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“Ser Obispo significa un servicio”: José Clavijo

José Clavijo Méndez, el hombre de la fe, servicio y humildad, ayer se ordenó como Obispo y el 26 de este mes, tomará posesión como Obispo de la Diócesis de Sincelejo.

“Ser Obispo significa un servicio”: José Clavijo

“Ser Obispo significa un servicio”: José Clavijo

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Durante 30 años, la Diócesis de Valledupar contó con un sacerdote que se dedicó a formar realidades de la Iglesia y a transmitirle en sus catequesis el don del servicio hacia los demás, méritos que lo llevaron a que fuera Vicario y en dos oportunidades rector del Seminario Juan Pablo II, hasta hace unas semanas que fue designado por el Papa Francisco como Obispo de la Diócesis de Sincelejo.

Se trata de José Clavijo Méndez, un hombre tímido pero fuerte de carácter, lleno de fe y con la cualidad de transmitir tranquilidad a sus feligreses.

EL PILÓN: ¿Qué significa para José Clavijo ser obispo?
José Clavijo Méndez: Significa una oportunidad más para servir, desde niño experimenté un encuentro con Cristo que cambió radicalmente mi vida. Mi vida siempre ha estado volcada al servicio a la Iglesia, el servicio a Cristo, es una tarea más, para no mí no significa ni un honor, ni una recompensa, ni un premio al mérito ni esas cosas de ese estilo que se maneja en el mundo civil, para mí es simplemente un servicio.

EP: ¿Cómo fue esa experiencia de su encuentro con Cristo?
JCM: Fue una crisis por ahí por los años 60, que como muchos recuerdan fue una época de grandes cambios a nivel filosóficos e intelectuales, también a nivel cultural y yo me dejé enredar por ideas que me robaron la fe y me hicieron romper con la Iglesia aunque no fue cosa de mucho tiempo, para mí eso fue como haberme movido la alfombra debajo de los pies, desestabilizó mi vida pero gracias a Dios me encontré con una comunidad cristiana que me recuperó en ese sentido espiritual y me devolvió duplicado la fe y el amor a la Iglesia, el amor a Dios que de pronto se había erosionado para ese tiempo difícil.

EP: ¿Cómo le nació esa idea de ser sacerdote?
JCM: Eso fue cuando era muy niño, exactamente cómo fue, no sé; de pronto viendo cómo eran los sacerdotes de mi parroquia, los padres que iban a la vereda donde yo vivía, la vereda La Fuente del municipio de Tocancipá, Cundinamarca. De pronto me surgieron ahí las ganas de ser como ellos, pero exactamente cómo fue, no sé. Lo que sí sé es que un día le dije a un sacerdote con quien me confesé al poco tiempo de haber hecho la Primera Comunión que yo quería ser sacerdote, él me invitó a hablar con el párroco y de pronto ese deseo se adormeció pero vinieron circunstancias como por ejemplo la comunidad de los padres Eudistas fundaron un seminario en mi pueblo precisamente cuando yo estaba terminando el quinto de primaria y prácticamente el contacto fue automático de la escuela pasé al Seminario Menor de los Eudistas. De pronto son cosas de niño que a uno no se le olvida, ahí había un llamado de Dios.

EP: ¿Cómo llega al Cesar?
JCM: Llegué en circunstancias muy especiales, después de haberme conectado nuevamente con la Iglesia, pasé muchos años viviendo esa experiencia de comunidad que rescató mi vida de la inestabilidad en que había caído espiritualmente y se vio la necesidad de testigos que salieran a parroquias de diferentes sitios de Colombia para tener ese mismo tipo de experiencia entonces durante 11 años estuve como misionero, viajando de un sitio a otro dictando catequesis, de esa manera conocí a Monseñor Valbuena y de lo que él tenía aquí en Valledupar, me llamó la atención y fue al primero que le escribí diciéndole si me recibía que quería continuar con mis estudios que había interrumpido, él se demoró más de seis meses en responderme la carta pero finalmente un día encontré esa carta en la mesa de noche de mi alcoba y a fines del año 85 vine a una misión de Navidad para hacer contacto con la Diócesis para ver si me gustaba y de esta manera fue mi vinculación, ya tenía 35 años de edad, me ordené de 37 años.

EP: ¿Cómo se dio esta designación para que usted fuera Obispo de Sincelejo, se movieron algunas influencias?
JCM: No tengo ni idea, la verdad es que en el ambiente del Clero a mí sí me tomaban mucho del pelo, que yo iba a llegar a ser Obispo, pero nunca me lo esperé, como uno no hace carrera puede pasar años y años cambiando de parroquias y morirse siendo sacerdotes, y alguien como a mí , por A por B, de pronto por haber sido rector del Seminario, qué sé yo, esto implica un contacto a nivel nacional con otros rectores, obispos, por tanto por ahí pudo haber sido como el gancho para llamarme, pero no es que uno hace carrera o hace campaña para que lo nombren obispo. El último en enterarme de esto fue yo. Además que no me lo esperaba porque ya a mi edad ya no se espera ser obispo.

EP: ¿Qué reto tiene ahora como Obispo?
JCM: El primer gran reto que tenemos es que al igual que Valledupar, en el año de 2019 la Diócesis de Sincelejo cumple cincuenta años de fundada, esto es lo primero que hay que afrontar, hacer un plan de preparación espiritual y pastoral para celebrar el jubileo de la Diócesis. Hay unos vicarios que tenía Monseñor Nel y que también ayudaron al obispo administrador, con ellos ya he hablado y me hecho una ilustración de cómo está la Diócesis en los distintos niveles.

EP: ¿Hay nerviosismo?
JCM:

EP: ¿Con qué lo va a combatir?
JCM: Con la fe y la oración.

EP: Durante la entrevista le he captado tres palabras: Fe, servicio y humildad. ¿Qué significan para usted?
JCM: Sin fe uno no puede servir, porque el hombre no se sirve así mismo y el servicio no puede ser para sí mismo, Jesús lo dijo en el evangelio, yo no vine para que me sirvan, si no para servir y si uno es cristiano eso es lo que tiene que hacer, y uno si no es humilde no sirve, se requiere la humildad para servir. La humildad es un don que viene junto con la fe.
Con estas palabras, se despidió Monseñor José Clavijo de su tierra vallenata: “Muchas gracias Valledupar, muchas gracias Cesar, muchas gracias Guajira, me voy muy agradecido de todo lo que he aprendido, lo que he recibido de tantas personas, de las comunidades, este es mi gran tesoro y seguro que esto me servirá”.

Por Yelene Cuan Pertuz
redacción@elpilon.com.co

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