La Confederación Indígena Tayrona (CIT), a través de su Comisión de Mujer, Familia y Generación, emitió un comunicado en el que rechazó el feminicidio ocurrido en la comunidad de Ka Karwa, sector de Monochukua, en la Sierra Nevada de Santa Marta, donde fue asesinada Bunkwaney Arroyo Crespo, mujer indígena del pueblo Arhuaco.
En el pronunciamiento, la CIT sostuvo que este crimen “no representa ni refleja los principios, valores espirituales, culturales y normativos del pueblo arhuaco”, y lo calificó como una “grave transgresión a la Ley de Origen” y al equilibrio espiritual del territorio, al tiempo que reiteró el respeto por “la vida de las mujeres como fuentes de vida”.
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De acuerdo con lo reportado por EL PILÓN sobre este caso, la muerte de la mujer arhuaca (en medio de circunstancias que están siendo investigadas) causó conmoción en la Sierra Nevada y desató múltiples expresiones de rechazo en organizaciones indígenas y sectores sociales.
Llamado a justicia propia y a investigación del Estado
La CIT hizo un llamado a las autoridades indígenas competentes para que, dentro del marco de la justicia propia, actúen “con determinación, rigor y responsabilidad”, aplicando “mecanismos de control, sanción y armonización” y garantizando “que estos hechos no queden en la impunidad y que se restablezca el orden espiritual, social y comunitario alterado”.
De igual manera, la organización exigió a las entidades del Estado, en especial a las autoridades judiciales y de investigación, que asuman el caso “con la máxima seriedad” y avancen en las actuaciones necesarias en la jurisdicción ordinaria, “de manera articulada y respetuosa con la jurisdicción especial indígena”, para lograr el esclarecimiento total de lo ocurrido y la identificación de los responsables.
En el mismo comunicado, la Comisión de Mujer, Familia y Generación expresó “profunda solidaridad y acompañamiento” a la familia de la víctima y a su comunidad, señalando que el hecho ha generado un dolor colectivo en el pueblo Arhuaco.
Finalmente, la CIT ratificó su “rechazo absoluto a toda forma de violencia contra las mujeres y la niñez indígena”, y reiteró el llamado urgente a fortalecer la protección de la vida y la dignidad, así como a erradicar prácticas que atenten contra los derechos fundamentales de las mujeres indígenas. “La vida de las mujeres indígenas se respeta, se protege y se defiende”, concluyó el pronunciamiento.
