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Editorial - 10 julio, 2014

Sin margen a nuevas invasiones

Si el alcalde de Valledupar, Freddy Socarrás, logra reubicar a las familias que viven en los barrios subnormales ubicados en la margen derecha del río Guatapurí, pasaría a la historia como el único gobernante que no se prestó para convertir este problema en un negocio redondo. En las dos últimas décadas los mandatarios de turno […]

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Si el alcalde de Valledupar, Freddy Socarrás, logra reubicar a las familias que viven en los barrios subnormales ubicados en la margen derecha del río Guatapurí, pasaría a la historia como el único gobernante que no se prestó para convertir este problema en un negocio redondo.

En las dos últimas décadas los mandatarios de turno se la jugaron para construir viviendas de interés social para llevar a estas familias a una casa digna. Pero más demoraban en reubicarlos, que en volver a invadir de nuevo la zona. Era un negocio. Muchos hicieron de esta situación su modo de vida, pues siempre terminaban en la margen derecha del Guatapurí, a expensas de una inundación. No hubo autoridad suficiente para impedir las reinvasiones, se dedicaron a trasladar familias, olvidando la zona.

Esta vez parece que la cosa va en serio. Primero porque hay casas para llevar a las familias que por años han vivido en la margen derecha. El programa de viviendas gratis que impulsa el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, ha sido la tabla de salvación, sobre todo para Valledupar que ha sido uno de los municipios más beneficiados. Segundo porque existe una estrategia para impedir las reinvasiones (base del Ejército y la expansión del Parque Lineal) y para ello la Administración Municipal ha trabajado de la mano con el Ejército y la Policía Nacional, y tercero, cuenta la voluntad política del alcalde.

Ya van dos hectáreas de tierra recuperadas, sobre las que antes había casas. Es un esfuerzo que vale la pena reconocer. El hecho de que se haya ganado terreno para el río es un paso importante que debe validar y acompañar la ciudadanía. Es un triunfo para celebrar, porque es ahora cuando comienza la verdadera recuperación de esta zona que por su condición de alto riesgo no mitigable, no es apta para vivienda, como igual sucede con las otras familias que viven al lado de la acequia Las Mercedes o al lado de la malla del aeropuerto Alfonso López.

No es un secreto que las invasiones de tierras en el área urbana de Valledupar que han hecho familias que no tienen casa, son inherentes a su desarrollo. Mientras por un lado la ciudad crece urbanísticamente, con grandes centros comerciales, edificios y otras construcciones modernas, las invasiones se fortalecen. No en vano ahí están intactas Los Guasimales, Brisas de la Popa, acequia Las Mercedes, Nuevo Milenio y Amaneceres del Valle.

El alcalde Socarrás tiene ahora doble trabajo: impedir a toda costa nuevas invasiones y recuperar ambientalmente esta zona de la margen derecha del río. Que no se le olvide que en los últimos cuatro gobiernos municipales, han entregado más de 1.600 subsidios de vivienda para la reubicación de estas personas, sin ningún éxito. No puede ocurrir lo mismo.

No hay margen a nuevas invasiones.

Editorial
10 julio, 2014

Sin margen a nuevas invasiones

Si el alcalde de Valledupar, Freddy Socarrás, logra reubicar a las familias que viven en los barrios subnormales ubicados en la margen derecha del río Guatapurí, pasaría a la historia como el único gobernante que no se prestó para convertir este problema en un negocio redondo. En las dos últimas décadas los mandatarios de turno […]


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Si el alcalde de Valledupar, Freddy Socarrás, logra reubicar a las familias que viven en los barrios subnormales ubicados en la margen derecha del río Guatapurí, pasaría a la historia como el único gobernante que no se prestó para convertir este problema en un negocio redondo.

En las dos últimas décadas los mandatarios de turno se la jugaron para construir viviendas de interés social para llevar a estas familias a una casa digna. Pero más demoraban en reubicarlos, que en volver a invadir de nuevo la zona. Era un negocio. Muchos hicieron de esta situación su modo de vida, pues siempre terminaban en la margen derecha del Guatapurí, a expensas de una inundación. No hubo autoridad suficiente para impedir las reinvasiones, se dedicaron a trasladar familias, olvidando la zona.

Esta vez parece que la cosa va en serio. Primero porque hay casas para llevar a las familias que por años han vivido en la margen derecha. El programa de viviendas gratis que impulsa el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, ha sido la tabla de salvación, sobre todo para Valledupar que ha sido uno de los municipios más beneficiados. Segundo porque existe una estrategia para impedir las reinvasiones (base del Ejército y la expansión del Parque Lineal) y para ello la Administración Municipal ha trabajado de la mano con el Ejército y la Policía Nacional, y tercero, cuenta la voluntad política del alcalde.

Ya van dos hectáreas de tierra recuperadas, sobre las que antes había casas. Es un esfuerzo que vale la pena reconocer. El hecho de que se haya ganado terreno para el río es un paso importante que debe validar y acompañar la ciudadanía. Es un triunfo para celebrar, porque es ahora cuando comienza la verdadera recuperación de esta zona que por su condición de alto riesgo no mitigable, no es apta para vivienda, como igual sucede con las otras familias que viven al lado de la acequia Las Mercedes o al lado de la malla del aeropuerto Alfonso López.

No es un secreto que las invasiones de tierras en el área urbana de Valledupar que han hecho familias que no tienen casa, son inherentes a su desarrollo. Mientras por un lado la ciudad crece urbanísticamente, con grandes centros comerciales, edificios y otras construcciones modernas, las invasiones se fortalecen. No en vano ahí están intactas Los Guasimales, Brisas de la Popa, acequia Las Mercedes, Nuevo Milenio y Amaneceres del Valle.

El alcalde Socarrás tiene ahora doble trabajo: impedir a toda costa nuevas invasiones y recuperar ambientalmente esta zona de la margen derecha del río. Que no se le olvide que en los últimos cuatro gobiernos municipales, han entregado más de 1.600 subsidios de vivienda para la reubicación de estas personas, sin ningún éxito. No puede ocurrir lo mismo.

No hay margen a nuevas invasiones.