Cada 28 de diciembre algunas personas optan por realizar bromas insólitas y señalar a quienes caen en estas como ‘pobres inocentes’.
A propósito del día de los Santos Inocentes, que se celebra cada 28 de diciembre, los vallenatos recuerdan cuáles fueron las bromas o inocentadas que marcaron parte de su infancia y adolescencia.
Wilfrido Castro, residente de Valledupar, recordó un episodio de su juventud en la cual fue víctima de una broma ‘insólita’.
“Para la época de graduación me llevé los zapatos guardados en un bolso porque teníamos una presentación antes del acto de grado y cuando llegó la hora de cambiarme para la ceremonia no encontré mis zapatos; fue una maldad, algo muy fuerte que inclusive me hizo llorar”, contó Castro.
Por su parte, Fabio Ospino, narró cómo fue víctima de un inocentada planeada por su padre. “Nosotros nos criamos en una finca y allí lo primero que uno hace cuando se despierta es tomar café. Así que el que se levantaba primero hacia el tinto y lo servía con sal, esa era la inocentada que hacía mi papá”, aseveró Ospino.
Ana María Guerra, ciudadana de Valledupar, contó que a pesar de que no participa en estos hechos, ha sido testigo de cómo personas cercanas a su entorno han pasado por inocentadas.
“Una vez a alguien que yo conozco le hicieron una llamada y le dijeron que uno de sus hijos había tenido un accidente y cuando llegó a la clínica le dijeron: ¡inocente mariposa!, fue una broma muy fuerte, por eso a mí no me gusta participar de estos eventos”, añadió Guerra.
Finalmente, Lina Paola García, indicó que a pesar de que haya personas que aun realicen inocentadas en esta fecha, muchos ciudadanos se molestan con estas bromas. “En algunos casos las inocentadas son muy fuertes como hay situaciones en las que causan risas, sin embargo, no todo el mundo se presta para soportar una broma”, acotó García.
Cada 28 de diciembre algunas personas optan por realizar bromas insólitas y señalar a quienes caen en estas como ‘pobres inocentes’.
A propósito del día de los Santos Inocentes, que se celebra cada 28 de diciembre, los vallenatos recuerdan cuáles fueron las bromas o inocentadas que marcaron parte de su infancia y adolescencia.
Wilfrido Castro, residente de Valledupar, recordó un episodio de su juventud en la cual fue víctima de una broma ‘insólita’.
“Para la época de graduación me llevé los zapatos guardados en un bolso porque teníamos una presentación antes del acto de grado y cuando llegó la hora de cambiarme para la ceremonia no encontré mis zapatos; fue una maldad, algo muy fuerte que inclusive me hizo llorar”, contó Castro.
Por su parte, Fabio Ospino, narró cómo fue víctima de un inocentada planeada por su padre. “Nosotros nos criamos en una finca y allí lo primero que uno hace cuando se despierta es tomar café. Así que el que se levantaba primero hacia el tinto y lo servía con sal, esa era la inocentada que hacía mi papá”, aseveró Ospino.
Ana María Guerra, ciudadana de Valledupar, contó que a pesar de que no participa en estos hechos, ha sido testigo de cómo personas cercanas a su entorno han pasado por inocentadas.
“Una vez a alguien que yo conozco le hicieron una llamada y le dijeron que uno de sus hijos había tenido un accidente y cuando llegó a la clínica le dijeron: ¡inocente mariposa!, fue una broma muy fuerte, por eso a mí no me gusta participar de estos eventos”, añadió Guerra.
Finalmente, Lina Paola García, indicó que a pesar de que haya personas que aun realicen inocentadas en esta fecha, muchos ciudadanos se molestan con estas bromas. “En algunos casos las inocentadas son muy fuertes como hay situaciones en las que causan risas, sin embargo, no todo el mundo se presta para soportar una broma”, acotó García.