En la evaluación realizada ayer sobre la emergencia que se presenta en varias poblaciones del sur del Cesar, que se encuentran en la ribera del río Magdalena, se determinó que la alerta roja se mantendrá hasta que las aguas desciendan en su totalidad del nivel en que permanecen desde comienzos de noviembre.
Se logró establecer que el ascenso de las aguas ha ido aumentando en las partes más bajas de la zona ribereña, en donde ha provocado serias dificultades a las comunidades, por lo que la alerta seguirá para evitar que se presenten situaciones que pongan en peligro la integridad de las familias que mantienen sus viviendas anegadas.
Cabe recordar que el desbordamiento del río Magdalena arrasó con más de 3 mil hectáreas de cultivos predominantes de la región y deja hasta el momento quince mil 500 familias damnificadas en lo correspondiente al  sur del Cesar.
Por ahora, los comités locales de emergencia dijeron estar alertas ante cualquier eventualidad, no solo en el Magdalena si no también en el Lebrija y la mayor parte de las quebradas ubicadas en la región del sur del Cesar.
Por su parte, las familias que se encuentran en sitios bajos, precisaron que esperan que las autoridades municipales contribuyan con el realce de las partes más críticas para impedir el paso de las aguas hacia las viviendas que se encuentran inundadas.
Por ahora, los comités locales de emergencia de cada uno de los municipios que sufren problemas con las inundaciones, ya tienen listo el censo total de las familias damnificadas con el propósito de entregarlo en las próximas horas a las autoridades del orden departamental y nacional, para que se enteren de cuales son las regiones que deben ser atendidas con la entrega de ayudas humanitarias.
Las familias que habitan en la zona baja de Gamarra, Tamalameque, Chimichagua y La Gloria, exteriorizaron que desde que se desbordó el Magdalena, aún no han  recibido la totalidad de las ayudas humanitarias prometidas por las autoridades.