrito mencionando el concepto particular de ambiente, bien sea para protegerlo o para transformarlo de acuerdo con su cultura y sus necesidades de subsistencia y producción; de esta forma se hará posible que en la solución de los problemas exista una dinámica de trabajo con la participación de los diferentes sujetos involucrados en […]

Empezamos este escrito mencionando el concepto particular de ambiente, bien sea para protegerlo o para transformarlo de acuerdo con su cultura y sus necesidades de subsistencia y producción; de esta forma se hará posible que en la solución de los problemas exista una dinámica de trabajo con la participación de los diferentes sujetos involucrados en los proyectos que se pretendan desarrollar, para que se dé una construcción colectiva de sentido: sentido de acciones, sentido de lo ambiental, sentido de organización social, en fin, sentido de vida. 

No es otro el fundamento que argumentamos los amigos de la Mesa del Árbol sobre el tratamiento que le estamos dando a los árboles en Valledupar. Siendo patrimonio de esta ciudad no le estamos dando importancia, especialmente, las entidades encargadas de su cuidado para su conservación, por tanto, podemos decir que esta situación alarmante en que se está dejando la vegetación arbórea de Valledupar es inmerecida.

No está demás recordar que Valledupar es una de las ciudades que más árboles pér capita tiene sembrado en Colombia, no obstante, aquí tenemos unos comportamientos no deseados, que son los que buscamos superar para lograr la continuidad o sostenibilidad de la producción de oxígeno y combatir el CO2.

Notamos el desdeño o conducta apática de parte de las instituciones oficiales, a quienes corresponde establecer políticas y estrategias de controles para la conservación de este patrimonio ambiental de los vallenatos que está siendo atacado también por el comején. 

Sobre este tema no nos cansamos de expresar que necesitamos crear un inconsciente colectivo de buen trato al árbol, sobre todo porque acá en Valledupar todas las casas tienen su árbol plantado y en las calles y avenidas hay muchos sembrados, pero fíjense ustedes la soberana machetera que le están aplicando y propinó la otrora Electricaribe, ahora llamada Afinia, con los argumentos de tener un mal llamado permiso para hacer el troche y moche a los árboles sin saber ellos cuánto ha costado levantarlos y mantenerlos. 

Estas empresas que hacen podas, por el contrario, maltratan los árboles, como sucedió en el Aeropuerto de Valledupar: le aplicaron una machetera sin técnicas de poda a los arbolitos que cumplían allí su función ambiental. Las entidades encargadas de controlar semejante adefesio no actúan para defenderlos. 

De seguir así, pronto en Valledupar nos quedaremos sin muchos de estos ejemplares. Nos preguntamos, ¿cuántos árboles habrán sembrado estas prestadoras del mal servicio de energía en Valledupar? 

Finalmente preguntar: ¿Qué podemos hacer para que esta ciudad sea sustentable, y resiliente, sobretodo ahora con la acechanza del cambio climático? ¿Será que se le pone atención a lo que tanto se ha solicitado a diferentes administraciones municipales sobre la creación de la Oficina del Árbol? Idea que ha enarbolado desde hace mucho tiempo Víctor Martínez como miembro activo de la organización de la Mesa del Árbol. 

Columnista
3 diciembre, 2021

Sipote machetera que le dan a los árboles de Valledupar

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

Empezamos este escrito mencionando el concepto particular de ambiente, bien sea para protegerlo o para transformarlo de acuerdo con su cultura y sus necesidades de subsistencia y producción; de esta forma se hará posible que en la solución de los problemas exista una dinámica de trabajo con la participación de los diferentes sujetos involucrados en […]


Empezamos este escrito mencionando el concepto particular de ambiente, bien sea para protegerlo o para transformarlo de acuerdo con su cultura y sus necesidades de subsistencia y producción; de esta forma se hará posible que en la solución de los problemas exista una dinámica de trabajo con la participación de los diferentes sujetos involucrados en los proyectos que se pretendan desarrollar, para que se dé una construcción colectiva de sentido: sentido de acciones, sentido de lo ambiental, sentido de organización social, en fin, sentido de vida. 

No es otro el fundamento que argumentamos los amigos de la Mesa del Árbol sobre el tratamiento que le estamos dando a los árboles en Valledupar. Siendo patrimonio de esta ciudad no le estamos dando importancia, especialmente, las entidades encargadas de su cuidado para su conservación, por tanto, podemos decir que esta situación alarmante en que se está dejando la vegetación arbórea de Valledupar es inmerecida.

No está demás recordar que Valledupar es una de las ciudades que más árboles pér capita tiene sembrado en Colombia, no obstante, aquí tenemos unos comportamientos no deseados, que son los que buscamos superar para lograr la continuidad o sostenibilidad de la producción de oxígeno y combatir el CO2.

Notamos el desdeño o conducta apática de parte de las instituciones oficiales, a quienes corresponde establecer políticas y estrategias de controles para la conservación de este patrimonio ambiental de los vallenatos que está siendo atacado también por el comején. 

Sobre este tema no nos cansamos de expresar que necesitamos crear un inconsciente colectivo de buen trato al árbol, sobre todo porque acá en Valledupar todas las casas tienen su árbol plantado y en las calles y avenidas hay muchos sembrados, pero fíjense ustedes la soberana machetera que le están aplicando y propinó la otrora Electricaribe, ahora llamada Afinia, con los argumentos de tener un mal llamado permiso para hacer el troche y moche a los árboles sin saber ellos cuánto ha costado levantarlos y mantenerlos. 

Estas empresas que hacen podas, por el contrario, maltratan los árboles, como sucedió en el Aeropuerto de Valledupar: le aplicaron una machetera sin técnicas de poda a los arbolitos que cumplían allí su función ambiental. Las entidades encargadas de controlar semejante adefesio no actúan para defenderlos. 

De seguir así, pronto en Valledupar nos quedaremos sin muchos de estos ejemplares. Nos preguntamos, ¿cuántos árboles habrán sembrado estas prestadoras del mal servicio de energía en Valledupar? 

Finalmente preguntar: ¿Qué podemos hacer para que esta ciudad sea sustentable, y resiliente, sobretodo ahora con la acechanza del cambio climático? ¿Será que se le pone atención a lo que tanto se ha solicitado a diferentes administraciones municipales sobre la creación de la Oficina del Árbol? Idea que ha enarbolado desde hace mucho tiempo Víctor Martínez como miembro activo de la organización de la Mesa del Árbol.