Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 15 febrero, 2010

Seudónimos

Por: Mary Daza Orozco Desde el principio de los tiempos las mujeres sintieron deseos de escribir. Un oficio propio de los hombres las apasionaba y escondían sus escritos para no ser descubiertas. Hasta cuando a alguna se le ocurrió utilizar un nombre de hombre o de una mujer inexistente o trastocar el propio, y arriesgarse […]

Boton Wpp

Por: Mary Daza Orozco

Desde el principio de los tiempos las mujeres sintieron deseos de escribir. Un oficio propio de los hombres las apasionaba y escondían sus escritos para no ser descubiertas. Hasta cuando a alguna se le ocurrió utilizar un nombre de hombre o de una mujer inexistente o trastocar el propio, y arriesgarse a que publicaran sus escritos.
Es así como la literatura universal está plagada de seudónimos para mujeres que más tarde eran conocidas y hasta galardonadas con el premio Nobel de Literatura.
Hagamos un recuento de las mujeres que cambiaron sus nombres para que sus escritos fueran leídos por otros:
Las Brontë, Emily, Anne y Charlotte, tres hermanas escritoras inglesas utilizaron el seudónimo de Currer, especialmente esta última escribió su novela autobiográfica Jane Eyre; Emily es la autora de Cumbres Borrascosas.
Ágata Christie: novelista y dramaturga inglesa, famosa por sus novelas de corte policíaco su verdadero nombre era Clarisse Miller. Sus obras sólo fueron superadas en ventas por La Biblia.
Colette: fue considerada, en su tiempo (principios del siglo pasado), la mejor escritora de Francia, en el cine se recreó  su inolvidable Gigi. Su nombre era Sidonie- Gabrielle Claudine.
Deledda Grazia, es el nombre utilizado por Madesani – Grazia, novelista italiana, Premio Nobel en 1926, su obra más renombrada: El secreto del hombre solitario.
George Eliot es el nombre utilizado por Mary Ann Evans, inglesa, reconocida en todo el mundo. Se destacó en todos lo géneros literarios, se estudian mucho sus novelas Escenas de la vida clerical, Silas Marner y Félix Holt.
Fernán Caballero: seudónimo de Cecilia Böhl de Faber, nacida en suiza, educada en Alemania, pero vivió todo el tiempo en España. Como dato curioso hay que anotar que el gobierno belga le concedió la Cruz de la Orden de Leopoldo, que se le negó a última hora, en el momento en que se supo que Fernán Caballero era una mujer. Fue la autora de La Familia de Alvareda.
Juana de Ibarbourou, era Juana Fernández Morales, escritora uruguaya, poeta depurada, recibió el título de Juana de América, sus libros más conocido Lenguas de Diamantes, El cántaro Fresco.
Gabriela Mistral. Era Lucila Godoy Alcayaga, poetisa chilena, tomó su seudónimo de Gabriel D´anunzio  y de Jorge Mistral, sus poetas favoritos. Le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura en 1945. Son famosos sus poemas Desolación y El Ruego.

Teresa De La Parra: novelista venezolana, nacida en París, su verdadero nombre era Ana Teresa Parra Pantoja, perteneció a familias aristocráticas venezolanas, autora de obras inolvidables como Ifigenia.
George Sand: escritora francesa nacida en París, su nombre era Armandina Aurora Dupin. Se cuenta que fue amante de Federico Chopin, su obra más renombrada es: Valentine.
Netty Radvanyi: es el seudónimo de Anna Seghers, escritora alemana, en su juventud hizo parte de los movimientos obreros revolucionarios, por lo que tuvo que emigrar un tiempo a Francia, sus obras connotadas son, entre otras, La séptima cruz, Los muertos permanecen jóvenes.
Hay muchas más, nos limita el espacio. En Colombia también mujeres escritoras y periodistas han utilizado seudónimos, en otra ocasión nos ocuparemos de ellas, cerremos con la poesía inmensa y delicada de Meira Delmar, su nombre era Olga Chams “Yo grabé tu paisaje pasajero / y tu canto para siempre repetido / en mi altísimo escudo marinero. / Y aunque ya tus perfiles he perdido, / hoy te siento en mi sangre, verdadero / capitán de mi sueño desmedido.”

Columnista
15 febrero, 2010

Seudónimos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Mary Daza Orozco

Por: Mary Daza Orozco Desde el principio de los tiempos las mujeres sintieron deseos de escribir. Un oficio propio de los hombres las apasionaba y escondían sus escritos para no ser descubiertas. Hasta cuando a alguna se le ocurrió utilizar un nombre de hombre o de una mujer inexistente o trastocar el propio, y arriesgarse […]


Por: Mary Daza Orozco

Desde el principio de los tiempos las mujeres sintieron deseos de escribir. Un oficio propio de los hombres las apasionaba y escondían sus escritos para no ser descubiertas. Hasta cuando a alguna se le ocurrió utilizar un nombre de hombre o de una mujer inexistente o trastocar el propio, y arriesgarse a que publicaran sus escritos.
Es así como la literatura universal está plagada de seudónimos para mujeres que más tarde eran conocidas y hasta galardonadas con el premio Nobel de Literatura.
Hagamos un recuento de las mujeres que cambiaron sus nombres para que sus escritos fueran leídos por otros:
Las Brontë, Emily, Anne y Charlotte, tres hermanas escritoras inglesas utilizaron el seudónimo de Currer, especialmente esta última escribió su novela autobiográfica Jane Eyre; Emily es la autora de Cumbres Borrascosas.
Ágata Christie: novelista y dramaturga inglesa, famosa por sus novelas de corte policíaco su verdadero nombre era Clarisse Miller. Sus obras sólo fueron superadas en ventas por La Biblia.
Colette: fue considerada, en su tiempo (principios del siglo pasado), la mejor escritora de Francia, en el cine se recreó  su inolvidable Gigi. Su nombre era Sidonie- Gabrielle Claudine.
Deledda Grazia, es el nombre utilizado por Madesani – Grazia, novelista italiana, Premio Nobel en 1926, su obra más renombrada: El secreto del hombre solitario.
George Eliot es el nombre utilizado por Mary Ann Evans, inglesa, reconocida en todo el mundo. Se destacó en todos lo géneros literarios, se estudian mucho sus novelas Escenas de la vida clerical, Silas Marner y Félix Holt.
Fernán Caballero: seudónimo de Cecilia Böhl de Faber, nacida en suiza, educada en Alemania, pero vivió todo el tiempo en España. Como dato curioso hay que anotar que el gobierno belga le concedió la Cruz de la Orden de Leopoldo, que se le negó a última hora, en el momento en que se supo que Fernán Caballero era una mujer. Fue la autora de La Familia de Alvareda.
Juana de Ibarbourou, era Juana Fernández Morales, escritora uruguaya, poeta depurada, recibió el título de Juana de América, sus libros más conocido Lenguas de Diamantes, El cántaro Fresco.
Gabriela Mistral. Era Lucila Godoy Alcayaga, poetisa chilena, tomó su seudónimo de Gabriel D´anunzio  y de Jorge Mistral, sus poetas favoritos. Le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura en 1945. Son famosos sus poemas Desolación y El Ruego.

Teresa De La Parra: novelista venezolana, nacida en París, su verdadero nombre era Ana Teresa Parra Pantoja, perteneció a familias aristocráticas venezolanas, autora de obras inolvidables como Ifigenia.
George Sand: escritora francesa nacida en París, su nombre era Armandina Aurora Dupin. Se cuenta que fue amante de Federico Chopin, su obra más renombrada es: Valentine.
Netty Radvanyi: es el seudónimo de Anna Seghers, escritora alemana, en su juventud hizo parte de los movimientos obreros revolucionarios, por lo que tuvo que emigrar un tiempo a Francia, sus obras connotadas son, entre otras, La séptima cruz, Los muertos permanecen jóvenes.
Hay muchas más, nos limita el espacio. En Colombia también mujeres escritoras y periodistas han utilizado seudónimos, en otra ocasión nos ocuparemos de ellas, cerremos con la poesía inmensa y delicada de Meira Delmar, su nombre era Olga Chams “Yo grabé tu paisaje pasajero / y tu canto para siempre repetido / en mi altísimo escudo marinero. / Y aunque ya tus perfiles he perdido, / hoy te siento en mi sangre, verdadero / capitán de mi sueño desmedido.”