La cesarense Imelda Daza Cotes, vocera de 'Voces de Paz y Reconciliación’ que hace acompañamiento al tránsito de las Farc de las armas a la política, se pronunció sobre el caso.
En medio del cuestionado proceso de implementación de los acuerdos entre el Gobierno Nacional y las Farc, que tiene como fin poner fin a más de 50 años de guerra, miembros de esa guerrilla protagonizaron una parranda para despedir el 2016 y recibir el 2017. El hecho fue dado a conocer a través de las redes sociales por vídeos, donde claramente se observan a dos funcionarios de la ONU que participaron en una fiesta de las Farc en cercanías al corregimiento de Conejo, jurisdicción del municipio de Fonseca, en La Guajira.
Según información de la misma guerrilla, eran integrantes del frente 59 de las Farc que celebraban la víspera de año nuevo junto con miembros de verificación de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, entidad que explicó que el comportamiento de los verificadores fue “inapropiado e imparcial”.
El portal de noticias Efe sacó a la luz pública la noticia y en ella dijo que el festejo incluyó una cena con cerdo, gallina, buñuelos, dulces y chocolates. La música que se escucha de fondo en el vídeo son canciones de Diomedes Díaz, una de ellas es ‘Pidiendo vía’.
Esta publicación generó que el partido político Centro Democrático se pronunciara para rechazar la participación de miembros de la ONU en la fiesta de las Farc teniendo en cuenta que los guerrilleros no han entregado armas aún.
“Es indignante. La verdad es que la estatura de la ONU debería darnos tranquilidad a los colombianos, debería garantizarnos por lo menos que hay a neutralidad y autoridad”, señaló la congresista María Fernanda Cabal.
La cesarense Imelda Daza Cotes, vocera de ‘Voces de Paz y Reconciliación’ que hace acompañamiento al tránsito de las Farc de las armas a la política, dijo que lo sucedido no es irregular, ni delicado, ni peligroso.
“Estamos pecando de puritanismo político y lo que refleja es que el país está viviendo un momento de pacificación, donde cualquier cosita se convierte en escándalo. Nosotros que llevamos 52 años de confrontación armada, donde han ocurrido horrores, nos va a escandalizar que funcionarios de la ONU o de la organización que sea compartan un rato de festejo de las Farc, una organización que está en víspera de dejar las armas para ir a compartir con el pueblo colombiano una propuesta política; grave sería que tuvieran reunidos programando un atentado o un combate armado”, advirtió Daza Cotes.
Daza Cotes explicó que los medios de comunicación se han encargado de disparar la imagen de Conejo. “Hoy en día yo califico a Conejo como ejemplo de reconciliación. La Guajira está siendo pionera de todo el proceso de reconciliación”, acotó.
Por último dijo que los acercamientos entre las partes son necesarios para que se conozcan a fondo y puedan adelantar sus labores sin problema alguno.
“La realidad en Valledupar es otra, fuera de Bogotá vivimos 39 millones de colombianos pero la mirada que timen los medios es de Bogotá; hay otra realidad, distinta y quizás mejor en los territorios”, concluyó.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]
La cesarense Imelda Daza Cotes, vocera de 'Voces de Paz y Reconciliación’ que hace acompañamiento al tránsito de las Farc de las armas a la política, se pronunció sobre el caso.
En medio del cuestionado proceso de implementación de los acuerdos entre el Gobierno Nacional y las Farc, que tiene como fin poner fin a más de 50 años de guerra, miembros de esa guerrilla protagonizaron una parranda para despedir el 2016 y recibir el 2017. El hecho fue dado a conocer a través de las redes sociales por vídeos, donde claramente se observan a dos funcionarios de la ONU que participaron en una fiesta de las Farc en cercanías al corregimiento de Conejo, jurisdicción del municipio de Fonseca, en La Guajira.
Según información de la misma guerrilla, eran integrantes del frente 59 de las Farc que celebraban la víspera de año nuevo junto con miembros de verificación de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, entidad que explicó que el comportamiento de los verificadores fue “inapropiado e imparcial”.
El portal de noticias Efe sacó a la luz pública la noticia y en ella dijo que el festejo incluyó una cena con cerdo, gallina, buñuelos, dulces y chocolates. La música que se escucha de fondo en el vídeo son canciones de Diomedes Díaz, una de ellas es ‘Pidiendo vía’.
Esta publicación generó que el partido político Centro Democrático se pronunciara para rechazar la participación de miembros de la ONU en la fiesta de las Farc teniendo en cuenta que los guerrilleros no han entregado armas aún.
“Es indignante. La verdad es que la estatura de la ONU debería darnos tranquilidad a los colombianos, debería garantizarnos por lo menos que hay a neutralidad y autoridad”, señaló la congresista María Fernanda Cabal.
La cesarense Imelda Daza Cotes, vocera de ‘Voces de Paz y Reconciliación’ que hace acompañamiento al tránsito de las Farc de las armas a la política, dijo que lo sucedido no es irregular, ni delicado, ni peligroso.
“Estamos pecando de puritanismo político y lo que refleja es que el país está viviendo un momento de pacificación, donde cualquier cosita se convierte en escándalo. Nosotros que llevamos 52 años de confrontación armada, donde han ocurrido horrores, nos va a escandalizar que funcionarios de la ONU o de la organización que sea compartan un rato de festejo de las Farc, una organización que está en víspera de dejar las armas para ir a compartir con el pueblo colombiano una propuesta política; grave sería que tuvieran reunidos programando un atentado o un combate armado”, advirtió Daza Cotes.
Daza Cotes explicó que los medios de comunicación se han encargado de disparar la imagen de Conejo. “Hoy en día yo califico a Conejo como ejemplo de reconciliación. La Guajira está siendo pionera de todo el proceso de reconciliación”, acotó.
Por último dijo que los acercamientos entre las partes son necesarios para que se conozcan a fondo y puedan adelantar sus labores sin problema alguno.
“La realidad en Valledupar es otra, fuera de Bogotá vivimos 39 millones de colombianos pero la mirada que timen los medios es de Bogotá; hay otra realidad, distinta y quizás mejor en los territorios”, concluyó.
Por Carlos Mario Jiménez
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