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Sin categoría - 25 abril, 2012

Si viniste al Festival Vallenato

Desde mí cocina Por Silvia Betancourt Alliegro    Si disfrutas la música con todos los sentidos, si en tu estilo de vida le das cabida constante, si para cada sobresalto (bueno o malo) tienes una canción que te colabora para sobrellevarlo, si atesoras las notas musicales dentro de tu alma para usarlas donde quiera que […]

Desde mí cocina

Por Silvia Betancourt Alliegro 

 

Si disfrutas la música con todos los sentidos, si en tu estilo de vida le das cabida constante, si para cada sobresalto (bueno o malo) tienes una canción que te colabora para sobrellevarlo, si atesoras las notas musicales dentro de tu alma para usarlas donde quiera que estés, si sabes cómo es otra persona por la música que prefiere, si bailas incorporando esqueleto e intestinos a la ejecución y además sonríes, si soslayas la estridencia porque insulta tu esencia base, si cuando caminas –dependiendo del camino- cantas y danzas para sortear los cantos rodados, si has captado el murmullo del silencio sin sobresaltarte, si reconoces y disfrutas la diferencia de la música creada a cielo abierto de la fabricada en un estudio, si a cada rostro recordado con amor le tienes adherida la música de la época en que tocaste su alma, si cantas mientras lloras y terminas por reír de tu debilidad, si necesitas de la presencia de alguien que cante y baile a tu lado mientras vives tu cotidianidad, entonces…¡eres pariente de los ángeles!

 

Todo el arsenal poético descrito es provisión para el que sabe escuchar, pero hay un manantial al que muy pocos acceden, pertenece a unos elegidos que conocemos como artistas. A ellos les correspondió, cuando Dios hizo el reparto de los atributos para cada ser creado, un trozo más grande de Su esencia.

 

Ahora tendré (tendremos, te sugiero) que empezar a escuchar cada frase escrita por el compositor que nos arrastra, a cada acto al que asista hay que hacerle seguimiento, porque si tiene dos poderes tan intensos, uno obsequiado por el Creador y el otro que es su esfuerzo…  es que dentro de ese organismo hay un espíritu altamente dotado y capacitado para tocar en el concierto final en el día del Armagedón, hasta hoy no puedo imaginar de quién será la partitura.

 

Si viniste al Festival Vallenato es por que la música es de vital importancia para tu existencia, por tanto, pisa despacio y observa, pues en cualquier calle te puedes tropezar con un ser que comulga con el cosmos y no siempre tiene los pies asentados sobre la Tierra, a veces levita en público y escucha el dictado que desde el infinito le hacen ¡No le hables, no lo toques! Obsérvalo con disimulo, tal vez así puedas captar algo de su inmortal espíritu.

[email protected]

 

Sin categoría
25 abril, 2012

Si viniste al Festival Vallenato

Desde mí cocina Por Silvia Betancourt Alliegro    Si disfrutas la música con todos los sentidos, si en tu estilo de vida le das cabida constante, si para cada sobresalto (bueno o malo) tienes una canción que te colabora para sobrellevarlo, si atesoras las notas musicales dentro de tu alma para usarlas donde quiera que […]


Desde mí cocina

Por Silvia Betancourt Alliegro 

 

Si disfrutas la música con todos los sentidos, si en tu estilo de vida le das cabida constante, si para cada sobresalto (bueno o malo) tienes una canción que te colabora para sobrellevarlo, si atesoras las notas musicales dentro de tu alma para usarlas donde quiera que estés, si sabes cómo es otra persona por la música que prefiere, si bailas incorporando esqueleto e intestinos a la ejecución y además sonríes, si soslayas la estridencia porque insulta tu esencia base, si cuando caminas –dependiendo del camino- cantas y danzas para sortear los cantos rodados, si has captado el murmullo del silencio sin sobresaltarte, si reconoces y disfrutas la diferencia de la música creada a cielo abierto de la fabricada en un estudio, si a cada rostro recordado con amor le tienes adherida la música de la época en que tocaste su alma, si cantas mientras lloras y terminas por reír de tu debilidad, si necesitas de la presencia de alguien que cante y baile a tu lado mientras vives tu cotidianidad, entonces…¡eres pariente de los ángeles!

 

Todo el arsenal poético descrito es provisión para el que sabe escuchar, pero hay un manantial al que muy pocos acceden, pertenece a unos elegidos que conocemos como artistas. A ellos les correspondió, cuando Dios hizo el reparto de los atributos para cada ser creado, un trozo más grande de Su esencia.

 

Ahora tendré (tendremos, te sugiero) que empezar a escuchar cada frase escrita por el compositor que nos arrastra, a cada acto al que asista hay que hacerle seguimiento, porque si tiene dos poderes tan intensos, uno obsequiado por el Creador y el otro que es su esfuerzo…  es que dentro de ese organismo hay un espíritu altamente dotado y capacitado para tocar en el concierto final en el día del Armagedón, hasta hoy no puedo imaginar de quién será la partitura.

 

Si viniste al Festival Vallenato es por que la música es de vital importancia para tu existencia, por tanto, pisa despacio y observa, pues en cualquier calle te puedes tropezar con un ser que comulga con el cosmos y no siempre tiene los pies asentados sobre la Tierra, a veces levita en público y escucha el dictado que desde el infinito le hacen ¡No le hables, no lo toques! Obsérvalo con disimulo, tal vez así puedas captar algo de su inmortal espíritu.

[email protected]